Los factores de riesgo para Argentina y Brasil

En los próximos meses el agravamiento de la crisis pondrá a prueba la pericia en la colaboración bilateral y demandará no pocas reuniones entre empresarios y autoridades de ambos países para limitar las medidas proteccionistas.


La ministra de Producción argentina, Débora Giorgi, señaló recientemente en su discurso en San Pablo, en el marco de “La Semana Argentina en San Pablo”, que el pronóstico para 2009 indica que el volumen del comercio mundial se retraerá 2,8%. Esto redundará en factores de riesgo para Argentina y Brasil: una fuerte baja en el precio de los commodities, estimado en 48,5% para el petróleo y en 30% para los restantes; el derrumbe en las bolsas, que preanuncia menores flujos de financiamiento y de crédito al sector privado; y una caída estimada en el 46% para los flujos de capitales privados respecto a lo que fue el movimiento en 2008.

El tema de los factores de riesgo y de la relación Argentina-Brasil en tiempos de crisis, fue abordado en el marco de una mesa -taller que organizó el Comité de Estudios de Asuntos Latinoamericanos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), dirigido por Jorge Lavopa, con diplomáticos y otros expertos en integración: Jorge Hugo Herrera Vegas, Fernando Petrella, Félix Peña y Jesús Rodríguez.

El economista y titular de Abeceb.com, Dante Sica, señaló que los intereses de Brasil han cambiado y que, si bien el aspecto regional sigue siendo importante para la administración de “Lula” da Silva, es una realidad que la participación de la Argentina en su comercio ha perdido peso. El desfasaje en sus economías de escala, que durante años se achacó a la “voracidad” de los empresarios brasileños, hoy se revela claramente como el resultado de una falta de estrategia de los gobiernos argentinos. “Antes de discutir qué debe hacer con su relación con Brasil, Argentina debe tener claro a dónde quiere ir con su industria”, señaló el consultor.

A su turno, el embajador argentino ante Naciones Unidas, Fernando Petrella, instó también a “recuperar el equilibrio para que Argentina vuelva a ser un socio y amigo de Brasil” y recalcó que esa pérdida de terreno se explica en gran medida por el aislacionismo de su política y por resabios del default. Afirmó que ese alejamiento paulatino “también le restó masa crítica en su negociación con Brasil”, y resaltó que es tarea del país recuperar los espacios que ha ido perdiendo.

Para comenzar un camino hacia la solución en ese aspecto, el diplomático recomendó tomar como ejemplo la consistencia de la política brasileña y su afirmación en los estamentos del poder mundial. Como ejemplos del avance brasileño en ese campo, mencionó los acuerdos cerrados en el último año con EE.UU., Francia y la Unión Europea, así como el convenio entre Petrobras y la estatal china. Otro ejemplo más que contundente fue la última ronda de encuentros del presidente Barak Obama, que contó a Lula como uno de los interlocutores principales.

También Félix Peña se pronunció a favor de que Argentina profundice en el diagnóstico de las causas de su menor injerencia en el mercado brasileño y de la disparidad que hoy existe entre ambas naciones en términos de masa crítica. Peña se alineó con otro experto, Alieto Guadagni, en cuanto a que Argentina no estaría produciendo lo que la economía brasileña está demandando, o al menos no en la cantidad suficiente para exportar. Como evidencia, señaló que entre 1998 y 2008 las importaciones totales de Brasil crecieron 200%, un 43% si se toma sólo la comparación entre 2007 y 2008, mientras que las compras a la Argentina aumentaron 65 y 27% en cada uno de esos períodos. “No es que Brasil no compre; quizás la Argentina no tiene lo que Brasil está demandando en cantidad suficiente”, sintetizó. “Hay que atender este tema porque es reflejo del descuido de muchos años en desarrollo de comercio e incorporación de tecnología”, añadió.


A tener en cuenta

Otro entendido en cuestiones de integración, Alieto Guadagni, marcó algunas cuestiones claves a tener en cuenta para recuperar el terreno perdido en la relación con Brasil. Uno de ellos es un replanteo de los errores que se están cometiendo en decisiones estratégicas del presente, como es la asociación de la petrolera estatal Enarsa con su par venezolana, que no cuenta con tecnología avanzada en petróleo y está muy lejos de Petrobras, una de las líderes en exploración off shore. “Brasil es campeón en investigación y búsqueda de petróleo y gas –señaló- ¿Por qué Enarsa va a buscar petróleo junto con Venezuela a la cuenca del Orinoco y deja de lado la plataforma submarina argentina donde los únicos que avanzan son los ingleses? Es incomprensible”, lamentó.

