Argentina propone agenda flexible en un Mercosur integrado

Contrapuntos: Uruguay plantea una rápida modificación del AEC para el bloque. El gobierno argentino elige un avance gradual consensuado con los sectores productivos. El gobierno de Lacalle propone negociaciones externas individuales, con la desactivación del Tratado de Asunción. La administración de Alberto Fernández defiende un plan de modernización que no sacrifique los 30 años de integración del Mercosur. Paraguay adhiere a la posición argentina. Brasil aparece apoyando la propuesta de Uruguay, aunque con algunas contradicciones internas.


La XII Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común del lunes 26 de abril, fue escenario de importantes diferencias de cara a la flexibilización de los mecanismos comerciales e institucionales del Mercosur.

Plan argentino de rebaja arancelaria. Sectores sensibles

En la actualidad, el AEC máximo del bloque es del 35 %, aunque el promedio aplicado es del 12 %.
La propuesta argentina, no concuerda con la presentada por Uruguay en la reunión extraordinaria, que se inclina por bajar el arancel de importación de productos de países extrabloque, en forma global, sin plazos de tiempo que permiten una evaluación de impacto en los sectores productivos, y de modo transversal. Una rebaja de 10% para 2021 y otro 10% para el año próximo. En este punto, sin embargo, y a pesar de que los diplomáticos uruguayos aseguran contar con el apoyo de Brasil, la tensión interna después de los cambios en la cartera de Relaciones Exteriores brasileña, produjo el aval del ministro de Economía de Brasil, Pablo Guedes, y una posición más cauta por parte de Itamaraty. (Ver más adelante en esta misma nota).

Argentina, por su parte, diseñó su plan de rebaja del AEC promedio, segmentando el universo arancelario en productos agroindustriales, industriales, bienes de capital, de informática y telecomunicaciones. Para llegar a esta oferta, los funcionarios argentinos desarrollaron un minucioso trabajo para disminuir el nivel de arancel sector por sector, explorando cada uno de los impactos que tiene el arancel en los distintos sectores productivos del país, explicó el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, en entrevista publicada en Búsqueda.
“En el orden de 5.000 productos la diferencia con Brasil es muy escasa, del orden del 2%. En suma, se buscó la convergencia del 75% del arancel en los términos de la reducción del 10% que plantea Brasil, y quedó el 25% para seguir discutiendo”, explicó el funcionario.

En términos políticos, mientras Brasil propone una rápida modificación del AEC para el bloque, el gobierno argentino anticipó que prefiere el avance consensuado con los sectores productivos. En esta dirección, trabaja con los sectores de agroindustria e industria, para lograr el equilibrio, manteniendo el método de eslabones de las cadenas productivas. Al mismo tiempo, propone una mayor reducción en materias primas e insumos y no en bienes finales.

Esta posición que es compartida por industriales de ambos países, quedó establecida en la Declaración del Consejo Industrial del Mercosur en la conmemoración de los 30 años del bloque.

El documento advierte que el proceso de revisión del AEC/TEC demanda transparencia, con divulgación de informaciones sobre los cambios en análisis y de resultados de estudios de impacto de esos cambios, sistema que la administración argentina incluyó en su propuesta de plan gradual de rebaja arancelaria. Al mismo tiempo, el CIM reclama en el trabajo, la participación del sector privado en las negociaciones internacionales del Mercosur.


El relacionamiento externo y el Tratado de Asunción

Argentina está dispuesta a buscar estrategias técnicas y legales para permitir la negociación de miembros del Mercosur con otros países extrabloque, siempre que se respete el principio fundacional de integración, y los canales de discusión interna, de acuerdo con lo expresado por fuentes de Cancillería.

En la apertura de la reunión, el canciller Felipe Solá dejó clara su postura en favor de seguir encarando las negociaciones externas unidos en el bloque, tal como lo determina el tratado fundacional del Mercosur. Argentina también propone contemplar modalidades específicas de ofertas y disciplinas; así como producir un informe completo sobre el estado de situación de las diferentes negociaciones, en aras de proteger las industrias nacionales y regionales.

