Las reglas del juego y el necesario equilibrio de intereses

Los requerimientos de adaptación y flexibilización en la OMC y en el Mercosur para la eficacia del sistema de reglas juego del sistema internacional, son analizadas en el último trabajo del profesor Félix Peña (*).


Las nuevas realidades del poder económico mundial y los efectos que sobre el comercio internacional ha tenido la actual crisis global, son factores que actualizan la importancia de una cuestión relevante tanto en el plano global de la Organización Mundial del Comercio (OMC) como en el regional del Mercosur. Su relevancia se acentúa por ser ambos ámbitos institucionales con marcada incidencia en el desarrollo del comercio exterior argentino.

Cabe tener en cuenta que el Mercosur presenta actualmente un cuadro de creciente deterioro. La precariedad de sus reglas de juego y los constantes incumplimientos son factores que han contribuido a ello. Nadie lo ha reflejado en forma más clara que José Mujica, el candidato a Presidente del Frente Amplio en el Uruguay. Concretamente señaló que “el Mercosur anda rengo y a la miseria”. No es una opinión aislada. Ni todo el mundo la expresa con tanta franqueza.

El hecho que la reciente Cumbre de Asunción y en especial la reunión del Consejo del Mercado Común no concluyera con resultados significativos – especialmente en relación al perfeccionamiento de la unión aduanera – (ver la información sobre las decisiones aprobadas en www.mercosur.int), incentiva a reflexionar sobre el futuro de la integración regional en particular a la luz de las nuevas realidades internacionales.

Por cierto que no todo es negativo en la experiencia acumulada por el Mercosur. Tanto en el plano político como en el económico hay resultados concretos que ni los países ni sus empresas querrían perder. Pero a pesar de ello suele predominar una sensación de frustración. Quizás sea la contrapartida de la tendencia a relatos generadores de fuertes expectativas. El exceso de diplomacia mediática y de efectos especiales, puede conducir más temprano que tarde a la sensación de fracaso, tan pronto se compara lo prometido con lo producido.

Retomando la expresión de Mujica, es posible sostener que la nueva realidad internacional no deja lugar alguno para desaprovechar oportunidades y, en ese sentido, el Mercosur -como ámbito de trabajo conjunto de países y empresas de la región- no puede permitirse seguir “rengo y a la miseria”. Tal como fuera señalado en este Newsletter del pasado mes de julio, para superar tal condición puede ser útil entonces conocer las propuestas que tengan para formular quienes hoy participan activamente en el intercambio comercial y en las inversiones productivas que se concretan en su ámbito, muchas veces gracias a los compromisos que los países ya han asumido.

La de la opinión de los empresarios sobre la integración regional en el nuevo escenario internacional, fue precisamente una de las cuestiones abordadas en el reciente II Coloquio Industrial de Córdoba los días 27 y 28 de julio pasado, que tuvo como tema central el de “Qué modelo industrial necesitamos para la Argentina de los próximos años” (ver toda la información sobre el Coloquio y las respectivas presentaciones en www.uic.org.ar/pagina.asp?id=1080).

Cabe tener presente, además, que el mencionado proceso de deterioro también puede llegar a ocurrir en el caso de la OMC. Por más que hoy parezca lejana, subestimar tal posibilidad sería muy riesgoso. De allí la importancia de asegurar el éxito de la próxima Conferencia Ministerial a realizarse en Ginebra a finales de noviembre, así como la de avanzar en la conclusión de la Rueda Doha. La próxima reunión ministerial informal a realizarse los días 3 y 4 de septiembre en Nueva Delhi, a la que han sido invitados unos 36 países miembros de la OMC, así como la Cumbre del Grupo de los 20 que tendrá lugar en Pittsburg, Pennsylvania los días 24 y 25 de septiembre (ver http://www.pittsburghsummit.gov/), permitirán apreciar si existe suficiente voluntad política para superar todos los obstáculos que aún existen a fin de lograr el objetivo anunciado en ocasión de la pasada Cumbre del G8 de L’Aquila, los días 8 al 10 de julio pasado, en el sentido de concluir en el 2010 una Rueda Doha ambiciosa y equilibrada.

De allí que sea acertada la selección del tema central del reciente informe de la OMC sobre el comercio mundial. En su presentación, Pascal Lamy, el Director General de la OMC, señaló: “La elección del tema de este año para el Informe sobre el Comercio Mundial es sumamente pertinente si se considera el desafío de asegurar que los circuitos del comercio sigan abiertos a pesar de la adversidad económica. Para la eficacia y la estabilidad de los acuerdos comerciales es fundamental la adopción de medidas especiales bien equilibradas, destinadas principalmente a hacer frente a una diversidad de situaciones de mercado imprevistas. El Informe estudia esta proposición desde varios ángulos”.


(*) Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank, y del Módulo Jean Monnet y del Núcleo Interdisciplinario de Estudios Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group.


Texto completo en www.felixpena.com.ar  

Félix Peña