Las relaciones exteriores de México

La política exterior de México estará guiada por la defensa de la soberanía nacional, la no intervención en los asuntos internos de otros países y la solución pacífica de las controversias.


Héctor Vasconcelos, que potencialmente ocupará la cancillería de México en el nuevo Gobierno, fue entrevistado en exclusiva con RT sobre algunas de las propuestas.

"Por su historia y vocación, México es parte de los países del Sur, con los que siempre se había mostrado solidario. Es preciso rehacer y estrechar nuestros vínculos con este vasto conjunto de países y especialmente con los de América Latina, cuyas repúblicas están en proceso de importantes transformaciones".

A través de estas palabras, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien resultó electo presidente de México este 1 de julio con más del 50% de los votos, dejó plasmada su visión sobre la evolución de la región latinoamericana en el Nuevo Proyecto de Nación por el Renacimiento de México, documento publicado en marzo de 2011, un año antes de contender por segunda ocasión por la Presidencia de la República.

América Latina cambió. La mayoría de los países sudamericanos tiene hoy Gobiernos de orientación conservadora. No obstante, la mala racha de la izquierda se rompió tras el triunfo aplastante de AMLO. Para algunos, la victoria de AMLO constituye una oportunidad histórica para rediseñar el mapa político de todo el Continente. "Es una clara señal de que la izquierda continúa siendo una opción política en América Latina", comenta Jorge Eduardo Navarrete, investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Héctor Vasconcelos, quien a partir del próximo 1 de diciembre estará a cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, comenta a RT que bajo un Gobierno encabezado por AMLO la política exterior de México volverá a sus principios originales: México necesita resolver sus propios problemas en lugar de intervenir en los asuntos internos de otros países.

Lamenta que durante los últimos Gobiernos la política exterior haya estado centrada de manera excesiva en EE.UU. Héctor Vasconcelos considera que, sin descuidar los grandes problemas que existen en el plano interno, México necesita voltear la mirada hacia otras partes del mundo, América Latina incluida, una región con la que comparte rasgos tanto culturales como históricos.

En exclusiva, Héctor Vasconcelos detalló los planes que la nueva Administración perfila hacia América Latina y el Caribe, una región que, a su juicio, no ha sido tomada en cuenta lo suficiente por los últimos Gobiernos. La política exterior de México estará guiada, dice, por la defensa de la soberanía nacional, la no intervención en los asuntos internos de otros países, la libre autodeterminación de los pueblos y la solución pacífica de las controversias. En definitiva, México necesita retomar el rumbo y volver a ser una nación soberana en la toma de decisiones de política exterior. Solamente así es como será una voz que se haga respetar en el mundo.

La relación con Cuba

Las relaciones entre México y Cuba bajo un Gobierno de AMLO serían de amistad y solidaridad. Entre los países caribeños, las relaciones con la República de Cuba serían la prioridad, país con el que México "tiene lazos históricos y fraternales que deben reflejarse en una más intensa relación bilateral", se lee en el programa de política exterior para el período comprendido entre 2018 y 2024.

Los planes de AMLO apuntan, además, hacia el fortalecimiento de los vínculos con organismos regionales como la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y la Comunidad del Caribe (CARICOM).

Uno de los mejores momentos de la diplomacia mexicana, según AMLO, fue la postura asumida por el Gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964). En su Proyecto Alternativo de Nación publicado en el año 2004, recuerda que el Gobierno de aquel momento tomó la decisión adecuada de no acatar la solución unánime de la Organización de Estados Americanos (OEA) de romper las relaciones con la isla.

secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en una reunión de la OEA. Washington (EE.UU.), 4 de junio de Venezuela y el Grupo de Lima

Todo apunta a que la relación con el Gobierno de Nicolás Maduro será uno de los temas de mayor controversia que tendrá que enfrentar el cuerpo diplomático de un Gobierno encabezado por AMLO. Las presiones de la Administración estadounidenses sobre varios países latinoamericanos para condenar la situación que vive Venezuela han venido de menos a más.

Desde la campaña electoral de 2006, los detractores de AMLO desataron una intensa campaña de propaganda que comparaba la personalidad de quien había sido Jefe de Gobierno de la Ciudad de México con la del presidente Hugo Chávez. "Autoritario" y "violento" fueron algunos de los calificativos lanzados por los opositores de AMLO para convencer a la opinión pública de que, en caso de ganar la presidencia, México se convertiría en Venezuela: una "dictadura" sumida en "crisis".

Bajo el Gobierno de Enrique Peña Nieto las relaciones entre México y Venezuela se tensaron todavía más cuando Lilian Tintori y Antonieta Mendoza, esposa y madre del líder opositor preso Leopoldo López, respectivamente, fueron recibidas en febrero de 2016 por la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, con quien compartieron "información sobre la situación que prevalece en Venezuela", de acuerdo con una nota informativa de la cancillería mexicana. Horas después, fueron recibidas en el Senado de la República.

