Zonamerica, un caso de éxito en Uruguay

Las ventajas impositivas de la zona franca y la robustez de su tecnología son algunas de las razones de las empresas que eligieron instalarse en Zonamerica. Su vicepresidente, Isidoro Hodara, explica por qué conviene estar presente.


Poco más de diez años atrás, la única razón para viajar los 35 minutos que demandaba llegar desde el centro de Montevideo hasta Zonamerica era resolver el grave problema fiscal que significaba la pesada carga impositiva sobre las actividades de servicios. En sus inicios funcionó a la manera tradicional de una zona franca hasta que una disposición del Mercosur obligó a un viraje en la estrategia, y hoy es un parque tecnológico y comercial donde muchas empresas eligen estar para contar con la robustez de su plataforma tecnológica y con la sinergia que se genera al estar cerca de los más exitosos del mercado.

El vicepresidente de Zonamerica, Isidoro Hodara, se refirió a los beneficios de la presencia física en este predio en el seminario "Análisis de un caso de conectividad y competitividad: Zonamerica. Parque de negocios y tecnología en Uruguay", presentado por Félix Peña en la Fundación Standard Bank. Lo acompañaron como panelistas el arquitecto Carlos Ponce de León, director del estudio que diseñó el parque, y el ingeniero Breogán Gonda, director de la firma Artech. Ambos explicaron cómo Zonamerica potenció sus negocios.


Microcosmos

Nacida hace 16 años, Zonamerica es la primer zona franca privada de Uruguay y actualmente contribuye a la economía uruguaya con el 2,37% del producto bruto interno. Consta de unos 25 edificios sobre una superficie de 108.000 metros cuadrados construidos, casi con el mismo espacio destinado a paisajes. Unas 250 compañías de variados tamaños operan desde allí. Como cualquier otro parque, podría definirse como "una concentración de infraestructura y servicios funcionales para las actividades que se desarrollan" en el predio, donde además existe exoneración impositiva. Pero Hodara aclaró que el aspecto fiscal no parece ser lo más importante en la percepción de las empresas instaladas.

Al presente, trabajan en el predio unas 7.500 personas con una proporción de profesionales universitarios tres veces mayor que en toda la población económicamente activa de Uruguay. En su origen comenzó a operar con el esquema habitual de una zona franca –con actividades de logística, distribución regional, almacenamiento y manufactura- pero la irrupción de una norma del Mercosur cercenó tempranamente la actividad manufacturera en las zonas libres de impuestos del bloque y obligó a un redireccionamiento hacia los servicios. "Este viraje resultó bien y se dio casi al mismo tiempo que un cambio en la visión de las empresas respecto a su posicionamiento comercial", recordó Isidoro Hodara.

Este reacomodamiento hace que actualmente las empresas que operan en Zonamerica estén mayormente orientadas a dar servicios al exterior y que prácticamente no existan firmas manufactureras. Otras restricciones debido al régimen de la zona franca tienen que ver con desarrollos en agricultura, minería, pesqueras, comercio minorista y hotelería. En cambio, se llevan a cabo fundamentalmente desarrollo de software, consultoría y auditoría, logística, call centers, biotecnología, servicios financieros, y centros de servicios compartidos. “Sin embargo, el identikit de empresas presentes no está cerrado –sostuvo Hodara- Constantemente están llegando nuevas compañías que quieren estar presentes y tampoco el tamaño es un condicionante ya que hay grandes empresas y Pymes conviviendo en el parque”.

Entre todas las áreas que se desarrollaron en Zonamerica el software es, sin duda, el caso más exitoso, quizás porque en sus comienzos coincidió con la explosión de las tecnologías de la información a mediados de los años ´90. "Ese salto permitió comenzar a pensar en la centralización de servicios y en poder servir a toda una empresa desde un mismo lugar, con lo cual el primer parque de oficinas se inauguró en 1995", recordó el directivo.