Otro tema que amerita especial atención tiene que ver con lo impositivo. “Estamos dinamitando cualquier avance en el doble cobro de arancel porque en Argentina hemos introducido una estructura tributaria absolutamente inconsistente con los principios del Mercosur, que son los derechos de exportación –recordó- Estos tributos afectan la competitividad de la manufactura de origen industrial y agropecuario”, además de estar prohibidos expresamente por los tratados en los que se basa el bloque.

Por último, llamó a tener “cuidado” con la reforma que están reclamando los países en desarrollo para la estructura de los organismos internacionales. “La reforma que viene en el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial va a implicar que prácticamente Argentina pierda la silla que tiene en esos organismos porque los coeficientes de participación están basados en los indicadores (económicos) de la década del 70 y la realidad es que todos avanzaron, pero Argentina va a dejar de tener silla asegurada”, advirtió.


Los factores de riesgo para Argentina y Brasil

En suma, en los próximos meses el agravamiento de la crisis pondrá a prueba una vez más la pericia en la colaboración bilateral y demandará no pocas reuniones entre empresarios y autoridades de ambos países para limitar las medidas proteccionistas. La ministra de Producción argentina, Débora Giorgi, señaló recientemente en su discurso en San Pablo, en el marco de “La Semana Argentina en San Pablo”, que el pronóstico para 2009 indica que el volumen del comercio mundial se retraerá 2,8%. Esto redundará en factores de riesgo para Argentina y Brasil: una fuerte baja en el precio de los commodities, estimado en 48,5% para el petróleo y en 30% para los restantes; el derrumbe en las bolsas, que preanuncia menores flujos de financiamiento y de crédito al sector privado; y una caída estimada en el 46% para los flujos de capitales privados respecto a lo que fue el movimiento en 2008. Este escenario sin duda anticipa un mayor conflicto por medidas proteccionistas que cada país intentará adoptar para preservar a sus sectores industriales. Hay que recordar que la industria metálica básica de Argentina ya mostró en enero una reducción de 32% en su actividad, mientras que la brasileña desmejoró en la misma proporción. La industria automotriz del primer país cayó más de 49% contra enero de 2008, en tanto la retracción del lado brasileño fue de 34,5%. La baja en las ventas de automóviles fue particularmente dura para Argentina, donde el derrumbe alcanzó a 38% en el primer mes de 2009.

Sin embargo, el economista Jesús Rodríguez advirtió que de la evolución que está teniendo la actual crisis internacional se desprende con claridad que hay un riesgo cierto de proteccionismo y que hay una tensión planteada entre regionalismo y multilateralismo. “De hecho, hay un documento del Banco Mundial que posiciona bastante mal a Argentina en cuanto a prácticas proteccionistas” y si se piensa que la debacle ya ha traído una caída importante de los precios internacionales de productos primarios, una desaceleración de las exportaciones y de los flujos de la IED (Inversión Extranjera Directa), así como una retracción de las remesas de divisas hacia la región y de actividades fundamentales como el turismo, cabe esperar que las naciones sigan echando mano a barreras comerciales.

Rodríguez adelantó que los pronósticos para América Latina correspondientes a 2009 hablan de un escenario de déficit de cuenta corriente profundizándose, llegando de 4 a 5 puntos del producto bruto. “En 2008 había sido menos del 1% y si se cumplen las estimaciones, en 2009 el déficit será superior al del período 1997/8; para Argentina, el pronóstico es de un déficit de algo menos de 4 puntos”, agregó. En cambio, para Brasil se espera un rojo sensiblemente superior, lo que “no será inocuo y obliga a profundizar el diagnóstico para anticipar cuál será el impacto de la evolución de los déficits –resumió- Parecería que países superavitarios en comercio que financiaban el exceso de consumo de países centrales es una situación que no va a mantenerse y eso exige una reflexión de parte de Argentina”, reiteró.

SM