¿Se abre una nueva etapa?

Invitan a trabajar con la UE, en el acuerdo marco de 1995, adaptando los mecanismos y las reglas de trabajo a las realidades actuales.


Buenos Aires, 1/12/ 2018.- El día 23 de noviembre de 2018, en la Universidad Nacional de San Martín, fue desarrollado un conversatorio titulado: ¿Se abre una nueva etapa para la negociación Mercosur-UE? Condiciones, posiciones y alternativas, organizado conjuntamente por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

El objetivo fundamental de dicha actividad fue precisar algunos aspectos sustanciales del Acuerdo Mercosur- UE, su impacto sobre la estructura económica, capacidad regulatoria del Estado y su correlato sobre los diversos actores sociales.

Para dar apertura al interesante conversatorio Sofia Sternberg, moderadora de la mesa de disertación, hizo referencia al contexto actual sobre el cual orbita el acuerdo mencionado: “Surgen nuevos interrogantes como, por ejemplo, ¿Cuál será el futuro del Mercosur con la presidencia de Bolsonaro en Brasil y las elecciones de representantes para el parlamento europeo en mayo del año 2019?”, se preguntó.

Dicho esto, se dio lugar a la presentación de los panelistas que integraron la mesa de disertación. Entre ellos: Félix Peña, Doctor en Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, Luciana Ghiotto, Doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Carlos Bianco, Docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, según indicó Sofía.

Las palabras iniciales estuvieron a cargo de Félix Peña, quien señaló que “es hora de que nos preguntemos por vías alternativas a lo que sería un acuerdo de libre comercio birregional entre la Unión Europea y el Mercosur”. Mi intención no es ser pesimista, sólo pretendo ser más provocador y más realista en el análisis, enfatizó. Asimismo, la revisión que he venido haciendo me confirma un poco la hipótesis que me he planteado desde hace un tiempo: “en esta negociación bi-regional – y en otras de la Unión Europea, por ejemplo, con la India-, hay mucho de jugar como si realmente estamos negociando (bleff game) y de echar la culpa al otro (blame game) de los retrasos en la firma”, indicó.

“Las negociaciones iniciales entre la UE y el Mercosur, se plasmaron en la firma del acuerdo marco de comercio e inversión bi-regional del año 1995 (aún vigente y bastante subutilizado). Actualmente, ha quedado prácticamente diluido, señaló Peña. “Sus veinticinco capítulos plasman la agenda de cooperación entre ambos bloques y una cláusula evolutiva en la que se pueden ir agregando nuevos elementos. ¿Por qué se genera la idea de que estamos en un carril sin salida en las negociaciones? Tenemos un acuerdo que de alguna manera es mucho más moderno que esta idea de acuerdos bi-regionales de libre comercio”, agregó Peña.

En ese mismo orden de ideas, el académico sugirió: “¿Por qué no poner en vigencia el acuerdo marco de 1995? Invitó a leer los artículos del acuerdo marco e imaginar cómo podemos sentarnos a trabajar con la UE adaptando los mecanismos y las reglas de trabajo a las realidades actuales. Se debe precisar de manera clara lo que queremos negociar: ¿qué queremos?, ¿qué podemos? y empezar a construir una nueva metodología con base en el acuerdo marco, subrayó Peña.

Al finalizar su intervención Peña volvió a enunciar la importancia de tener una estrategia clara de cómo negociar, y agregó: “Es necesario tener una sinergia público- privado, entre el sector empresarial y el sector sindical, sólo a través de ella será posible armar una estrategia creíble”, subrayó.

A continuación, inició su intervención Luciana Ghiotto.

Ghiotto, destacó que el contexto actual no es el mismo del año 1999. “La UE, ha cambiado mucho su rol internacional en las negociaciones comerciales de éstos últimos veinte años. Sin embargo, el mandato que tiene el bloque europeo para negociar con el Mercosur hace referencia al esquema de negociaciones comerciales de los años 90”.

De hecho, en el acuerdo que se negocia entre la UE y el Mercosur no hay un capítulo de protección de inversiones extranjeras. “Aunque se pueden encontrar algunas disposiciones como la Cláusula de Trato Nacional y de Nación Más Favorecida, no hay en dicho acuerdo un mecanismo de solución de controversias inversor- Estado, como el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), ni tampoco hay un capítulo detallado sobre propiedad intelectual. No obstante, aparecen disposiciones de servicios y de compras gubernamentales metidas dentro de las disposiciones comerciales. Dichas disposiciones pueden significar una modificación de la legislación interna de los países", indicó Ghiotto.

Ghiotto, relata que fue luego de la Firma del Tratado de Lisboa en el año 2007, que la UE decide que se va a tratar el tema de inversiones como Unión y no unilateralmente. Ya para 2015, la Comisión Europea saca una nueva política comercial, mucho más agresiva, dado que estaba quedando atrás con muchas de las negociaciones a nivel global.

De hecho, “el modelo de negociación que empieza a armar la Unión Europea, es muy diferente a lo que tiene incluso Estados Unidos, quien implementa modelos mucho más homogéneos de negociación con otros países en distintas partes del mundo. El modelo europeo es llamado trade for all o de negociaciones comerciales a la carta, el cual consiste en negociar de forma diferenciada de acuerdo al interlocutor, con el fin de conformar a todas las partes”, indicó Ghiotto.

En ese mismo orden de ideas, señaló que lo que está haciendo actualmente la Unión Europea con México y con Chile es renegociar o modernizar sus tratados. Entonces, “¿qué podría pasar si se llegase a firmar hoy un acuerdo con Mercosur? Tendríamos una instancia en dónde primero se firma el tratado y otra en la que se renegocia y moderniza, incorporando temas nuevos como inversiones y comercio electrónico, los cuáles constituyen capítulos extremadamente liberalizadores del sector de comercio, que al tratarse área por área se vuelven altamente técnicos y complejizan la política que hay detrás de los tratados”, subrayó.