"México se ha caracterizado siempre por su sabiduría en el manejo de su política exterior (…) [en este Gobierno] se olvidaron dos principios: la no intervención y la libre autodeterminación de los pueblos", respondió AMLO de manera tajante, al ser cuestionado sobre la decisión de la Administración de Peña Nieto de suscribir la carta de la OEA que, entre otras cosas, demandaba al Gobierno venezolano realizar "elecciones libres" así como poner en "libertad a los presos políticos".

Interpelado sobre si el nuevo Gobierno de AMLO estará dispuesto a abandonar el Grupo de Lima, Héctor Vasconcelos, quien también se desempeñó como cónsul de México en Boston, revela que prefiere esperar hasta diciembre para analizar bien la situación. De cualquier forma, recalca, México saldrá en defensa del principio de no intervención en los asuntos estrictamente internos de otros países. Considera que la defensa de este principio no está reñida con que el próximo Gobierno de México sirva como mediador en conflictos internacionales, o que no esté comprometido con la defensa de los derechos humanos y la democracia.

Apuesta por la Cuenca del Pacífico

Junto con Chile, Colombia y Perú, México forma parte de la Alianza del Pacífico, un bloque regional constituido en abril de 2011 que nace como una respuesta a la crisis económica mundial de 2007-2008 y el lanzamiento de iniciativas de integración de carácter alternativo como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica (ALBA) y Petrocaribe.

En su programa de política exterior, AMLO detalla que su Gobierno está dispuesto a dar continuidad a los avances y esfuerzos realizados con la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y la Alianza del Pacífico. "La Alianza ofrece horizontes muy importantes para México que tenemos que explorar a profundidad, queremos una colaboración mucho más estrecha con las naciones de la Cuenca del Pacífico", sentencia Héctor Vasconcelos.

Sin embargo, por sus resultados hasta ahora, surge la pregunta de hasta qué punto la Alianza es una herramienta que promueve la integración de la región. Los flujos comerciales entre sus integrantes son muy reducidos y lo mismo pasa con la inversión extranjera directa. No existe ningún plan enfocado a fortalecer los eslabonamientos productivos entre las empresas de los países que integran la Alianza. En contraste con el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Alianza ni siquiera cuenta con un fondo de convergencia estructural, un instrumento destinado a reducir las brechas de desigualdad.

Jorge Eduardo Navarrete, exembajador de México en China, y quien ha participado en la redacción de varios de los planes de política exterior que AMLO ha presentado, sostiene que una de las ventajas que tiene la Alianza del Pacífico a diferencia de otros bloques regionales es que no ha estado sometida a los vaivenes políticos de los países que la conforman, sino que obedece a intereses de largo aliento.

Uno de los principales objetivos de la Alianza, según su documento fundacional, es profundizar las relaciones entre América Latina y la región Asia-Pacífico. No por nada tres de los cuatro países de la Alianza del Pacífico –Chile, México y Perú– estaban interesados en la entrada en vigor del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), un mega acuerdo comercial de 12 países que quedó sumido en la parálisis una vez que EE.UU. se levantó de la mesa de negociaciones por orden del presidente Trump en enero de 2017.

Tras la debacle del TPP, se lanzó el plan de conformar un TPP de 11 países, un acuerdo comercial que fue rebautizado bajo el nombre de Acuerdo Progresivo y Global para la Asociación Transpacífica (CPTPP, por sus siglas en inglés) y que fue firmado en marzo de este año en Chile. En abril, el CPTPP fue avalado por el Senado mexicano por 74 votos a favor, 24 en contra y cuatro abstenciones. de

Senadores de la bancada integrada por el Partido del Trabajo (PT) y el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), dos de los partidos políticos que postularon a AMLO como candidato a la presidencia, votaron en contra. Héctor Vasconcelos sostiene que, si bien están interesados en profundizar los vínculos entre México y los países de la Cuenca del Pacífico, "la negociación del CPTPP se llevó a cabo de espaldas a la opinión pública y sin la participación de todos los sectores productivos involucrados". Vasconcelos comenta que el equipo económico de AMLO tendrá que realizar un balance sobre los alcances del CPTPP tomando en cuenta las relaciones con EE.UU. Recuerda que, aunque el magnate de Nueva York firmó una orden ejecutiva para abandonar el TPP, posteriormente dejó entrever la posibilidad de volver a incorporarse. "Habrá que analizar las circunstancias a partir del 1 de diciembre próximo; de cara a la sociedad, habrá que analizar qué conviene a los intereses de México", concluyó. Entrevista de Ariel Noyola Rodríguez (fragmento).

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