Balance 2009 y perspectivas. Las carencias de una falta de planificación a largo plazo

Muchos factores, externos e internos, inciden en la detención del crecimiento del comercio exterior argentino, asegura Néstor Aleksink en un trabajo en el que insta a establecer un marco correctivo de políticas, que impidan que los vaivenes de la economía internacional afecten su desarrollo.


Desde el año 2002, las cuentas del comercio exterior han pasado a formar parte indisoluble del presupuesto nacional, pero no por planificación, sino que es notorio que del mismo forman parte la recaudación de las retenciones a las exportaciones, por lo cual no es dable esperar una disminución o eliminación de este impuesto a las ventas argentinas, por lo menos en los principales rubros exportados.

La transferencia de aportes al estado por parte del sector exportador en concepto de retenciones, generará, aproximadamente, la para nada despreciable suma de us$ 6.000 millones, por lo que como está prácticamente asegurada su permanencia por los próximos tres años, una correcta política de exportaciones también establece un mayor nivel de ingreso a las arcas del estado.

La realidad vs. los motivos: Si visualizamos los resultados del año 2009 desde el punto de vista de balanza comercial, podemos decir sin dudas que el saldo fue positivo; si lo vemos desde el punto de vista de los motivos que llevaron a esa realidad, el impacto del saldo positivo se desvanece porque se ha frenado una tendencia de crecimiento, pero lo que es más preocupante y perdura en el tiempo es la carencia de una política comercial externa de largo plazo, carencia que no es atribuible sólo a este gobierno sino que ya forma parte de una insuficiencia orgánica que viene de larga data, y lamentablemente compartida con otros sectores de nuestra economía.

Si buceamos en la historia, Argentina ha tenido tendencia a establecer criterios de venta en función de las demandas internacionales y no como resultado de una organización que estableciera pautas de crecimiento proyectadas a 10/20 años vista, y estas políticas de ventas compulsivas han sido en algunos casos lamentables y devastadoras.

Debemos descartar rápidamente lo de "granero del mundo", tenemos capacidad tecnológica e intelectual para intentar (repito, mediano/largo plazo) reconvertir el perfil de exportadores de materia prima o MOA para incrementar exportaciones con mayor valor agregado con el efecto multiplicador que eso genera.

Si bien hubo grandes contradicciones en materia de política externa a lo largo de distintos gobiernos, en el área de comercio exterior sí hubo una gran coincidencia nacional, afirma Aleksink. Ninguno de los: ninguno de los gobiernos tuvo a esta herramienta formidable que es el comercio exterior como uno de los pilares destacados de sus politicas. Y esto se verifica a nivel nacional, provincial o municipal.

En la actualidad, esto se experimenta en la práctica: dos de los distritos de mayor envergadura exportadora, (no sólo en exportaciones reales, sino también por concentrar elementos logísticos estratégicos) carecen en absoluto de planes de fomento a las exportaciones.

La Provincia de Buenos Aires tuvo un plan en los inicios del 2000 pero lo destruyó, y hoy navega en la intrascendencia. El Gobierno de la Ciudad Autónoma tiene esas herramientas, pero no las utiliza: un ejemplo, el Instituto Pyme del Banco Ciudad es totalmente desaprovechado, tiene un conductor que más allá de las claras falencias que tiene en el trato con la gente, no ha aportado en el último año una sola idea innovadora o alguna herramienta útil para el empresario porteño.

Esto es como consecuencia lógica que se ha nombrado en puestos claves, en ambos casos y en su gran mayoría, más por compromisos asumidos por amigos o parientes del poder, pero nunca como resultado de colocar a gente experimentada y práctica, que permita entender cuales son los problemas y las soluciones posibles para simplificar la tarea exportadora de los empresarios.

Como todo plan de inserción internacional es de mediano o largo plazo, debemos despojarnos de las incertidumbres y de la coyuntura, para mirar el futuro con optimismo, y en el interín buscar alternativas de planificación internas que permitan crecer al comercio exterior argentino más allá de las coyunturas o vaivenes internacionales.