En cambio, no hubo el mismo nivel de desarrollo en ciencias de la vida, otra área prometedora. Hodara lo atribuyó en parte a un problema cultural que tiene que ver con que la percepción de la aplicación comercial de cada avance es mucho más tangible en el caso de la tecnología de la información que en la biotecnología. Sin embargo, el ejecutivo de Artech, Breogán Gonda, relacionó esta distinta evolución a esa capacidad de contagio que hace que el éxito atraiga más éxito. Para el ejecutivo, la principal carencia de Uruguay está dada por "la falta de entusiasmo", que lleva a que muchos emprendimientos que cuentan con ventajas competitivas no se lleven a cabo. "Pero Zonamerica es diferente, es un lugar entusiasta, y el hecho de que estén presentes varias compañías muy exitosas creo que hace la diferencia, porque el ingrediente vital del entusiasmo es el éxito”. Allí radicaría, explicó Gonda, el distinto desarrollo que logró el sector de la tecnología de la información que trabaja en Zonamerica y el de las ciencias de la vida.


Valor agregado

El beneficio fiscal de la zona franca sigue siendo uno de los principales incentivos para estar presente en Zonamerica, en primer lugar, porque el área libre de impuestos permite trabajar a precios internacionales, y además, porque existe "la garantía de que las condiciones no pueden cambiarse adversamente durante la vigencia del contrato", acotó Isidoro Hodara. Todo esto compensa algunos de los aspectos negativos para los negocios que existe en Uruguay, como es la descomunal carga fiscal, pero algunos indicios muestran que el valor agregado de Zonamerica trasciende los beneficios fiscales, y Hodara dio un ejemplo concreto. "Desde hace algunos años el sector del software en Uruguay fuera de Zonamerica cuenta con un régimen similar al que rige dentro del parque, y sin embargo no hubo mudanzas de empresas de ese rubro; esto quiere decir que era más importante estar presente", concluyó.

Por su lado, Gonda confirmó que ese clima especial que se respira en el parque también pesó en la elección de Artech. “Al principio nos instalamos en Zonamerica por un problema fiscal pero después no nos quedamos por la zona franca sino por el parque tecnológico”, afirmó. Ese valor agregado tiene que ver con “una sinergia que se genera debido a la convivencia y que, de alguna manera, tiene que ver con el efecto Silicon Valley, donde se crea un clima especial”, agregó.

El gran interrogante es, entonces, si el mismo negocio exitoso que se concreta en Zonamerica puede llegar al mismo resultado si la empresa se encuentra en cualquier sitio del centro de Montevideo. En este sentido, un caso testigo podría ser el del estudio de arquitectos Ponce de León. En 2004, la proximidad de las oficinas de este estudio con el del arquitecto Carlos Ott hizo posible ponerse de acuerdo para presentarse conjuntamente a un concurso para diseñar un edificio para Tata Consultancy Services en Chennai, India. El proyecto era a gran escala ya que demandaba albergar a 23.000 desarrolladores de software y a otros 7.000 empleados en soporte. Hoy, tras ganar el concurso, las obras están en vías de ejecución y el estudio Ashur -creado para presentar esta propuesta conjunta-, sigue existiendo paralelamente a los estudios que le dieron origen.

“Podríamos haber llevado este proyecto a cabo fuera de Zonamerica, pero sin duda hubiéramos tenido un importante problema de plataforma tecnológica”, fue la conclusión del arquitecto Ponce de León. En este caso puntual, la robustez de la plataforma tecnológica fue clave para entregar la propuesta en tiempo y forma.

Por eso, Isidoro Hodara señaló que es claro que "no alcanza con los beneficios de una zona franca porque, de hecho, en Uruguay hay cerca de diez y ninguna tiene la fisonomía de Zonamerica, por lo que entendemos que hace falta algo más –sostuvo- Esa diferencia pasa por la infraestructura disponible" y por los elementos de conectividad en cuanto a telecomunicaciones con que cuenta el parque.


Conectividad

Una de las ventajas más visibles de instalarse en un parque de las características de Zonamerica es la mayor concentración de la conectividad no solamente con el mundo sino también con el interior del parque, lo que implica un aporte sustancial a la mejora de la competitividad. "Si, por ejemplo, cada esquina del centro porteño tuviera que contar con la misma densidad y robustez en telecomunicaciones que tiene Zonamerica no sólo sería costosísimo sino que además no existiría la garantía de que en cada punto hubiera alguien que aprovechara semejante capacidad", explicó Isidoro Hodara.

Además de la ventaja que significa concentrar esa conectividad en un lugar físico, la fisonomía de campus de Zonamerica permite un contacto más cercano entre las compañías y facilita la clusterización, como ocurrió en el caso en tecnología de información, y también la escalabilidad para que la compañía crezca con suficiente flexibilidad en función de las necesidades del negocio.

