El caso del Complejo Binacional San Francisco

Un trabajo de Eva del Carmen Muñoz y Constanza Barbera*, explica el rol de la gestión internacional de los gobiernos subnacionales en el Complejo Fronterizo Binacional San Francisco, de la provincia argentina de Catamarca, en la macro-región de ATACALAR.


Resumen

Los avances tecnológicos-científicos, el desarrollo y ampliación de nuevos mercados, la evolución de las comunicaciones y el proceso de globalización, han generado un cambio de paradigma en las relaciones internacionales.

En esta nueva diagramación del mapa político-económico mundial, el rol de los actores subnacionales se ha ido desarrollando y adquiriendo mayor importancia en las relaciones internacionales y las distintas formas integracionistas

El presente trabajo pone de relieve el accionar de los gobiernos subnacionales en la integración fronteriza, su forma de vinculación y el rol que ejercen los comités de integración frente a los desafíos planteados por la necesidad de una articulación político-económica-comercial en constante evolución.   

 

I. El rol de los gobiernos subnacionales en  la cuestión fronteriza

Los gobiernos subnacionales han  desarrollado una sustancial evolución en el escenario internacional y su vinculación con sus diversos actores es claro el rol protagónico que toma la cuestión fronteriza en las agendas de las provincias y la planificación estratégica territorial (Hocking, 1986). Asimismo, los objetivos fijados deben combinarse con una lógica de trabajo en equipo para pasar de un paradigma de la “frontera” percibida como una “frontera en disputa” hacia una “frontera compartida” (Matilla, 2010).

Es en este nuevo entendimiento del concepto de fronteras que tanto los Estados como los gobiernos subnacionales incorporan como objetivo prioritario la elaboración de una estrategia de planificación territorial. El desarrollo fronterizo no es sólo la construcción de un espacio económico ampliado, sino también un aporte a la integración a favor de la modernización, diversificación y crecimiento de la base económica de las fronteras comunes entre Estados y actores subnacionales. La integración y la cooperación fronteriza son entendidas como sinónimos de desarrollo nacional-subnacional, cooperación binacional y de integración económica subregional.

Es así que los gobiernos subnacionales gozan de un lugar privilegiado en los procesos de integración puesto que conviven a diario con una agenda donde la cuestión fronteriza es vital. A través de la firma de  convenios internacionales, las provincias pueden coordinar con sus pares fronterizos el acondicionamiento de la infraestructura incluyendo las vías de acceso vial y ferroviario, como así también el planeamiento y/o mejoramiento de la infraestructura de los complejos fronterizos de los pasos compartidos.

Se busca de esta manera propiciar el crecimiento económico de las áreas de influencia y el mercado doméstico adquiriendo ventajas competitivas para participar en el mercado regional-global. Asimismo, la integración de las poblaciones más aisladas y su inclusión en la estructura productiva regional sumando como una tercera ventaja el uso racional de los recursos naturales y la conservación del patrimonio ecológico común.

Consecuentemente, la normativa constitucional argentina  a partir de la reforma constitucional de 1994, en su artículo 124,  ha plasmado la potestad de las provincias argentinas de celebrar convenios internacionales bajo ciertas condiciones que la propia Carta Magna estipula (Iglesias & Gasol Varela, 2010). De esta forma se institucionalizó una práctica que las provincias argentinas han gestionado y practicado a lo largo del tiempo instando a la creación de los comités de frontera, hoy denominados Comités de Integración Regional.

 

Comités de Integración Regional

Los comités de integración regional se presentan entonces como una oportunidad de integración fronteriza. Según palabras de  Vallve, 2012[…] “  para concretar la integración fronteriza es necesario fomentar el conjunto de acciones y de proyectos que traten de estimular o regular el sistema de relaciones fronterizas con el objeto de suavizar las diferencias entre regiones.”

La integración fronteriza se traduce en una enorme labor donde se buscan objetivos de diversa índole. Algunos de ellos pueden ser la seguridad vista desde el tráfico de personas o estupefacientes; el control migratorio para un mejor manejo de datos y estadísticas que se usarán a la hora de delinear las políticas estatales; el medioambiente, sobre todo en aquéllos casos en donde el límite está dado por una cuenca acuífera; etc.

Es en esta dinámica que los gobiernos subnacionales ejercen una especie de lobby (Graciela Zubelzú, 2008), a través de los comités de integración, ya sea en forma individual o conjunta, para generar en el gobierno nacional el interés de concretar proyectos de infraestructura identificados con esta nueva visión de las fronteras, por un lado, como ámbito de convergencia de intereses locales, regionales y nacionales, y por el otro, como herramienta para alcanzar la inserción internacional.

