Asimetrías y diferencias de enfoque

La iniciativa impulsada en la Cumbre del Mercosur de junio de 2003, verdadera propuesta de cohesión y ampliación del mercado común, está hoy sometida a tensiones. Es que existen puntos de vista divergentes en el bloque regional, especialmente cuando se trata de las pequeñas economías.


Paraguay y Uruguay comparten una visión pesimista, y sostienen que el Mercosur no cubrió sus expectativas en términos de desarrollo. Para los socios menores del bloque, la igualdad de derechos y obligaciones instituida por los instrumentos de la unión aduanera, los deja en condiciones desventajosas, incluso en referencia a los beneficios económicos obtenidos con los viejos compromisos de Aladi (Asociación Latinoamericana de Comercio), que –según lo referido por los funcionarios uruguayos- a iguales condiciones económicas, les dejaba las manos "libres" en sus relaciones externas.

Por su parte, Paraguay propone una serie de mecanismos que le concedan márgenes de maniobra adicionales a los que ya tiene, bajo el título de "tratamiento de las asimetrías" en el bloque. La economía más pequeña del Mercosur llegó a hacer la drástica propuesta de suspender el proceso de convergencia arancelaria que debería llegar al 14% en 2006, para todos los productos extrazona, y así dejar en libertad a los socios, permitiendo con ello el otorgamiento de incentivos y beneficios en la radicación de las inversiones.

El ingreso de los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) al Mercosur, es una propuesta a la que Uruguay y Paraguay también son reticentes. En realidad perciben a los miembros de la CAN "cooptando porciones de mercado regional y restando beneficios", explica el ministro Daniel Raimondi, Director de Asuntos Económicos - Comerciales del Mercosur de Cancillería.

Uruguay cree perder ventajas comparativas frente a los hipotéticos nuevos socios, en la medida en que los acuerdos firmados con Chile y Bolivia exigen una convergencia arancelaria para estos países en el largo plazo, y el más reciente refrendado con Perú carece incluso de tiempos. La misma situación se reeditaría con Ecuador, Venezuela y Colombia, que son los países cuyo ingreso estuvo fuertemente impulsado por Itamaraty para que se concrete en la Cumbre presidencial de diciembre. Uruguay - presidente pro tempore del bloque –, presentó la posición más irreductible.

Frente a la ambiciosa propuesta de Brasil, que esperaba anunciar el ingreso de estos países de la CAN, en la reunión de presidentes del Mercosur, se llegó a acordar la celebración de una reunión ministerial para avanzar en el comercio entre andinos y mercosureños.

La cancillería uruguaya se mantiene en su posición, reclamando las ventajas que cree le corresponden como socio primitivo del bloque, frente a los nuevos aspirantes. Se trata de regímenes especiales para bienes de capital e insumos agropecuarios –que le permitirán evitar la pérdida de competitividad- y la adopción del régimen de admisión temporaria.

La posición argentina, es la de compartir en un todo la política brasileña en términos de mantener la cohesión del Mercosur. Mantiene gran interés en el desarrollo de las disciplinas comunes, y en la concertación de un accionar común frente a terceros países, es decir, todo lo que pueda aportar a la consolidación del bloque. De porte medio, afectada por una reciente crisis, por bajos índices de población y relativamente alejada de los centros de consumo, Argentina percibe en el Mercosur una oportunidad única para optimizar su inserción en el mundo.

De allí que este país adopte una postura mediadora en el bloque, tratando de encauzar los pleitos surgidos con Uruguay y Paraguay, dentro de una lógica cuatripartita. "Hay algo legítimo en los reclamos de estos países", reflexionó Raimondi en su ponencia del Instituto de Derecho de la Integración y de Negociaciones Internacionales de la Universidad del Salvador. El funcionario, que reconoce cierta falta de racionalidad en la unión aduanera, al no haber contemplado –especialmente en el caso paraguayo-, mecanismos que atemperen las asimetrías en el bloque, no acuerda sin embargo con la concesión de "carta blanca" a estas economías. Hay acciones que pueden acordarse acotadas a proyectos específicos, otorgamiento de plazos y beneficios en términos de arancel externo común (AEC), todos mecanismos que deben ser acordados en programas aprobados por los cuatro miembros del Mercosur.

Graciela Baquero