Hay una necesidad en Argentina de desarrollar la integración productiva

En el marco de la Exposición Industrial de San Martín, el dirigente empresario Néstor Callegari se refirió a los caminos que se abren para Apyme a partir de la integración productiva, y en un momento de ampliación del Mercosur con Venezuela como nuevo miembro.


¿Cuántas empresas hay en Apyme?

En Argentina, en casi todas las provincias, tiene representación. Y estamos en un número de 3 mil empresas asociadas con 14 delegaciones en toda la república. Fundamentalmente en Buenos Aires es la más numerosa, las industrias están canalizadas en Buenos Aires, Rosario, Santa Fe en su totalidad, y también en Córdoba.

¿Rubro metalúrgico, fundamentalmente?


Es muy variado, los hay en metalúrgica, industrialización de la madera, autopartes, plásticos, maquinaria agrícola. Una infinidad de rubros y actividades industriales, pero no por eso dejamos de contemplar a nuestros socios de actividades comerciales porque es la cadena imprescindible para una actividad económica. La base de la producción y la base de la comercialización y el sistema financiero que también debe ayudar a que esta cadena avance.

San Martin cuenta con 11 cámaras empresarias, ¿cómo ha evolucionado el sector productivo del municipio en el año concluido?

La impresión mía en particular, como empresario, y la de mis compañeros de la Cámara, estamos esperando que toda esta situación de sustitución de importaciones mejore el rango de producción de sus empresas. Algunos activos ya hay en el mejoramiento del mercado, no para todos pero para muchos sí.

Yo creo que la defensa del mercado interno es la defensa de las Pymes: por volumen, por característica, por costo y por la necesidad del empleo y del mejoramiento de la distribución de la riqueza, lo sabemos. Y esto está demostrado que no sólo nuestro país hoy está poniendo limitaciones a la importación, sino que en el mundo entero. El otro día comentaban que limones de primera calidad como los que se producen en Argentina, no pueden entrar en Argentina, no pueden entrar a Estados Unidos porque hay una defensa del mercado interno. Y estamos hablando de la potencia más grande del mundo que hoy tiene limitaciones en el la entrada de productos que hacen competencia a sus productos internos.

Así que estamos esperanzados que toda esta política de sustitución de importaciones, impulsen al empresario a invertir.

¿Qué opinión le merece la obtención de la reglamentación del fondo de garantías Pymes para IP obtenida en la última Cumbre Mercosur?

Son políticas activas que tienden a favorecer que las Pymes puedan llegar a acceder a una mejor tecnología y al mismo tiempo mejor relación Precio-Producto.

Esos son fondos de garantías son para empresas que integren proyectos de integración productiva en el Mercosur, ¿es algo que los empresarios de San Martín aspiran?

Sí. Hay reticencias en muchos porque vienen de sufrir golpes y no se deciden aún a emprender una tarea de crecimiento e inversión acorde con las necesidades del país. Pero yo creo que hay una necesidad en el país de desarrollar la integración productiva. Hoy a ciencia cierta se ve: las universidades están volcando todo su conocimiento, abrirlo hacia la sociedad y a las empresas. Hoy la Universidad de San Martín ha impuesto una política interna para los chicos que se gradúen en las distintas especialidades. Están buscando empresarios recomendables para que busquen empleo. En principio, aquel que tiene relaciones con las empresas industriales, es muy fácil que pueda recomendar a un recién recibido técnico o ingeniero.

Es una política que, creo, es muy interesante, viene de experiencia desde otros países y creo que eso va a dar resultado porque son políticas activas porque hoy hace falta recuperar la mano de obra y la capacidad técnica y con esto están pegando un empujón bastante grande.

Como decía la Presidenta: “necesitamos ingenieros” y están facilitando becas para los chicos que quieran acceder a terminar el secundario y empezar una carrera terciaria; está impulsado desde el gobierno. Y creo que esto es un punto de partida para poderl desarrollarlo.

Recordando algunas expresiones de algunos economistas como Aldo Ferrer quien decía “vivir con lo nuestro”. Ferrer decía que estamos en la frontera del conocimiento que si el uno no falta, no es que no lo conocemos, es aplicarlo. Y aplicar el conocimiento es tecnología, y para reservar tecnología tienen que haber medios y mercados y al mismo tiempo, empresarios con voluntad empresaria. Por eso, es una época muy propicia para generar nuevos emprendedores. A los jóvenes les aconsejaría que intenten acercarse a alguna fuente de información que los oriente en lo que se va a desarrollar.

Acerca de los destinos de exportación de las empresas de San Martín y de las cadenas de integración productiva, ¿ya estamos hablando de tecnología, poner lo mejor de cada uno?