 

 ATACALAR. Paso Internacional San Francisco

En el caso Argentino-Chileno, la cooperación económica e integración regional vino de la mano del Tratado de Paz y Amistad de 1984.

En el punto 4 del Acta de Entendimiento de Buenos Aires de 1984, se establecen los Comités de Frontera, “integrados por organismos de los dos países que intervienen en los pasos fronterizos con el objeto de coordinar y resolver, dentro del ámbito de sus facultades, los problemas operativos que se presenten y proponer a los respectivos gobiernos todas las medidas que estimen convenientes para facilitar el tránsito fronterizo y promover la mayor integración posible de los servicios de frontera”.

En 1990 se crea un Grupo Mixto de Trabajo (GMT). Este grupo se encargó del relevamiento de los pasos fronterizos con  capacidad de desarrollo y mayor viabilidad para la construcción de infraestructura.

Entre los pasos se encuentra “San Francisco”, que une las Provincias argentinas de Catamarca y La Rioja con la 3a Región de Chile, Valle de Copiapó, puertos de Caldera y Chañaral.

En octubre de 2006, las cancillerías de ambos países acuerdan cambiar la denominación de estas entidades a Comités de Integración. 

En 2009, se firma un Tratado de Integración y Cooperación en la localidad de Maipú, suscripto por los Jefes de Estado, Michelle Bachelet y Cristina Fernández. El artículo 17 define las tareas y alcances de los Comités de Integración: Los Comités de Integración tienen como objetivos principales, la facilitación fronteriza; el desarrollo y coordinación de planes de infraestructura[1],

De los nueve Comités, el más activo en términos de promoción comercial conjunta es ATACALAR. Sus orígenes se remontan a 1996 cuando La Rioja y Catamarca junto a la III Región Chilena de Atacama decidieron unirse para formar la macro-región de ATACALAR con el objetivo de impulsar la integración y complementación económica (Gasol Varela & Carabajal, 2008)

En 2012 se estructura la firma del acuerdo entre los presidentes de Argentina y Chile. En el mismo se conviene el establecimiento en la localidad de Las Grutas, Tinogasta, de un complejo integrado de frontera, concebido bajo la modalidad de cabecera única, destinado al control de personas, vehículos y cargas en el Paso de San Francisco.

 

Articulación de los objetivos de integración fronteriza

En el caso particular de la provincia de Catamarca, República Argentina, el Proyecto Paso Internacional San Francisco constituye una de las principales conexiones terrestres bilateral en el Cono Sur.

Por otro lado, a requerimiento de la Secretaría de Coordinación Regional e Integración de la Gobernación de la Provincia de Catamarca, organismo que representa a la provincia en IIRSA, la Dirección Provincial de Planificación colaboró con la elaboración del informe con Proyectos Priorizados de Infraestructura del PET Catamarca, que permiten consolidar el Paso de San Francisco como Corredor Bioceánico.

Este informe fue tratado en la reunión del Grupo Técnico Ejecutivo sobre la Agenda de Proyectos Prioritarios IIRSA, realizada en el año 2010 en Montevideo, debiéndose aclarar que Catamarca manifestó el deseo de impulsar el Paso de San Francisco como corredor al Pacífico (Montguillot, 2014).
 

II. Reflexiones finales

La articulación fronteriza se presenta en el ámbito de las relaciones internacionales y cooperación regional como un objetivo primario a seguir por los actores involucrados en la gestión y toma de decisiones de los entes subnacionales y estaduales‏.

Para el éxito de la gestión conjunta resulta imperioso contar con la opinión y el consenso de los gobiernos subnacionales. Estos últimos, para dar operatividad a los tratados marco despliegan una serie de convenios internacionales centrados en la cooperación y colaboración entre sus pares fronterizos.

Es necesaria una profunda evaluación sobre las fortalezas y debilidades de las estructuras locales. Aquí la confianza para la obtención de créditos yace en la simetría que debe imperar entre países limítrofes, facilitando de esta manera la concreción de los proyectos de integración.

El desafío de la integración regional radica en la convergencia del desarrollo económico, social y ambiental, generando conectividad y complementariedad entre los diferentes polos productivos fronterizos. Es de esta manera que los objetivos propuestos de desarrollo local productivo, económico, de inclusión social y sostenibilidad medioambiental darán como resultado un futuro promisorio y beneficioso para las generaciones venideras.

*Abogadas con orientación en DI, Integrantes del comité "Las provincias en el plano internacional" del CARI.

 

Eva del Carmen Muñoz y Constanza Barbera