El actual nivel de intercambio que muestra nuestro país es muy pobre comparado con otros países de la región, incluso con economías menos desarrolladas o con potencial de crecimiento menor, indicativo real de que no hicimos la tarea para mostrar al mundo que Argentina es un país confiable como proveedor no sólo de alimentos sino también de MOI y tecnología.

Al hacer un rápido paneo de los organismos que intervienen desde el estado para fomentar las exportaciones, vemos la superposición de muchos de ellos que hacen tareas similares o idénticas, despreciando de este modo los escasos recursos que habitualmente (y reitero, históricamente) el estado ha destinado para ello.

Así, organismos nacionales, provinciales y municipales se superponen unos a otros, y si a esto le sumamos la absoluta carencia de una política nacional de relacionamiento externo y de fomento a las exportaciones, el resultado da que nuestro país, a punto de llegar al bicentenario de su creación no posee un plan de desarrollo relacionado con el tema.

Es imprescindible un ordenamiento de estos organismos, suprimir los que sean innecesarios y concentrar esfuerzos y presupuestos en pocos pero que hagan las cosas como corresponden: desde hace años vengo pugnando por la creación del Instituto Nacional de Promoción a las Exportaciones (INPE) que debe ser un organismo concentrador y ejecutor de politicas internas para preparar a las empresas para exportar, que debe ser manejado con fondos propios y dirigido por personas idóneas en la materia que no tengan relación alguna con los funcionarios de turno.

Esto para transformar un concepto también "histórico" de nuestro comercio exterior: que el resultado de las exportaciones sea cuantificado por "ventas argentinas" y no por "compras externas", hoy en día, más del 70% de nuestras exportaciones se deben a interés de compra del exterior y no como resultado de esfuerzos empresariales para vender productos más allá de nuestras fronteras.

En resumidas cuentas, y volviendo a los números de la "realidad" el año 2009 mostrará, en ese sentido, varias particularidades:

-    Será el primer de los últimos 25 años que mostrará un crecimiento negativo en ventas externas respecto del año anterior, en los 12 meses del año, descartando por lo tanto efectos puramente estacionales.

-    Pese a esto, se mantendrá un superávit de saldo comercial producto de la drástica caída de las importaciones

-    El total de lo vendido alcanzará en 2009 la barrera de los us$ 50.000 millones, y las compras superarán apenas los us$ 30.000 millones, por lo que el superávit superará por escaso margen los us$ 15/16.000 milllones.

-    Prácticamente el 70% de nuestras ventas externas las conforman productos con escaso valor agregado

-    El nivel de las exportaciones han caído por un efecto conjunto de una merma en cantidades exportadas como así también una caída de los precios internacionales.

-    El Mercosur sigue siendo el principal destino de nuestras exportaciones con aproximadamente un 25% de las mismas, y dentro de las operaciones intrabloque Brasil mantiene una posición claramente dominante.

-    Las ventas dentro del ámbito de América Latina son cercanas al 40% del total. Respecto de las importaciones, los guarismos son prácticamente idénticos.

-    La participación de las Pymes en el total exportado, no alcanza el 8% del total.

La percepción para el próximo año habla, en principio, de una superación de estas cifras, subrayó el director de Argentina Exporta, que hace una estimación a priori de ventas del año 2010 que superarán los us$ 60.000 millones, por lo cual marcará un crecimiento comparado con 2009, pero no alcanzará los niveles establecidos en 2008, donde Argentina estableció record de ventas, es decir deberemos esperar por lo menos al 2011 o 2012 para recuperar lo que se había logrado ese año.

No obstante, habrá que estar atento a la situación interna, fundamentalmente del sector agrícola, ya que se especula que algunos sectores no podrán hacer frente siquiera a la demanda interna, por lo cual eso afectará las futuras ventas externas, concluye el analista.

El Lic. Néstor Pablo Aleksink es Director Ejecutivo del Programa Argentina Exporta
nestor@argentinaexporta.com
Néstor Aleksink