China en transición. Protección ante la OMC

Sin una política industrial seria, no se podrá hacer frente a un fenómeno como el de China, reflexionó la ex presidente de la CNCE, Elena Marcos Di Vico al referirse a los instrumentos de salvaguardia ante la OMC para proteger la producción de los países emergentes, ante una China con un status de transición hacia la economía de mercado.


El seminario: "El flujo comercial China-Argentina a la luz de los Acuerdos OMC", a cargo de la especialista Marcos Di Vico, fue desarrollado el 12 de julio en la sede de la Cámara de la Producción, la Industria y el Comercio Argentino-China.

La especialista, que estuvo acompañada por Julián Jacoby, Presidente de la Comisión de Importaciones de la Cámara y Daniel Bianchi, Presidente de la Comisión de Asuntos Legales de la entidad, aseguró que China es en este momento, el punto de mira de la evolución del comercio mundial, de su crecimiento y de su penetración en los mercados, sobre todo los emergentes, en tanto mercados que tienen demandas insatisfechas, problemáticas de producción interna importantes, y donde la presencia de un polo productivo tan grande como el de China es observado con especial atención.

China se presentó ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) para realizar su adhesión formalmente, para lo cual inició un proceso de transición hacia lo que se llama una economía de mercado. Este proceso está acompañado de una serie de compromisos asumidos por la potencia asiática y sujetos a exámenes periódicos. Es evidente que hay progresos muy fuertes de China, sobre todo en el periodo inmediato posterior a la adhesión en noviembre de 2001, explicó la consultora.

Sin embargo, a pesar de todos esos procesos hay una cantidad de aspectos que confirmarían este status de transición: la existencia de una propiedad pública que sigue siendo pilar dentro de la economía china, con menor peso aparente que antes pero lo sigue siendo; los sectores públicos y privados se desarrollan uno al lado de otro, trabajan en conjunto, y todavía hay un papel muy importante de monopolios administrativos y otros monopolios del Estado.

Por otra parte, según De Vico, China sigue utilizando algunas medidas comerciales (más sosegadas) para promover la producción local en determinados sectores destinados a exportación, como impuestos a la exportación, tasas destinadas al descuento de IVA, requerimiento de licencias de exportación, para poder frenar la exportación de productos que necesitan para consumo interno.

Otro dato que refleja que China se encuentra en estado de transición, es que el mercado de capitales sigue dependiendo de un sistema bancario, aun en proceso de desarrollo muy básico y que ellos mismos declaran ineficiente. El sistema financiero está dominado por cuatro instituciones estatales, que en conjunto detentan el 54% del mercado, un porcentaje alto. En lo que hace a los servicios, aunque los sectores claves siguen en presencia del Estado, se observa inversión privada nacional y extranjera. Por ejemplo en el transporte marítimo, China está reduciendo paulatinamente el control gubernamental y mejorando su legislación, ahí se nota un avance bastante fuerte, a la vez que autorizan inversiones extranjeras. Ahí hay una política inteligente, ya que el transporte marítimo es uno de los nudos conflictivos del desarrollo del comercio internacional, sobre todo para los grandes volúmenes que se mueven en China. Esta apertura paulatina es para atraer inversiones en un sector que requiere grandes sistemas de control y grandes inversiones, y que es muy observado por el resto de los países.

No obstante subsisten en China restricciones importantes, explicó Di Vico. En el transporte aéreo, dieciocho de las veintiocho aerolíneas son propiedad del Estado, y la participación extranjera en una línea aérea nacional no puede superar el 49%. En la parte de telecomunicaciones, las tarifas “una parte está fijada por el gobierno, otra orientada por este y las terceras ajustadas en función del mercado” (declarado por China ante la OMC).


Los instrumentos de protección de la OMC

En este tipo de proceso de transición, como el que está sufriendo China, podría ser difícil determinar en una investigación antidumping o de derechos compensatorios, una comparabilidad de costos y precios como para colocar a este país dentro del uso de los instrumentos de la OMC. Por lo tanto, esto está vejando la posibilidad de una comparación estricta entre los precios y costos internos de China, y el resto de la OMC. Se pueden iniciar actuaciones antidumping, por subvenciones, adoptar salvaguardias, pero siempre en la medida en que se verifique daño en la industria propia. De otra forma, el procedimiento carecería de regulación oficial, por lo menos de acuerdo con las últimas reformas de 1995, en discusión en la Ronda Doha, señaló la especialista.

Uno de los instrumentos que podrían ser utilizados para proteger producción nacional ante un flujo comercial en aumento –que este año proyecta un déficit para Argentina de 847 M de dólares según datos de abeceb.com-, es el de la aplicación de salvaguardias. Sería para Di Vico “el instrumento más puro, ya que no se está atacando su tipo de competencia”, lo que se está haciendo es resguardar ante un impacto de fuerte crecimiento en el mercado. Esta medida transitoria que faculta a dar ayuda temporal a una rama de la producción nacional, se adoptarían después de una investigación que determine que la importación de ese producto en el territorio nacional ha aumentado en tal cantidad, en términos absolutos o en relación con la rama de la producción nacional, que su realización causa o amenaza causar un daño grave a dicho sector productivo de productos similares o directamente competidores.

La otra cara de la moneda versa sobre la oferta de productos domésticos en países como los nuestros. ¿Cómo tengo posicionado al sector productivo local para enfrentar demandas crecientes?, se pregunta Marcos di Vico. En este sentido, para saber si las importaciones producen daño, es necesario tener un conocimiento de la oferta total. Eso en Argentina nos falta, y es necesario saber si los precios de nuestros productos no tienen “suciedad” en su composición, afirma la especialista, ya que existen empresas con productos que están compitiendo en mercados internacionales con buen nivel de tecnología, buena calidad y buenos servicios, y otros sectores que no. Por ende no podemos generalizar los diagnósticos.

Como conclusión, Elena di Vico hizo hincapié en que hay una situación innegable de una gran potencia productiva mundial que es China. Potencia que está en transición; tiene una fuerza de presión dada por sus precios y por sus volúmenes, y tiene en algunos productos un aumento de calidad interesante.

Si no tenemos una política industrial no podemos hacer frente a un fenómeno como el de China, salvo con restricciones muy fuertes a las importaciones. Restricciones que no nos van a servir mas allá del corto plazo si no implementamos una política industrial seria, señaló. “De nada sirven las leyes y procedimientos si no fijamos una política industrial. Debemos fortalecer lo que tenemos. China irá hacia una economía de mercado, evidentemente sus precios internos van a crecer, más tarde o más temprano. En el entretiempo muchos van a morir y muchos pueden crecer. Pero no hay que dejarlos morir, hay que dirigirlos, acompañarlos, ubicarlos, no dejarlos morir por falta de conocimiento e información”, concluyó la ex presidente de la Comisión Nacional de Comercio Exterior.

Graciela Baquero