Soja en el Mercosur

Estados Unidos es el único país de los tres productores regionales de soja –junto a la Argentina y el Brasil- con la capacidad económica y financiera para adoptar medidas de apoyo al sector, como mantener grandes stocks, otorgar subsidios a los productores y ofrecer créditos, o condiciones muy favorables a los compradores externos. Su influencia en el mercado mundial impacta sobre los productores del MERCOSUR.


En el ultimo cuarto de siglo, la cosecha mundial de soja pasó de 80 a 180 millones de toneladas, cifras que sugieren que fue una de las actividades de mayor crecimiento relativo en el sector agrícola. La producción de EEUU pasó de 50 a 80 millones en ese periodo; ese ritmo fue elevado pero inferior al mundial, lo que provocó que su participación cayera del 60% al 40% del total. La producción combinada de Argentina y Brasil en cambio, salto de 19 a 72 millones de toneladas, pasando al 40% del total mundial. Estados Unidos, Brasil y Argentina aportan entre 80 y 90% de la producción de soja y una parte similar de la oferta en el mercado mundial. EEUU perdió buena parte de su antigua hegemonía en la producción y la oferta de ese producto mantiene una posición dominante.

La demanda de soja se encuentra concentrada, aunque no tanto como la oferta. La UE tiene una producción mínima pero consume un 23% de la harina de soja que se consume en el mundo. Pero los nuevos consumidores están en el sudeste asiático y ya absorben un cuarto de la oferta mundial; Japón importa entre 5 y 6 millones de toneladas anuales y China supera los 15 millones.

EEUU cuenta con un enorme mercado interno que absorbe entre 50 y 55 millones de toneladas de soja, correspondiendo al consumo del 25% del total mundial. Sus exportaciones por lo tanto, son del orden del 45% de su producción. En cambio, las naciones del MERCOSUR dependen en grado apreciable de la demanda externa: Brasil exporta 75% de su producción mientras que Argentina vende al exterior 90% de la soja que cosecha. Las repercusiones en el ámbito macroeconómico de cada nación presentan diferencias aun mayores. Las divisas generadas por las exportaciones de esa oleaginosa resultan casi insignificantes para EEUU, frente a sus ventas totales al exterior; en cambio representan 8% de las exportaciones brasileñas y 20% de las Argentinas.

Por otra parte, EEUU es el único país de los tres con la capacidad económica y financiera para adoptar medidas de apoyo al sector, como mantener grandes stocks de soja, otorgar subsidios a los productores y ofrecer créditos, o condiciones muy favorables a los compradores externos.

MABC