Es una asignatura pendiente, sin duda. Los empresarios tienen una particularidad individualista que lo lleva a no buscar la asociatividad. Y esto creo que es un punto de partida. Modelos como el italiano partieron con asociatividades entre ellos, con cámaras específicas, y en la cámara dedicaban cada uno a una especialidad y podían, con pequeñas empresas, tener un volumen de producción cada vez mayor, y al mismo tiempo, una especialización.

En realidad nosotros tenemos un gran mercado que es el Latinoamericano, fundamentalmente el de la Unasur. Yo tengo una experiencia personal: sin mucho esfuerzo –fabrico un bien de capital- lo exporté a Perú, hace poco rato. No era mi prioridad exportar, pero el mercado latinoamericano es el más propicio para buscar negocio. Y ayer escuchábamos como aumentó con Venezuela el volumen del intercambio comercial. Y esto se va dar y se va a seguir dando… y nosotros tenemos una posición, desde el punto de vista del conocimiento, que podemos acceder a ese mercado. Que no es poca cosa para atender la necesidad de crecimiento de nuestras industrias, básicas y de especialidad.

Pero además armar, no sólo comercio, sino una suerte de integración productiva, un encadenamiento de valor

Ese encadenamiento de valor no va a ser fácil, porque todavía hay que ajustar algunas cuestiones técnicas, en el sentido de que haya posibilidades de hacerlo más fácilmente. Digamos la mercadería entre con normas concurrentes. Por ejemplo: yo exporté a Perú, con un motor especial de características que tuvimos que mandarlo a fabricar especialmente, porque no estaba normalizado. Hay mucho para hacer en el sentido de la normalización. ¿Por qué tenemos distintas normas eléctricas en Latinoamérica, donde un motor tiene que tener distintas características especiales para Perú, y no el mismo que se consume el resto de Latinoamérica?, eso se puede normalizar. Quiere decir que un motor de auto hoy está normalizado en el mundo, pero otras no, como los ciclos eléctricos que tienen diversas usinas.

¿Los destinos de exportación, en este momento se siguen concentrando en Brasil?

Con Brasil tenemos un intercambio no suficientemente afiatado, en el sentido de complementariedad, porque en realidad Brasil muchos más productos industrializados vienen de allá, que nosotros les exportemos. Pero es un socio mayor y tiene mayor incidencia en nuestro mercado, de eso no hay duda. Pero estamos en el núcleo original del Mercosur con Uruguay, con Paraguay, donde también podemos complementarnos.

¿Con Venezuela se abrirán nuevas posibilidades, no?

Y con Venezuela se abren oportunidades muy ventajosas, porque todo lo que ellos necesitan, nosotros lo tenemos. Y lo que ellos tienen en abundancia, por ejemplo el petróleo, hoy nuestro país está necesitando. Entonces surge un modelo productivo muy interesante, nosotros estamos en la cuenca de Orinoco y ellos en Vaca Muerta, generando esta experiencia. La integración de dos empresas importantes: la privada YPF y la estatal venezolana PDVSA. Entonces hay intereses de los gobiernos para abastecer de energía a América Latina, porque creo que la intención del gobierno venezolano es proteger que el petróleo que ellos tienen que vender, tenga prioridad en el mercado sudamericano. Porque ellos de nosotros pueden obtener la tecnología, cosa que no ocurre cuando le venden a Estados Unidos, o les resultará mucho más costosa.

Además nosotros tenemos una base de técnicos que están ayudando al desarrollo de empresas. Es decir, le estamos dando nuestros cerebros para que sirvan al avance e implementación de estas empresas.

¿Hay planes de Apyme para Venezuela?

A partir de la charla que tuvimos en Morón y que ya veníamos sosteniendo anteriormente, hacer misión comercial. Primero tenemos que hacer un trabajo previo de cuáles son las necesidades y cuáles son las posibilidades de los empresarios que puedan llegar a tener negocios con ellos. Qué les podemos vender en relación a lo que están necesitando. No es ir a ofrecer lo que ellos no necesitan.

Para esto, creo, que hay ayuda estatal y los venezolanos tienen mucho interés en que nosotros seamos los proveedores de esa tecnología que están esperando. Esa es la sensación que da por lo que hemos escuchado y por algunas expresiones de gente que ha hecho algunos negocios. Y hay algo muy importante que es no trabajar con el patrón dólar sino tener un intercambio compensado a través de la propia moneda.

