La creación del sistema de pagos en moneda local. Neto beneficio para las Pymex

A priori, la principal ventaja del nuevo sistema de pagos en moneda local será un ahorro de entre el 1 y el 3 por ciento en los costos financieros y comisiones que implican para las empresas exportadoras e importadoras las transacciones cambiarias para hacerse de dólares y concretar las operaciones de intercambio comercial, y beneficiará en particular a las PYMES, que podrán comercializar a una tasa cambiaria idéntica a la del mercado mayorista que fijarán diariamente los bancos centrales de Argentina y Brasil, independientemente del volumen de la transacción, señala Néstor Alesnik


Durante la última visita realizada por la Presidenta argentina a Brasil, iniciada el pasado 7 de septiembre, fue anunciada la creación de un sistema de pagos en moneda local (SML) que eliminaría en un futuro cercano la intermediación del dólar como divisa de transacción entre los dos países, que según anuncios todavía informales entraría en vigencia el próximo 3 de octubre.

Este sistema aún está muy lejos de ser una “moneda única” como erróneamente se afirmó en diversos medios, ya que para que ello sea posible deben darse aún algunos pasos necesarios e imprescindibles en el proceso de integración.

A los efectos de poder comprender el alcance de este sistema que se implementaría a partir de la fecha mencionada, y que en un principio sólo alcanzaría al intercambio entre Brasil y la Argentina y sería de carácter optativo, enumeraremos algunas consideraciones a tener en cuenta para evaluar que es lo que se está discutiendo en forma bilateral y cuáles serían sus consecuencias prácticas.

En primera instancia, creo conveniente aclarar la diferencia entre moneda y divisa, ya que con frecuencia estos dos conceptos tienden a confundirse y el público en general asocia que el concepto de moneda es equivalente al de divisa, sin embargo existen diferencias sustanciales que marcan los contrastes entre ambos.

La real academia española define a la divisa como “la moneda utilizada en una región o pais determinado”. Las divisas fluctúan entre sí dentro del mercado monetario mundial. De este modo, podemos establecer distintos tipos de cambio entre divisas que varían constantemente en función de diversas variables económicas como la inflación, el consumo interno de una nación, o el estimador mensual de la actividad económica, y en un sentido mas amplio es: moneda, billete o efecto mercantil (letras, pagare, cartas de crédito, etc.), que se usan básicamente fuera del país de emisión para concretar operaciones comerciales o financieras.

Si bien los conceptos de divisa y moneda están emparentados, uno de los principales errores es confundir ambos como una misma cosa. La moneda es por definición la pieza de material resistente, que se emplea como medida de cambio, y que es utilizada sólo en el país cuyo Banco Central las emite.

Una divisa es convertible cuando se tiene la propiedad de poder convertirse en cualquier otra moneda o divisa distinta a la del país donde se ha emitido a voluntad de su tenedor, con un valor de cambio dependiente únicamente de la libre oferta y demanda. No todas las divisas se compran y venden en la totalidad de los mercados.

Por los motivos arriba enunciados, es por los cuales un exportador argentino no puede hasta el momento efectuar sus ventas externas en pesos argentinos, ya que el peso es una moneda y no una divisa, y por lo tanto es prácticamente imposible que un importador de cualquier mercado externo pueda presentarse ante un banco local de su país y poder intercambiar su moneda para comprar pesos y así pagarle al exportador argentino.

Tomando como ejemplo una exportación a Brasil, el exportador argentino confecciona una factura E en dólares estadounidenses; al momento del pago, el importador brasilero se presenta ante su banco local y cambia la cantidad de reales necesarios hasta cubrir la cantidad de dólares que le debe al exportador argentino, al hacerse de estos dólares, efectúa la remesa al banco del exportador argentino, y de acuerdo a la normativa cambiaria vigente, el argentino liquida la operación convirtiendo esos dólares en pesos argentinos de libre circulación.

Incluso, si un exportador argentino también realiza importaciones, no puede generar un pago “cruzado”, es decir pagar importaciones con fondos provenientes de cobros de exportación, es decir, debe proceder a la liquidación de divisas de exportación, convertirlas a pesos y luego volve a comprar dólares para poder pagar sus importaciones.

Asi las cosas, en este esquema se verifican que para llegar a una paridad de monedas entre reales y pesos, ambos actores (importador y exportador) deben hacerle lugar a la presencia de una divisa (dólar estadounidense) para equiparar ambas monedas locales.

