SPML. Una herramienta de cobertura

En el marco del desayuno de trabajo organizado por Banco Francés en la CACH, se detallaron las ventajas de una herramienta especialmente atractiva en tiempos como los actuales, en los que prevalece la incertidumbre de los mercados.


Yago Cóppola, responsable de la Mesa de Cambios de la entidad, explicó que la herramienta denominada Operaciones Compensadas a Término apunta a dar cobertura a compraventas a término pactadas bilateralmente entre el banco y su cliente, en la que una de las partes le vende divisa o cualquier otro bien a la otra, y la liquidación se realiza sin entrega del dinero físico, sino que se efectúa la compensación en pesos.

La operatoria es muy sencilla y por lo tanto facilita el acceso de las Pymes a su utilización, uno de los objetivos de BBVA cuando se delineó esta herramienta. Los contratos arrancan de un mínimo de u$s 20.000 y la compensación se realiza contra el precio de referencia publicado por el Banco Central. Esto significa que si un inversor compra dólares al 31 de diciembre por ejemplo a $ 3,40 y el tipo de cambio de referencia ese día resulta de 3,41, el banco le pagará un centavo de diferencia contra lo que tiene que cobrar.

Al contrario de lo que se supone inmediatamente siempre que se habla de futuros y derivados, este es un producto “netamente de cobertura”, afirma Cóppola, que no está pensado para la especulación y, a diferencia de otras coberturas, no involucra el pago de una prima al inicio del producto sino que prevé una compensación al vencimiento en base al tipo de cambio de referencia establecido por el BCRA. El ejecutivo aclaró que esta herramienta no es exclusiva para divisa sino que se puede aplicar a otros productos, como petróleo y cereales. “Tampoco esta operatoria está necesariamente ligada a operaciones de COMEX sino que puede aplicarse a otros conceptos, por ejemplo, a cuentas a pagar”, agregó.

Las Operaciones Compensadas a Término tienen tres aplicaciones principales, siendo la más común la de obtener cobertura ya que “permite asegurar un flujo de fondos en otra moneda, dando certeza en pesos para una operación de importación/exportación”, añadió Cóppola. Un segundo objetivo de los clientes que utilizan este producto es obtener rendimiento de la tasa de interés implícita en el Futuro, “o cuando especulan con grandes movimientos en el precio del subyacente”, y la tercera posibilidad es buscar posicionamiento, es decir, comprar o vender Futuros en función de lo que cada uno espera que ocurra en el mercado, sin necesidad de comprarlos en el presente.

Las ventajas que ofrece esta operatoria que se realiza contra el MAE, por ejemplo, en comparación al Rofex de Rosario, tiene que ver sobre todo con que no se requieren garantías. El Rofex es un mercado a término creado para los cereales donde se exige que se garantice la volatilidad del Futuro que el inversor está comprando. “Por ejemplo, si compro u$s 30.000 al 31 de diciembre me van a pedir que inmovilice un 8% como garantía”, señaló. En cambio, con el producto de Operaciones Compensadas a Término, el banco trabaja sólo con clientes y por lo tanto, no hay garantías de por medio sino que se afecta la línea de crédito que tiene asignada ese cliente en particular. Es decir, no hay salida de caja para la compañía sino que el banco le retiene el porcentaje necesario del total de financiamiento que le otorga habitualmente.

Otras ventajas tienen que ver con que no se requiere al cliente garantías adicionales ni cobertura de garantía diaria, que es lo que ocurre en todos los mercados a futuro donde hay un precio de referencia al final del día para ese mercado, que va a determinar el precio. Esto significa que bajo la modalidad tradicional, todos los días el inversor tiene que fijar la garantía y al final de la jornada tendrá que pagar la diferencia si el dólar cerró más alto de lo que pactó, o recibir la devolución del mercado si, al contrario, la cotización fue menor. Esta situación no permite tener certeza de cuánto va a salir la cobertura; en cambio, con el producto de Banco Francés se conoce ese valor al momento de contratarse el producto y solamente hay que esperar al vencimiento.

Un importador, por ejemplo, podría recurrir a este mecanismo para cubrirse de una deuda en dólares con su proveedor del exterior que debe cancelar en 30 días. Si lo que pretende es dar certeza a su operación -saber exactamente cuántos pesos tendrá que desembolsar-, puede comprar un Futuro. “Al contrario de lo que se piensa, el mercado de futuros está hecho justamente para eliminar la especulación porque da certezas al flujo de fondos”, sostuvo. Sus beneficios también se aplican a un exportador que, por ejemplo, tiene pendiente de cobro una operación a 90 días y que pretende asegurarse el tipo de cambio para preservarse de una posible caída de la cotización. En ese caso, puede vender un futuro de Tipo de Cambio.
Otro caso al que pueden aplicarse las Operaciones Compensadas a Término es el de una empresa que necesita tomar financiación de una operación de COMEX, pero prefiere convertir a pesos esa deuda y aprovechar el ahorro de la tasa. En este caso también puede contratar un Futuro de tipo de cambio. Esa ventaja en el interés al que se refiere Cóppola está dada por una distorsión del mercado originada en el arbitraje del BCRA, que interviene a diario el mercado y vende más de lo que el mercado demanda para mantener a raya el valor del dólar, recordó el ejecutivo. Actualmente, el tipo de cambio para futuros está en el orden del 19%, muy por debajo de la tasa real a 90 días, que ronda el 35%. “Cuando un inversor compra un Futuro se está asegurando el precio del dólar al vencimiento pase lo que pase, y si paga 8% a 90 días y a la vez compra un futuro para cancelar esos dólares a 19%, el costo genuino de la operación resulta de 25% en pesos”, ejemplificó.

Otro caso sería el de un inversor que pretende invertir en un PF en EE.UU. a 90 días, lo que le pagaría una tasa del 1,5%. “Como alternativa decide invertir en un PF en Argentina al mismo plazo a una tasa del 24% y comprar un futuro para cubrir su inversión”, finalizó.

SM