Argentina elevó calificación a largo plazo

La agencia calificadora Standard & Poor’s Rating Services subió la calificación en escala global de largo plazo de la República de Argentina a ‘B’ desde ‘B-‘; la calificación de corto plazo en escala global a ‘B’ desde ‘C’ y la calificación soberana en la escala nacional de S & P para Argentina a ‘raAA-‘ desde ‘raA’. La perspectiva de las calificaciones continúa siendo estable.


"La suba refleja una mejora en la flexibilidad externa y fiscal del país", dijo Joydeep Mukherji, analista de S&P. Además, El panorama para la nota de largo plazo es estable, agregó la agencia.

Por un lado, S&P respaldó la decisión en el nivel de deuda hacia la baja. "Se estima que la deuda externa disminuirá a 100% de los ingresos proyectados de la cuenta corriente este año, casi un tercio del nivel en 2004", indicó la S&P en un comunicado.

Y agregó: "Los menores niveles de deuda, el menor riesgo de problemas económicos ocasionados por los acreedores que rechazaron la oferta de renegociación de deuda soberana en 2005, y el retorno de capitales han consolidado la liquidez externa de Argentina".

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Pero también S&P indicó que "Argentina cuenta con mejores indicadores de salud y educación y mejor infraestructura física que países con calificación similar, y una mayor profundidad técnica y gerencial".

Sin embargo, la agencia indicó que la calificación tiene varios limitantes, como el legado de instituciones públicas débiles e incertidumbres jurídicas que afectan las perspectivas de inversión y crecimiento en el mediano plazo, un nivel de deuda aún alto y limitada flexibilidad monetaria.

Para la agencia, "la débil relación del Gobierno con las empresas de servicios públicos privatizadas, como así también su reciente intervención en mercados no regulados con el fin de controlar los precios, pueden limitar la inversión privada y el crecimiento del PBI en el mediano plazo".

Respecto del nivel de deuda pública (u$s 117.209 millones a fines de 2005), pese al impacto de la renegociación se ubicará en un nivel "inmediatamente anterior al incumplimiento de pago soberano en 2001", alrededor del 60% del PBI en 2006.

Además, "la resentida relación con los acreedores que rechazaron la oferta de renegociación de deuda en 2005, como así también el tenso vínculo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), podrían afectar negativamente la capacidad del Gobierno soberano para obtener acceso a financiamiento externo en los próximos años".

Respecto de la política monetaria, S&P evaluó que al orientarse a promover el crecimiento del PBI y mantener un dólar alto "ha contribuido al reciente incremento del nivel de inflación, que podría oscilar en alrededor del 12% nuevamente este año".

"Es poco probable que los acuerdos de precios con ciertos productores obtenidos por el Gobierno solucionen la causa subyacente de la inflación, lo que incrementa el riesgo de que las expectativas de una mayor inflación ingrese en los contratos económicos", agregó el informe de la agencia.

Además, la flexibilidad monetaria también se limita "por el legado de la reciente crisis financiera, que condujo a la pérdida de la autonomía del Banco Central y dañó tanto la credibilidad como el mecanismo de transmisión de la política monetaria".

La perspectiva estable de las nuevas calificaciones se basa en la expectativa de buenos desempeños económicos para este año y el próximo, con un continuo crecimiento del PBI y superávit fiscales y de cuenta corriente.

"El desempeño fiscal es clave para la estabilización de la trayectoria de crecimiento del país que ha sido históricamente volátil. Lograr contener la reciente suba de la inflación contribuiría a reducir presiones políticas para el incremento de salarios del sector público, permitiéndole al Gobierno mantener la flexibilidad fiscal recientemente obtenida si disminuye el crecimiento económico a niveles moderados", señaló S&P.

Para la calificadora, este hecho, junto con medidas orientadas a resolver problemas regulatorios que limitan la inversión en sectores de infraestructura claves, "incrementaría la probabilidad de una trayectoria de crecimiento más sostenible y estable en el mediano plazo, fortaleciendo la posición crediticia del país".

Por el contrario, "una continuidad en la intervención discrecional del Gobierno en sectores económicos clave, tales como las últimas medidas destinadas a reducir los precios de artículos específicos, podría afectar la inversión privada en el mediano plazo, disminuyendo las perspectivas de crecimiento del PBI y la confianza del mercado, y debilitar potencialmente la calidad crediticia del soberano", remarcó S&P.

La agencia también subió las calificaciones crediticias de emisor de largo plazo de las administraciones de la Ciudad de Buenos Aries y de la Provincia de Mendoza, en ambos casos de "B-" a "B".

MABC