En este sentido, el jefe diplomático de Argentina -país que detenta la Presidencia Pro Tempore del bloque-, manifestó haber instruido “a los coordinadores del Grupo de Mercado Común para que, al finalizar este semestre, elaboren una propuesta de plan de negociaciones externas que identifique prioridades de la agenda externa del Mercosur”.

Uruguay, por su lado, manifiesta una posición diametralmente opuesta. En el artículo 8 de su propuesta, expresa claramente que “si la prioridad asignada o la no inclusión en el Plan de Negociaciones Externas de un tercer país o grupo de países no resultara satisfactoria para uno, dos o tres estados parte, dichos estados parte podrán iniciar las negociaciones de preferencias arancelarias con esas contrapartes, ya sea en forma grupal o individualmente”.

Ya no se trata de la propuesta de una reconfiguración de la institucionalidad del Mercosur, sino de la práctica desactivación del Tratado de Asunción que, en su artículo 1, reafirma “el compromiso de los Estados Partes del Mercosur de negociar en forma conjunta acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias”.

Si bien el canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, reconoció que aún no se alcanzó “una fórmula de consenso que nos permita llegar a la ansiada flexibilización”, por lo que habrá otro encuentro pautado para el mes próximo, la subsecretaria Carolina Ache Batlle declaró que lo alentador es que se incorporó el concepto de “Plan de negociaciones” para el Mercosur, que compromete a la Argentina a integrarse a una agenda amplia de negociaciones externas, pero en el camino de encontrar beneficios para todos los países. En este sentido, Bustillo se refirió a la propuesta uruguaya como “perfectible”, al mismo tiempo que se refirió a la “sensibilidad y la realidad de cada país”.”Beneficios tenemos que tener todos”, agregó según La República.

En tanto, el viceministro de Relaciones Económicas e Integración de la Cancillería paraguaya, Raúl Cauno, expresó que su país coincidió con Argentina en que flexibilización y arancel “son dos instancias diferentes que no pueden estar en un mismo instrumento porque tienen particularidades e impactos diferentes”, según AFP. La propuesta uruguaya “no es la forma adecuada, porque ataca los fundamentos de una unión aduanera, que es el estadio previo para la conformación de lo que queremos lograr: un mercado común”, añadió el funcionario.

El interrogante es cuál será la posición que adoptará Brasil en último término, ya que contra la dura posición del ministro Guedes, el director del Departamento de Mercosur e Integración Regional de Itamaraty, Michel Arslanian, explicó a Búsqueda, que si bien “la dinámica de las negociaciones externas fue afectada por la pandemia, se ha juzgado importante emitir esa señal del compromiso firme del Mercosur con su agenda de modernización”, sin que obste la discusión intrabloque para lograr ese objetivo. “El tema de la AEC, la manera que Brasil lo ve, es que es necesario emitir una señal. Hemos hecho una propuesta que tiene en cuenta la situación actual, las manifestaciones del sector privado, pero es un resultado parcial, no se pretende que lo que hagamos sea una respuesta completa en la revisión de la AEC”, agregó el funcionario de Itamaraty. La Cancillería de Brasil ya no está dirigida por Ernesto Araújo, de acérrimas posiciones, que impidieron la compra de la vacuna china por su abierta oposición a ese gobierno, que le valió el pedido de renuncia por parte del propio Congreso. Su sucesor,Carlos Alberto França, declaró que era partidario de "reforzar la cooperación internacional, sin exclusiones", marcando diferencias con su antecesor.

Veremos qué escenario se plantea en la nueva reunión de mayo de coordinadores del Grupo Mercado Común, con el encuentro presencial de Cancilleres a celebrarse en Buenos Aires.

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Graciela Baquero