La agenda regional tendrá que esperar

En medio de la severa crisis internacional que se está atravesando, en lo inmediato difícilmente los esfuerzos de los gobiernos puedan enfocarse a algo más que a “apagar el incendio”, advirtió Félix Peña en su exposición relacionada con la agenda pendiente del Mercosur.


En esa medida, el académico adelantó que no se esperan avances sustanciales en la agenda de temas a resolver en el Mercosur, entre los que mencionó la conformación de un código aduanero común; las presiones de Europa para alcanzar la unión aduanera; la integración productiva; la reducción de los aportes al Fondo de Convergencia de Infraestructura que ya concretó uno de los socios del bloque (en referencia a Brasil); la integración productiva; la incorporación de Venezuela al área; las negociaciones con la Unión Europea; y el planteo de Paraguay para dar participación a la ciudadanía, entre muchos otros temas. “Nada indica que habrá algún movimiento –señaló Peña- Sin duda son todos temas importantes pero no creo que salgan este semestre: la agenda tendrá que esperar”.

El académico coincidió con los pronósticos locales y foráneos en que el cuadro internacional se mantendrá muy complicado, y aconsejó que los socios del Mercosur “mantengamos el espíritu político que tuvo el bloque en su inicio: es esencial revertir el conflicto entre nuestros países para que no se desgaste la idea estratégica del bloque porque, como dijo el canciller Amorim, el Mercosur es sinónimo de paz y estabilidad política para la región”, enfatizó. Para lograrlo, resaltó la necesidad de crear un Consejo Económico y Social del Mercosur y recomendó incentivar a los empresarios “a que se sienten en una mesa con las autoridades para tejer fórmulas que apunten a descomprimir esta situación, porque hoy no sabemos si lo que está pasando en el comercio bilateral es consecuencia del desnivelamiento entre Brasil y Argentina; hay que tener más claro cuáles son las zancadillas que se están tendiendo cada uno para proteger sus industrias”.

Otro de los problemas centrales que Félix Peña identifica en el bloque es que “los empresarios saben que el mercado de 200 millones de consumidores que se les prometió cuando se conformó el bloque no lo tienen porque se introdujo la precariedad de acceso al bloque y las garantías de acceso se diluyeron”, sentenció el especialista. En otras palabras, el cambio constante en las reglas de juego y la irrupción de distintas medidas restrictivas desalientan claramente las inversiones del grueso del empresariado para participar activamente en el Mercosur. Peña insistió en que se debe reafirmar las bases del Mercosur, ratificando que cualquier licencia automática o no automática exceptuará a los productos originarios del bloque, “por supuesto con mecanismos y válvulas de escape, con lo cual evitamos la precariedad del acceso al mercado en términos de inversión”, sintetizó.

Otro aspecto clave a tener en cuenta es la necesidad de lograr que la gente identifique al Mercosur con su fuente de empleo. “Esto significa que si el público ve que, a pesar de la existencia del bloque, de esa red de contención, igualmente pierde su empleo como producto de la crisis, entonces el bloque caerá”, explicó. En cambio, la percepción de que al destrabar los conflictos en el Mercosur se logra preservar los puestos de trabajo, la integración empieza a cobrar sentido para los consumidores.

Otra recomendación fundamental es que el Mercosur debe contar con la figura de un director comercial, al igual que existe en la OMC. “Sin una figura que actúe como facilitador, que realice un monitoreo, no podemos evitar que haya una escalada de las barreras comerciales ante una crisis –remarcó. La realidad es que Argentina y Brasil son socios sin autocrítica y por eso es importante la idea de un director general porque sin él es prácticamente imposible manejar (la integración), un proceso con tantos actores”.

SM