La plataforma sobre la que se asienta esa conectividad en Zonamerica es de la máxima calidad. En el parque toda la tecnología es redundante, es decir, consta de un data center replicado ubicado en dos edificios separados para prevenir contingencias y garantizar la continuidad del servicio de procesamiento y telecomunicaciones que se brinda. Además, hay conexión directa con el NAP (Network Acces Point) de las Américas, principal nodo de conexiones a internet de Estados Unidos para América Latina.

El resultado de toda esta robustez tecnológica es que firmas y profesionales de muy distintas actividades busquen colocar sus servidores en Zonamerica sin una necesidad específica. “Quieren gozar de la conectividad que ofrece porque confían en ella”, precisó Hodara.

Sin embargo, la conectividad no es solamente tecnológica sino también física. Uruguay tiene una larga tradición en logística de distribución regional y esa historia de alguna manera continúa en el esquema que propone esta zona franca, situada en el camino de los mayores mercados sudamericanos. “Hace poco menos de un año se realizó una investigación de la que resultó que el 64% de los productos no originarios del Mercosur comerciados dentro del bloque, procedía de Uruguay", precisó el directivo.


El entorno de negocios

Cuando el BBVA decidió trasladar su operación de banca privada en Suiza analizó 42 localizaciones alternativas en el mundo. Y en la elección final se quedó con Zonamerica después de dejar de lado a Dubai, una opción de lujo. Esta anécdota habla de un valor agregado que ofrece este parque tecnológico por situarse dentro de un país bien conceptuado en todo el mundo por su ambiente de negocios. Un ejemplo de este reconocimiento fue el informe difundido a mitad de año por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), según el cual Uruguay se ubicó en un buen puesto en cuanto a “Eficiencia de los gobiernos", con 68,9 puntos en una escala de 0 a 100, por encima de Brasil (55) y de Argentina (47,8). En tanto, el Indice de Competitividad (Enabling Trade Index) del Foro Económico Mundial colocó a Uruguay en el puesto 56, el segundo de América del Sur y detrás de Chile, frente a puntajes de 78 y 80 de Argentina y Brasil. En el subítems “Entorno de negocios”, obtuvo 49 puntos, lejos del 12 que logró Chile pero aventajando fuertemente al resto de sus vecinos.

Otras ventajas que ofrece Uruguay tienen que ver con la disponibilidad de recursos humanos calificados para determinadas especialidades como software y arquitectura, y la compatibilidad con los husos horarios con Estados Unidos, un importante clientes de servicios remotos. Esta última condición no es un dato menor cuando se trata de actividades que requieren alta interactividad.


Lo que falta

En el horizonte está el desafío de complementar la conectividad que ofrece Zonamerica con actividades secundarias, tal como existe en la mayoría de los parques tecnológicos del mundo. “Está en los planes sumar actividades universitarias, residenciales, y comerciales porque es una necesidad, es sinérgico, y además porque mejora la conectividad física”, subrayó Hodara. Hoy un punto en contra es la deficiencia que persiste en la infraestructura vial y ferroviaria uruguaya, que implica alguna dificultad para el traslado hasta el predio, que se emplaza detrás del aeropuerto en un área de baja densidad de población. “Esto exacerba la necesidad de un área comercial”, señaló Hodara.

Un segundo desafío del parque tiene que ver con la internacionalización, es decir, con estar presente en otras partes del mundo. “Es una tarea complicada porque no se puede definir a priori la modalidad que adoptará finalmente esa presencia –advirtió Hodara- Podría ser un contrato de administración, una franquicia, una co-inversión, o una inversión pura y simple”. Dicha internacionalización permitiría “poner en valor el know how conseguido hasta ahora, y también es un paso en el sentido de estar más cerca, además de posibilitar la diversificación de riesgos y dar una dimensión mayor de conectividad con el mercado y con otras culturas, porque no se trata solamente de mejorar la relación con el cliente del parque, sino también con el cliente de lo que el parque sabe hacer”, sintetizó.



*Isidoro Hodara es experto en Comercio Exterior, profesor en la Universidad ORT de Montevideo. También cumplió funciones para el gobierno uruguayo.

Silvia Martínez, mercosurabc