Equilibrio en el Mercosur

El acuerdo firmado entre los gobiernos de Argentina y Brasil es, para los empresarios argentinos, la mejor noticia de los últimos tiempos, en lo que se refiere a las relaciones bilaterales, sostiene un informe del Center Group. Brasil, por medio de instrucciones directas del Presidente Lula para priorizar lo político a lo económico, se consolida como líder de la región, "colaborando" con la industria argentina, en la intención de equilibrar la productividad del bloque, sostiene la consultora.


El acuerdo, si bien fue redactado para proteger a las industrias de ambos países, está escrito "a medida", para permitir que las exportaciones brasileñas no perjudiquen a los productores locales, y de cierta forma, se cumplió con lo prometido entre los presidentes, de concluir las negociaciones antes del 31 de enero (un día de diferencia no debe restarle mérito al tema). El Mecanismo de Adaptación Competitiva puede y debe, ser utilizado como punto de inflexión para que las industrias argentinas con dificultades para competir en el MERCOSUR ( y con el mundo) se adapten y mejoren su productividad. De nada sirve pedir protección - y conseguirla - si esta posibilidad no es utilizada para una reconversión productiva. Una herramienta de pseudo - protección como ésta, permite que se defienda el mercado interno de posibles invasiones comerciales de Brasil, pero nuevos y mejores resultados en la balanza comercial entre los dos países, no se lograrán por arte de magia. Brasil exporta a Argentina productos con alto valor agregado.Argentina exporta a Brasil, productos con bajo valor agregado.

La repercusión del acuerdo en Brasil, fue tal como se suponía. Desagradó totalmente al empresariado local, que manifestó su insatisfacción por no haber sido consultado sobre los alcances de lo firmado. Las críticas de los empresarios paulistas (representando casi el 40% del PBI brasileño) se orientan a los siguientes puntos:
1. El acuerdo debía proteger temporariamente a la industria Argentina, pero como está redactado el acuerdo, la protección puede extenderse en forma permanente (el acuerdo permite diversas interpretaciones en este sentido) ya que solo dejaría de existir si fuera creado algo similar para el MERCOSUR como un todo.
2. La industria brasileña solicitó que, luego de la posibilidad de implementar salvaguardas, se prohiba el uso de "antidumping" , pero el acuerdo indica que podría usarse más que una herramienta de defensa comercial al mismo tiempo.
3. El acuerdo establece que la apertura de un proceso de investigación se daría con una representatividad del 35% del mercado (diversos fabricantes argentinos que representen al menos 35% del mercado argentino de ese producto). Este porcentaje, según los empresarios brasileños, es muy bajo y puede generar un aluvión de pedidos de apertura de procesos de verificación de daño industrial, lo que los obligaría a estar negociando en forma permanente y para varios productos / sectores.
4. Las palabras "confidencialidad" y "urgencia", generan un cóctel explosivo, según los empresarios paulistas, y refuerzan: El gobierno argentino puede, utilizando la condición de información confidencial, no abrir los datos al gobierno brasileño. Argentina puede también aplicar "régimen de Urgencia" para la aplicación de salvaguardas en caso de teórico daño grave a un sector. Esta unión de confidencialidad y urgencia, podría, según los industriales vecinos, generar mucha arbitrariedad.
5. El período de análisis también deja abierta la puerta a posibles malos entendidos. El acuerdo indica que se deben analizar los últimos 36 meses.

Esto retrotrae la situación al año 2003 y los empresarios brasileños, con justa razón, indican que cualquier comparación estadística con el año 2003 (primer año de recupero económico argentino) mostrará invasión de productos.
6. Sin embargo, lo que más preocupa a los empresarios de Brasil es que el acuerdo sólo menciona que la industria argentina se compromete a hacer ajustes de competitividad " si fuera el caso" y cualquier ajuste no realizado para mejora de competitividad por parte de la industria Argentina, transformaría el acuerdo en una mera protección encubierta para las importaciones argentinas desde Brasil, permitiendo el temido Desvío de Comercio (Argentina deja de importar de Brasil, para importar de otro mercado). El acuerdo no es claro en como se resolvería una dificultad si se comprobara que existe efectivamente, desvío de comercio.

Escenarios futuros

Sin duda este acuerdo tan favorable para Argentina, deja muchos heridos en Brasil y sobre todo, deja en una posición sensible a la relación comercial y empresaria. La relación política, en cambio, goza de muy buena salud, con elogios mutuos entre nuestros presidentes. El "jugarse" del presidente Kirchner a favor de Lula, puede traer algunos inconvenientes políticos y económicos, si Lula no ganara las elecciones en octubre de 2006.Es más que esperado que algunos sectores industriales argentinos, ingresen en cortísimo plazo con pedidos de investigación o pedidos de régimen de urgencia, lo que generaría un malestar manifiesto por parte de los industriales brasileños. Si los pedidos de Urgencia son atendidos por el Gobierno argentino, sin ninguna duda, la credibilidad y la teórica imparcialidad del acuerdo, se vería seriamente comprometida. Se supone como cierto que Brasil deba pedir la inclusión del tema Azúcar como moneda de cambio del protocolo. (si no lo hace estaría perdiendo una gran oportunidad).Lo más complejo… en caso de producirse, como es supuesto por los empresarios brasileños, el tan temido, DESVIO DE COMERCIO, el MERCOSUR habrá dado, sin ninguna duda, un paso hacia atrás.

Gustavo Segre
gustavo@centergroup.net, Analista del Mercosur

Germán Segre
german@centergroup.net, Analista del Mercosur

Entendiendo mejor el acuerdo
1º Paso - Reclamo: un sector de la industria de alguno de los países, con representatividad igual o superior al 35%, presenta en su país de origen un reclamo formal. La información a presentar debe incluir un histórico de los últimos 36 meses y los precios practicados.
2º Paso - Acuerdo entre privados: El gobierno del país importador tiene 15 días para evaluar si cabe el reclamo. Si así fuera, debe enviar el caso a la comisión bilateral de monitoreo. La comisión tiene 5 días para convocar a los representantes de los sectores privados de los dos países para que lleguen a un acuerdo entre ellos. El plazo para obtener el acuerdo va de los 30 a los 120 días.
3º Paso - Investigación: Si los privados no se ponen de acuerdo, se inicia una etapa de investigación que tiene entre 60 y 120 días para ser concluida. En esta etapa se van a verificar los números del comercio, márgenes de ganancia, precios y también si existe efectivamente, daño a la industria del país importador.
4º Paso - Aplicación: Si por medio de la investigación se comprueba daño a la industria del país importador, los representantes privados del sector serán convocados nuevamente para llegar a un acuerdo. Si aún así no se llega a ningún acuerdo, se determinará una cuota de productos que podrán seguir siendo importados con impuesto de importación cero (0%) por tener origen en Brasil o en Argentina. A partir de la cuota, los productos importados del país de origen motivo del reclamo, deberán pagar impuesto de importación como una alícuota de importación, igual a la Tarifa Externa Común, menos una preferencia del 10%.
Fuente: Folha de São Paulo.

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