Brasil. Un socio a cuidar

El vicepresidente de la Cámara de Importadores de Argentina (CIRA) sostuvo que más allá de los menores volúmenes y precios, no se advierten cambios significativos en la composición del comercio exterior argentino. El Mercosur sigue siendo el principal demandante de los productos manufacturados de origen industrial que producen las fábricas argentinas. En este sentido, advirtió que "hay que preocuparse porque la relación con Brasil no sea tan difícil y cuidar de no destruir ese vínculo".


La estimación de caída de 2,1% del comercio mundial que publicó el Banco Mundial en noviembre pasado ya había sido lo suficientemente grave como para encender luces de alarma entre los analistas argentinos, que de inmediato pronosticaron para principios de 2009 una profundización de la desaceleración económica que venía sufriendo este país desde marzo de 2008, por el inevitable impacto que tendría esa retracción en sus exportaciones. Ellos habían anticipado que ese pronóstico sería revisado a la baja, aunque no dimensionaron la magnitud: ahora el Fondo Monetario acaba de publicar sus nuevas proyecciones, que hablan de una baja del flujo comercial global de 11%, además de una caída de la actividad mundial del 1,3%.
Esta noticia empeora las estimaciones de exportación que había a fines del año pasado para la Argentina, lo que se ve potenciado por la caída de los precios internacionales de los productos básicos en los que este país es fuerte; hoy, en términos generales, el valor de los commodities ha retornado a los niveles de 2005/6 y se ubica entre 50 y 60% por debajo de los promedios de 2007 y parte de 2008. Diego Pérez Santisteban, vicepresidente de la Cámara de Importadores (CIRA) y director asociado de Comercio Exterior a Deloitte, advirtió que la tónica negativa que se vio a partir de octubre tanto en exportaciones como en importaciones se mantuvo en el primer bimestre, y continuará en marzo con decrecimientos del orden de 25 al 30 %. En el primer bimestre, recordó, hubo recortes de 30% en las exportaciones y de 38% en las importaciones. En el primer grupo, los productos primarios cayeron 51% mientras que los manufacturados agropecuarios descendieron 19%. En el segundo grupo, se importó un 47% menos de bienes de capital y 39% menos de bienes intermedios, lo que en sí no implica otra cosa que una menor producción para el país.

En la charla “El comercio exterior argentino ante la actual encrucijada internacional”, organizada por la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña, Pérez Santisteban dijo a su vez que más allá de los menores volúmenes y precios, no se advierten cambios significativos en la composición del comercio exterior argentino. De ese análisis surge que, más allá de que China sea ahora el principal comprador de bienes intermedios, el Mercosur sigue siendo el principal demandante de los productos manufacturados de origen industrial que producen las fábricas argentinas, y eso convierte a Brasil en un socio a cuidar. “Hay que preocuparse para que la relación con Brasil no sea tan difícil y cuidar de no destruir ese vínculo”, sostuvo. Es un hecho que el despegue que ha dado Brasil en los últimos 20 años le otorga proyección como futura potencia mundial, y no debe escapar que Argentina no es, como en el pasado, su proveedor de productos primarios por excelencia. Hoy Brasil es un país agrícola líder y si algo demandará en el futuro de las empresas argentinas serán productos manufacturados con valor agregado.

Pero al igual que Félix Peña, Pérez Santisteban opinó que Argentina no está acompañando el desarrollo de Brasil como país industrializado y no está produciendo todo lo que su vecino está demandando. El titular de CIRA fue todavía más lejos al asegurar que “nadie en Argentina conoce exactamente cuál es la oferta exportable del país, cuando es un hecho que las naciones a las que mejor les va son aquellas que saben perfectamente cuál es su oferta y su capacidad de exportación”. El experto admitió que la Argentina carece de la cultura exportadora que tienen los brasileños, pero subrayó en contrapartida que los cambios continuos en las reglas de juego hacen muy difícil que los empresarios argentinos puedan dar continuidad a sus proyectos, y por lo tanto, a sus estrategias de exportación.

En virtud de esa relevancia de Brasil para el comercio exterior argentino es que lo que ocurra durante este año con la economía carioca será decisivo para el PBI y la recaudación de Argentina. Las estimaciones negativas para ambos países que se manejaban en la última parte de 2008 se ven ensombrecidas por el informe del FMI conocido este semana en la Asamblea de Primavera que se realiza en Washington, que anticipa una baja de 1,5% para Argentina y de 1,3% para Brasil.


Inflación

Quizás el único aspecto “positivo” que podría hallarse a la crisis financiera internacional –si fuera posible utilizar ese término- es la menor expectativa inflacionaria para todo el mundo, a partir de la severa ralentización de la actividad económica. El FMI pronosticó un proceso deflacionario que de hecho ya se está dando en los distintos mercados internos, a consecuencia del pronunciado descenso en el valor de los productos básicos. Sin embargo, Pérez Santisteban alertó que esa deflación no está ocurriendo en Argentina, donde se observa un “retardo” desde hace unos cinco meses entre los precios internos y los valores a nivel mundial. “Esto empieza a ser preocupante después de cuatro meses, porque además vendría muy bien para evitar discusiones salariales –planteó el ejecutivo de CIRA- Se está observando una fuerte inflexibilidad de los precios, algo que no se da en los países vecinos; es más: tengo la sensación de que el único país donde los precios (internos) no bajan es Argentina, y aunque este proceso de deflación va a ocurrir en algún momento, el problema es la manera en que lo hará”, advirtió. De hecho, el mantenimiento de los precios internos en valores altos sería la causa por la que el indicador que refleja la Utilización de la Capacidad Instalada en la industria continúa siendo elevado, con las excepciones del sector automotriz y el metalmecánico. “Este indicador todavía no refleja la caída de la producción industrial, lo que indica que estaría sostenido por los precios que no bajan –concluyó- No está claro si es sustentable financiar el empleo y la producción por esa vía”.

En suma, los pronósticos para 2009 no son más alentadores que los que se proyectan para toda la región, que finalmente han demostrado que “no se ha podido esquivar la crisis”. En el cuarto trimestre de 2008 América Latina mostró números negativos en su PBI y las estimaciones para 2009, no importa de qué institución provengan, son malas. “Salvo el caso de Perú, que utilizó reservas para movilizar su economía, y el de Chile, que podría crecer levemente, para el resto se espera una retracción”, precisó Pérez Santisteban. Si se comparan las estimaciones de decrecimiento para el 2009 que se manejaban a fines de 2008 con las tasas de crecimiento que efectivamente se registraron el año pasado, Argentina sufriría una caída relativa de 8% respecto a 2008. Cabe aclarar que este número no tiene que ver con las estadísticas oficiales sino con fuentes privadas como Bloomberg y JP Morgan.

En sintonía con sus vecinos y siempre exceptuando a Perú, para Argentina cabe esperar también una caída significativa de la producción industrial en 2009, y lo mismo para las exportaciones, que no paran de derrumbarse desde octubre pasado. “En los próximos días se publicarán los datos de marzo pero ya se puede anticipar una disminución de las exportaciones del orden del 25% -explicó- Creo que vamos a un nivel de alrededor de 20% por debajo de lo que fueron las exportaciones en 2008, mientras que en importaciones podremos estar entre 25-30% por debajo de 2008”, señaló. En cambio, parecería que el resultado de la balanza comercial no se vería alterada dado que las importaciones se retrajeron todavía más que las ventas, con lo cual el saldo en 2009 se ubicaría en alrededor de u$s 10.500 millones.

mercosurabc