Amazonia: geopolítica, integración y seguridad multidimensional

La Amazonia precisa ser descifrada en el contexto del desarrollo desigual y combinado del capitalismo. La verdad es que el gigantesco bioma continúa suscitando cuestionamientos y disputas calurosas, reavivando cuestiones controvertidas sobre soberanía, defensa, seguridad, presencia incontrolada de actores y desafíos crecientes de compatibilizar protección de recursos naturales, crecimiento económico, justicia social y gestión democrática. En fin, la cuadratura del círculo del desarrollo sustentable.


Considerada the last frontier- la última gran frontera de recursos-, en un proceso secular de ocupación desordenada y degradación de sus recursos naturales; la región amazónica se amolda a un escenario estratégico de reestructuración del capitalismo contemporáneo, resaltando entre otros aspectos, su rica sociobiodiversidad-diversidad cultural y banco genérico de la sociedad futura y la función impar de las florestas en captar carbono de la atmósfera, contribuyendo en forma decisiva a la regulación de los procesos climáticos en el ámbito mundial. La degradación socioambiental tornó a la Amazonia vulnerable a las críticas y presiones externas, poniendo en jaque los límites de la soberanía brasileña.

La Amazonia precisa ser descifrada en el contexto del desarrollo desigual y combinado del capitalismo, donde los problemas impostergables y amenazas sistémicas como la pobreza, desigualdad, estancamiento económico, corrupción, violencia y catástrofes climáticas, demarcan un conjunto de situaciones caóticas en el curso de la nueva geopolítica global tensa e incierta, que expone crisis mundiales sistémicas, grávidas de riesgos y turbulencias. La verdad es que el gigantesco bioma continúa suscitando cuestionamientos y disputas calurosas, reavivando cuestiones controvertidas sobre soberanía, defensa, seguridad, presencia incontrolada de actores y desafíos crecientes de compatibilizar protección de recursos naturales, crecimiento económico, justicia social y gestión democrática. En fin, la cuadratura del círculo del desarrollo sustentable.

La dependencia financiera, política y tecnológica de regiones más desarrolladas del país y del mundo se han traducido en intercambios comerciales desiguales, considerando la posición desventajosa de la Amazonia que se presenta como simple proveedora de materias primas, presionando la base de recursos naturales de la región y llevando consecuentemente a la degradación de los ecosistemas. La política oficial del gobierno brasileño para Amazonia, sobre todo a partir de la década del ´80, se expresa en la creación del Programa Grande Carajás – PGC, que tenía exactamente ese propósito, de garantizar divisas para superar el período crítico de crisis mundial y de dar continuidad al desarrollo regional (BECKER, 2004).
Históricamente la Amazonia ha sido incluida en este proceso por las presiones de los movimientos ecológicos, notoriamente de los países desarrollados y los grupos ambientalistas transnacionales.

La Amazonia brasileña atrajo la atención por la elevada progresión de índices de desmonte, que estarían implicando cuestiones vitales para el mantenimiento del desarrollo global, comprometiendo reservas estratégicas en términos de insumos y servicios provenientes de la naturaleza. Se hizo pública la tesis del “desorden ecológico planetario”como configuración del escenario que las sociedades estaban optando, teniendo en cuenta la adopción del modelo industrialista-consumista desenfrenado, ávido de recursos cada vez más escasos, comprometiendo la propia supervivencia de la especie humana (ALTVATER, 1989; LEIS & VIOLA, 1993).

El desafio de la Pan-Amazonia en el mundo globalizado consiste en el aprovechamiento de sus ventajas comparativas (recursos hídricos, biodiversidad, multiculturalismo, energías renovables, etc.), subordinando el crecimiento de la economía al modelo de sociedad igualitaria, donde sean forjados nuevos patrones de sociabilidad humana pautada en la democratización de los espacios públicos y satisfacción de las necesidades básicas de la población. La Amazonia brasileña (que representa 70% de la Amazonia sudamericana) detenta la mayor cuenca hidrográfica del mundo y concentra 20% de toda la disponibilidad de agua dulce del planeta.

Las florestas tropicales brasileñas son consideradas inmensas fronteras de megabiodiversidad, patrimonio incalculable de recursos de flora y fauna: insumos para experimentos en el área de biotecnologia y banco genético estratégico en el campo de la investigación científica global. La constitución multicultural del pueblo brasileño es una fuerte invocación histórica y simbólica a la afirmación de la identidad étnica en el plano de la diplomacia mundial. Recursos oriundos de la biomasa y fuentes energéticas renovables colocan al Brasil en um lugar de liderazgo del nuevo modelo de convivencia entre naciones y civilizaciones.

El Brasil como potencia ambiental internacional, necesita asumir un compromiso ético con las futuras generaciones y efectuar una opción por la sustentabilidad. Por las potencialidades intrínsecas de la mayor frontera de recursos naturales del planeta, la Amazonia es ciertamente un espacio estratégico para repensar una política nacional de desarrollo sustentable, además de los servicios ambientales vitales (captación de carbono, ciclos hidroquímicos, etc.) que proporciona a la gobernanza climática regional, nacional y global.

Alberto Teixeira da Silva é Doutor em Ciências Sociais pela Universidade Estadual de Campinas, UNICAMP. Mestre em Planejamento do Desenvolvimento pelo Núcleo de Altos Estudos Amazônicos da Universidade Federal do Pará, NAEA/UFPA. Coordenador Acadêmico e Professor de Relações Internacionais do Programa de Pós-Graduação em Ciência Política, PPGCP/UFPA.


Texto completo en Dossier Temas del Cono Sur 58, marzo 2009

Alberto Teixeira da Silva