Indudablemente, esto genera costos de comisiones de intermediación bancaria, y en segunda instancia, una diferencia de valor entre tipo de cambio comprador y vendedor denominada “spread” que también queda en poder de los bancos.(esto se verifica fundamentalmente para le proceso de pago de importaciones mencionado líneas arriba)

A priori, la principal ventaja del nuevo sistema de pagos en moneda local será un ahorro de entre el 1 y el 3 por ciento en los costos financieros y comisiones que implican para las empresas exportadoras e importadoras las transacciones cambiarias para hacerse de dólares y concretar las operaciones de intercambio comercial, y beneficiará en particular a las PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas), que podrán comercializar a una tasa cambiaria idéntica a la del mercado mayorista que fijarán diariamente los bancos centrales de Argentina y Brasil, independientemente del volumen de la transacción.

Según el convenio suscripto, la tasa del SML será calculada en base a las cotizaciones del peso y del real frente al dólar divulgadas diariamente por los bancos centrales de ambos países. Seguramente, ambos Banco Centrales darán instrucciones a los bancos minoristas locales sobre la operatividad de este sistema, ya que si bien este mecanismo abarata las operaciones de intercambio al eliminar la intervención del dólar, no se visualizan cambios sustanciales en las actuales comisiones que cobran los bancos por transferencias, cobranzas y cartas de crédito utilizadas como instrumento de pago en el comercio bilateral.

Probablemente, quizás sea un buen momento para generar una reducción de estas comisiones, y por ende beneficiar la posibilidad de intercambio real entre pequeñas y medianas empresas de ambos países, con la aplicación de una comisión bancaria menor cuando la operación se rija bajo este sistema.

Con operaciones que este año pueden alcanzar los 30.000 millones de dólares, los intercambios entre Argentina y Brasil representan el 80 por ciento del comercio dentro del Mercosur, y según datos del BCRA, el 36 por ciento de las operaciones de intercambio entre Argentina y Brasil son inferiores a 10.000 dólares y un 39 por ciento fluctúan entre ese monto y los 50.000 dólares.

También, con certeza, surgirán algunos cambios de normativas del Banco Central argentino respecto de la obligación de ingresos de divisas por cobros de exportación, ya que hasta el momento sólo esta contemplada la utilización de divisas para la facturación, pero no el peso argentino como moneda de intercambio.

Si bien en varios medios de comunicación se menciona que este es un proyecto que Argentina y Brasil venían madurando desde inicios de 2006 y el año pasado lo introdujeron formalmente en la agenda de trabajo del Mercosur con la idea de sentar las bases hacia la conformación de una moneda común, en realidad los primeros pasos para el establecimiento de esta moneda de intercambio se dieron en el año 2002 durante la presidencia de Duhalde y se le dio continuidad en este gobierno.

En aquella reunión, incluso se mencionó la posibilidad de una creación en un plazo relativamente mediano de una moneda común que se la iba a llamar “real-peso” o “gaúcho”. Y aquí queremos aclarar algunos conceptos vertidos al inicio de esta nota sobre la imposibilidad de llegar en el corto/mediano plazo al establecimiento de una moneda única y los inconvenientes a vencer para que ello suceda.

El Mercosur es, hoy en día, una Unión Aduanera imperfecta, siendo que el principal objetivo de este grado de integración abarca la creación de un arancel externo común (AEC) y un arancel intrazona igual a 0 (cero), pero en ambos casos existen excepciones a la aplicación de ambos conceptos que son utilizadas por los cuatros países que conforman el bloque.

Pero al margen de estos incumplimientos, el proceso de integración debería avanzar primero a un estadio denominado “Mercado Común” donde a los conceptos antes mencionados se les agrega la libre circulación de los factores productivos del capital y del trabajo (libre circulación de mercaderías y personas, eliminación de las aduanas internas entre los países miembros), para luego si pasar a un estadio denominado “Unión Económica y Monetaria” donde ya es posible la adopción de una moneda única de libre circulación entre los países miembros, como así también la adopción de políticas micro y macroeconómicas comunes.

Téngase en cuenta que en el ámbito del Mercosur se está discutiendo la creación un Código Aduanero Común, que tendría como objetivo primario acercar gradualmente la adopción de políticas aduaneras comunes que tiendan a cumplir el primer objetivo de un proceso aduanero integrado, aunque uno de los principales obstáculos que tiene esta discusión es la persistencia en nuestro país de la presencia de los derechos a la exportación o retenciones (observese que uno de los principales objetivos de cualquier proceso de integración es la eliminación de los impuestos distorsivos en el comercio intraregional)

Teniendo en cuentas las últimas observaciones, es fácilmente deducible que para llegar al establecimiento de una moneda única es menester recorrer un largo proceso de negociaciones y acuerdos que incluyan a las 4 partes que componen al bloque, pero indudablemente que de ponerse en práctica el SML es un paso adelante hacia el objetivo planteado.


Lic. Néstor Aleksink, Coordinador General del Programa Argentina Exporta
nestor@argentinaexporta.com

Néstor Aleksink