Del mismo modo, la UE ha incorporado en los temas centrales del área de inversiones su nuevo modo de entender la solución de controversias entre inversores y Estados bajo la forma de un Sistema de Tribunales sobre Inversiones (investment courts of system), que es altamente criticado, aunque intenta salvar ciertos cuestionamientos que se han venido haciendo al régimen de solución de controversias; por lo cual no me extrañaría verlo en el Acuerdo Mercosur o por lo menos entre lo que se ha avanzado entre Argentina y Canadá”, agregó Ghiotto.

Recientemente, México y Brasil, Argentina y Chile, Uruguay y Chile han firmado acuerdos bilaterales de libre comercio, en esa idea de convergencia entre Alianza del Pacífico y Mercosur. Dichos tratados resultan ser cada vez más agresivos en las áreas que corresponden a la acción regulatoria del Estado, mencionó Ghiotto.

A modo de cierre, Ghiotto resaltó que: “no es lo mismo un tratado bilateral de inversión, el cual puede ser denunciado a través del mecanismo pertinente, que un tratado de libre comercio, dado que una vez dentro de éste último, no se puede renunciar a sólo un capítulo, o a un conjunto de cláusulas, sino que se debe salir de todo el tratado, lo cual es políticamente complejo y técnicamente engorroso”.

Carlos Bianco, planteó varias reflexiones.

Entre ellas mencionó que: “la única forma de generar un proceso real y efectivo en donde se incluyan y se mejoren las condiciones de vida de la población es desarrollar la Industria. Para ello, es necesario ampliar la escala de mercado, avanzar en procesos de mejora de la competitividad sobre la base de conocimiento científico y tecnológico y protegerse de las importaciones baratas. Creo que esa es la única forma de desarrollar a nuestros países (Mercosur) y de mejorar las condiciones de vida para nuestros pueblos“, afirmó Bianco.

Existen algunos nudos o nociones técnicas que impiden cerrar el acuerdo, entre ellas, cabe resaltar que “en automóviles por ejemplo, los europeos piden que se acelere más el proceso de desgravación arancelaria para exportar autos cada vez más rápido con aranceles cada vez menores, en indicaciones geográficas si bien ya se han aceptado la mayoría, el bloque europeo sigue pidiendo las que no se aceptaron así como la libre navegación de los ríos y los mares”, señaló Bianco.

En relación a ese último aspecto, enfatizó que “quien está parando el avance de negociaciones es Brasil, no Argentina, ni Uruguay, ni Paraguay”.

Del lado del Mercosur “se pide mayor acceso a los mercados para sus productos lácteos procesados, vinos, aceite de oliva, los cuales son sectores muy sensibles para las economías regionales, al menos para Argentina en el Mercosur. El bloque sudamericano también pide ampliar las cuotas de alimentos, específicamente Brasil y Uruguay, dado que Argentina ha dicho que ya con las cuotas dadas por parte del bloque europeo puede cerrar el acuerdo, extender la duración de las patentes y la cobertura del acuerdo de compras públicas a nivel subfederal (provincias y eventualmente de los municipios). Hoy el acuerdo Mercosur- Unión Europea está trabado en esos temas”, indicó Bianco.

En relación a uno de los aspectos que deben ser garantizados en un acuerdo de libre comercio, Bianco indico: “los acuerdos de libre comercio, deben tener al menos cláusulas mínimas de respeto por los derechos de los trabajadores, por los menos los convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) deberían cumplirse efectivamente, ser vinculantes y tener sanción”.

Seguidamente, Bianco hizo referencia a la geopolítica mundial que está hoy día por detrás de la negociación.

En ese sentido, mencionó los siguientes aspectos: “la guerra comercial en el mundo, entre actores principales como China y Estados Unidos, pero también con el resto de los países, dado que se evidencia un incremento de políticas proteccionistas, según último Informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En Europa, la discusión en torno a un acuerdo luego del BREXIT, la proliferación de populismos de derecha sobre todo en Europa Oriental y las próximas elecciones (mayo 2019) dentro de la Unión europea para la selección de los diputados que conformarán el Parlamento Europeo, cuyas perspectivas indican que son los populismos de derecha los que van a avanzar fuertemente. En el Mercosur, la llegada de Bolsonaro con su discurso sobre flexibilización para poder negociar acuerdos bilaterales”.

Tomando como base los aspectos indicados “la firma del Acuerdo Mercosur- Unión Europea, es imposible”, agregó Bianco.

En síntesis, Bianco advierte sobre la existencia de tres (3) escenarios alternativos:

Escenario 1: avanzar hacia un Mercosur mucho más proteccionista para caminar hacia un proceso de industrialización. No obstante, “aunque es el escenario que más me gusta, esto resultaría utópico ante el contexto político actual”, enfatizó Bianco.

Escenario 2: Firma de un acuerdo entre el Mercosur y la UE y que se mantenga la Unión Aduanera. Poco probable.

Escenario 3: Flexibilizar el Mercosur, cuestión que ya había propuesto Uruguay tres (3) veces por lo menos." Que los países negocien acuerdos de libre comercio, creo que sería el peor escenario para Argentina y ni hablar para la clase trabajadora porque si efectivamente sucede el impacto sobre la industria y sobre el empleo va a ser tremendo porque vamos a perder las preferencias que hoy tenemos con Brasil, que es el principal socio comercial de Argentina”, resaltó Bianco.

Lucrecia Armas, politóloga, candidata a Mg en Integración Regional de la FCE/ UBA.

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