Lo político, lo económico y lo jurídico:

Entender ese triple vínculo es hoy más relevante que cuando en 1947 se creó el GATT y se diseñaron las reglas de juego básicas del sistema multilateral del comercio mundial. Entonces eran muy pocos los países participantes con capacidad de tener una incidencia decisiva en el proceso de creación de tales reglas y, menos aún, en su aplicación efectiva, explica Félix Peña en su trabajo de Abril de 2017.


El sistema multilateral del comercio mundial, institucionalizado antes en el GATT y hoy en la OMC, consiste (i) en reglas jurídicas pactadas por los países participantes, (ii) en procesos de creación de eventuales nuevas reglas, y (iii) en mecanismos de custodia del cumplimiento de las reglas. Al igual que en el deporte – por ejemplo, el futbol- las reglas, las que se considere necesario crear o modificar, y la custodia de su efectividad, son elementos esenciales para garantizar la igualdad de condiciones para competir. En especial, una competencia que se desarrolle conforme a reglas de juego (“rule-oriented”) protege los intereses de los participantes que, eventualmente, puedan ser más débiles  (sobre la importancia del respeto de las reglas internacionales pactadas por un país, es recomendable ver el fallo del Dr Antonio Boggiano en el célebre caso “Cafés La Virginia SA.” ante la Corte Suprema de Justicia, del 13 de octubre de 1994, en http://www.saij.gob.ar/corte-suprema-justicia-nacion-federal-ciudad-autonoma-buenos-aires-cafes-virginia-sa-apelacion-denegacion-repeticion-fa94000349-1994-10-13/123456789-943-0004-9ots-eupmocsollaf y, en especial sus referencias en la página 1305 a opiniones de John Jay, en “El Federalista”, y en las páginas 1305 y 1306 a opiniones de Juan Bautista Alberdi).

En la vida real la efectividad de las reglas multilaterales que se aplican a las relaciones comerciales internacionales, suele estar en tensión con otros factores que inciden en el comportamiento de los competidores, tales como los relacionados con su poder relativo y con sus intereses económicos. De ahí que, cuando Pascal Lamy era Director General de la OMC y señalaba que la geopolítica había retornado a la mesa de las negociaciones comerciales internacionales, se estaba refiriendo a un vínculo que a veces se subestima en el abordaje de las realidades internacionales y, más aún, en el trazado de estrategias nacionales que sean eficaces para el comercio exterior –incluyendo, por ende, las de las empresas que se proyectan al mundo a partir de un país determinado-. Se trata del vínculo entre la lógica del poder, la de la economía en todos sus desdoblamientos, y la de las reglas de juego, es decir, la del derecho. En la realidad, interactúan en forma tan dinámica que a veces es difícil captar tal vínculo con perspectivas mono-disciplinarias. Y si se intenta leer la realidad en la perspectiva de sólo una de las tres lógicas, el riesgo fuerte es el de no entender su compleja esencia.

Hoy entender ese triple vínculo es más relevante, en buena medida por el hecho que, a diferencia de cuando se diseñaron en 1947 las reglas de juego básicas del GATT, en que eran muy pocos los países participantes con capacidad para tener una incidencia decisiva en el proceso de creación de tales reglas, ahora son muchos y es difícil decir cuáles son los decisivos. Está claro que ya no hay un principal “rule-maker”, como sí lo era EEUU en aquellos años fundacionales.

En los últimos tiempos algunas reglas básicas del sistema multilateral del comercio mundial estarían siendo cuestionadas por protagonistas relevantes (ver al respecto este Newsletter del pasado mes de marzo, en http://www.felixpena.com.ar/index.php?contenido=negociaciones&neagno=informes/2017-03-iniciativa-oportuna-aladi). La paradoja es que lo serían precisamente por quienes las produjeron en su momento. Si bien es prematuro extraer conclusiones de lo que se está observando en la fase inicial del gobierno del Presidente Trump, la aplicación del criterio de “America First” en la apreciación por parte de los EEUU del sistema comercial multilateral institucionalizado, antes en el GATT y hoy en la OMC, podría conducir incluso a una eventual erosión creciente de la eficacia y legitimidad de diversas reglas básicas del comercio mundial. Por momentos, lo estaría tornando evidente los planteamientos que altos funcionarios del gobierno del Presidente Trump, suelen efectuar sobre el valor que para los EEUU tendrían las reglas multilaterales del comercio mundial. Tales planteamientos se expresarían en el cuestionamiento al principio de no discriminación contenido en el artículo I del GATT –incorporado a la OMC- que establece la cláusula incondicional de la nación más favorecida, como una de las reglas fundamentales del sistema multilateral del comercio mundial. También estaría siendo cuestionada la regla del artículo III, que obliga a no dar un tratamiento discriminatorio, en el mercado interno, a los productos provenientes de otros mercados con respecto a los de origen nacional. No sería un tema banal, como se puso de manifiesto los días 16 y 17 de marzo, en la reunión de los Ministros de Finanzas del G.20 en Baden-Baden (Alemania) (ver https://www.g20.org/Webs/G20/EN/G20/meeting_ministers/meetings_ministers_node.html), cuando se tuvo que licuar en la declaración final la referencia al proteccionismo, que había estado presente en tal ámbito desde 2008. La razón sería simple: el Secretario del Tesoro de los EEUU se habría opuesto a los términos de tal referencia

Lo antes señalado, pone en evidencia entonces la relevancia práctica de entender en el sistema de la OMC, el vínculo entre poder, economía y derecho, Aún más: la historia larga nos recuerda que tal vínculo ha sido siempre esencial para entender las relaciones comerciales internacionales.

De allí la importancia de abordar con un enfoque multidimensional la formación de profesionales especializados en estos temas. Es lo que hoy se está observando en los programas de capacitación de especialistas en comercio internacional y en relaciones comerciales internacionales, tanto a nivel de grado y en especial de post-grado.

Pero también pone en evidencia la relevancia que tiene la próxima Conferencia Ministerial de la OMC, que se realizará en diciembre próximo en Buenos Aires. Es el ámbito en el que naturalmente los países procurarán clarificar aspectos que son esenciales a la validez del actual sistema multilateral del comercio y, posiblemente, aportar iniciativas que contribuyan a su eventual rediseño, al menos en aquello que se considere necesario para su eficacia.

Cabe recordar, finalmente, que la historia del camino que condujo al desastre de la segunda guerra mundial, ilustra sobre el impacto negativo en la gobernanza global que puede resultar de una erosión pronunciada del marco institucional del comercio mundial y de sus reglas de juego.

 

Texto completo: www.felixpena.com.ar

 

(*) Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales - Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group.

 

 

Félix Peña