El rol del mercado de capitales

Aníbal Stella, titular de Garantizar SGR se refirió al trabajo conjunto del sector público y el privado en el sistema de SGRs, por la previsibilidad que da este mecanismo a las inversiones y por las enormes posibilidades que ofrece a los sectores con menor capacidad de financiamiento.


También subrayó el rol del mercado de capitales como el vehículo ideal para captar el ahorro del público que -en gran medida- hoy está al margen del circuito formal, y canalizarlo de una vez por todas a actividades productivas. Esto último es un objetivo clave para el desarrollo del país y para prevenir futuras crisis ya que, recordó Stella, fue justamente la falta de sustento de la financiación en la economía real lo que desencadenó la debacle que tuvo epicentro en las economías centrales.

La principal conclusión de todas las exposiciones es que el mercado de capitales constituye el canal idóneo para el financiamiento de largo plazo ya que permite la interrelación de inversores y empresas a través de activos financieros, y cuenta con la virtud de financiar sin un desfase de plazos. Esto significa que no existe el riesgo de endeudarse de corto y prestar a largo plazo, como le puede suceder a un banco.

Sin embargo, este potencial se choca con la realidad cuando se revisan los números de volúmenes negociados en el mercado de capitales local. Según estimaciones de la CNV, la capitalización bursátil (porcentaje del PBI) alcanzaba en 2007 a 25%, muy por debajo de Brasil (98) y Chile (141). Además, los recursos movilizados en aquel año fue de u$s 3.600 millones, ampliamente aventajado por los u$s 25.000 millones de la plaza chilena y los u$s 207.000 millones de Brasil.


Los instrumentos

En la última parte de la charla, el director de Fundación Garantizar el Desarrollo, Fernando Zack, presentó al presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Eduardo Hecker, quien elogió el avance logrado desde el año 2001 en el financiamiento del mercado de capitales al sector Pyme. Comentó que lo financiado a estas compañías por el mercado de capitales pasó de apenas el 0,1% en 2001 a 3% en el año 2005, para aumentar a 7,5% en el presente.

Actualmente, el instrumento más difundido en la plaza local sin duda es el cheque diferido, utilizado para fondeo de corto plazo con gran éxito por unas 7.000 empresas que buscan las tasas más convenientes que ofrece este documento, por debajo del interés que cobran muchos bancos, que puede estar patrocinado por una empresa cotizante o garantizado por una SGR. La flexibilidad de este instrumento lo convirtió rápidamente en uno de los favoritos, aumentando los fondos negociados por esta vía un 23% en julio pasado con respecto al mismo mes del año anterior, totalizando más de $ 83 millones.

Hecker destacó también la participación de los fideicomisos financieros como un instrumento asociativo con potencialidad para ser utilizados por cámaras empresarias y economías regionales, además de las Obligaciones Negociables y de la tradicional emisión de acciones. En este último caso, señaló que la bolsa local ya cuenta con algunos casos de éxito, mientras se espera la llegada en no mucho más del pagaré bursátil.


Radiografía del crédito en Argentina

Algunos datos del relevamiento del Mapa Pyme correspondiente a octubre de 2008 resumen los inconvenientes que afrontan las Pymes para acceder al crédito:

• En el primer semestre de 2008 sólo 21% de las Pymes encuestadas pidió un crédito bancario; el 48,2% se financió a través de sus propios proveedores; y 16,6% recurrió a prestamistas privados.
• Del 21% que recurrió a un banco el 74% obtuvo el préstamo. Dentro de ese grupo, la rama más favorecida fue el comercio (85%) seguido por el sector industrial (71%).
• En cambio, los sectores más marginados fueron la hotelería, los restaurantes y otros servicios, donde la proporción de los que consiguieron fondos varió de 50 a 64 %.
• En cuanto a la utilización del fondeo, la encuesta de Fundación Observatorio Pyme determinó que el 38% se orientó a maquinaria y equipo; un 30% fue para financiar capital de trabajo; 15% para inmuebles; 11% para bienes muebles y 6% se utilizó en otras inversiones.

SM