Eso es muy interesante: cada uno en su moneda


Cuando no tengamos necesidad de que la divisa sea el valor fundamental para una compra, sino que el producto que se cotice acorde a la divisa, como referencia, se pueda vender, sin necesidad de tener dólares. Entonces los países podrán manejarse en niveles de compensación que no es un invento nuevo. Este intercambio compensando, se creó en momentos en que la ALADI, ya existía, lo que pasa es que nunca lo pusieron en marcha. Son leyes que mueren en el Congreso, y que era cuando el dólar era escaso, ahora no. Pero ellos pueden emitir y no tienen inflación.

En definitiva, creo que vamos por buen camino, pero falta engranar estos sistemas para tener una articulación más fluida. Que el empresario se anime a ir a Venezuela, con un previo conocimiento del mercado, de la empresa de allá con la que va a negociar. Creo que esto tiene que ver con una patria grande, que sea más solidaria entre sí, entre los países, los pueblos y en definitiva, por el bien de todos.

Creo que todos lo anhelamos y recordamos a Bolívar, San Martín, a Miranda, a todos esos próceres que vislumbraron una América integrada, latinoamericana, que alguien se encargó de desmembrarla, romperla, y ponernos barreras para no vernos como amigos.

Pero tenemos que hacerlo en forma concreta para no volver atrás…

Claro, esto es lo importante. Pero para concluir este pensamiento mío, y creo que muchos compartimos, ése es el camino. Hoy el revisionismo histórico nos hace ver esto con mucha más claridad, además de las experiencias que hemos vivido. Hemos pasado de las primeras sustituciones de importaciones por las sociedades propias del mercado de la posguerra y hasta esta última que estamos iniciando. Pasaron tres ciclos políticos que fueron destruidos. De una manera o de otra, nos vendieron neoliberalismo, nos vendieron la idea de que lo que venía de afuera era mejor. Que para qué íbamos a construir acerías si era más conveniente hacer caramelos. Era lo mismo vender una vaca que un tractor, o que una máquina agrícola. Las cosas han cambiado, y hoy estamos vendiendo tractores, estamos vendiendo máquinas agrícolas, estamos recuperando a América… hoy tenemos ocupados 5 millones más de argentinos que estaban al margen de la actividad productiva o al empleo.

¿En este municipio, especialmente, no hay desempleo?


Hay un desempleo estructural, porque hay quien queda sin empleo y está así hasta que lo busca. Y hay otros que no quieren, porque hay gente que no quiere estar en relación de dependencia. Y lo vemos vendiendo o no, en el subte o en los trenes. Yo lo veo y pienso “esta juventud, tan vigorosa, ¿No se le da por tener una tarea en una industria en el comercio? ¿Por tener una situación propia, una autoestima mayor?” que salen vendiendo cosas, corriendo. No tiene seguro social, ni sé si les es rentable.

Un problema de educacional

Como empresario, que hoy conseguir mano de obra especializada, cuesta porque no es mucha. Así que creo que estamos prácticamente en pleno empleo. Falta el problema cultural y hoy con los salarios que se pagan en la industria y en comercio, tienen que ver con la necesidad de un individuo. Uno ve el consumo en la calle: restoranes llenos, hay que hacer cola. Los shoppings están llenos de gente. Pero para las ambiciones del hombre, siempre algo falta. Aunque tenemos que hacer un resumen de lo actuado, desde lo que pasó, con el presente y darnos cuenta que no era más como antes, que decíamos: “estamos mal, pero vamos bien” hoy decimos “estamos bien y podemos ir mejor” para cambiar aquella famosa frase.

Y nos toman como modelo…


¡Y nos toman como modelo y estamos en el G20! Yo nunca pensé, como argentino, que alguna vez podía estar en una mesa con las 20 grandes economías del mundo… estos son signos muy positivos.

Desde el Consenso de Washington a la fecha nos han vendido una imagen de lo que tenía que ser nuestro país, todos los gurúes económicos, que algunos teníamos dudas. Yo casi no tenía dudas de que no era el camino, porque la dependencia no es un camino seguro.

Hay muchas cosas más para decir, pero quiero transmitir el estado de ánimo que me embarga hoy, en Argentina. Es un estado de ánimo que nunca pensé sentir acerca de las actitud que estamos teniendo y por parte del Gobierno, la restricción a las importaciones, que me permiten hoy pensar que mi industria puede seguir funcionando y creo que esto sintetiza un poco el pensamiento. Ningún estado de felicidad, a pesar que hoy no tengo los apremios que tenía en ese momento. Comparativamente, es un estado de felicidad y en esta reunión se siente.



* presidente Delegación Buenos Aires Asambles de Pequeños y Medianos Empresarios
Graciela Baquero