Argentina y la oportunidad agroexportadora

Se estima que en 2015/2016 el volumen de comercio de los granos principales sea de 400 millones de toneladas, un 30% más de lo que fue en el año 2005. Las proyecciones hablan de una participación argentina en aumento en lo que hace a producción y exportación de maíz, harina y aceite de soja, aunque con una caída del grano de soja.


La situación actual de Argentina en su comercio con Asia todavía está muy lejos de su potencial, teniendo en cuenta que sólo el intercambio con Japón representa unos u$s 300 millones, que en el comercio total de ese país es irrelevante. Lo mismo ocurre con Corea y sumando a los países del ASEAN, la Argentina apenas suma un punto, con lo cual el foco está puesto en China, estimó Carlos Moneta en su conferencia “Asia del Pacífico e India/ Argentina-Mercosur. Contexto y negocios para los próximos años” .

Las compras de Argentina a China en 2007 sumaron u$s 5.127 millones, un 62,6% por encima de lo que fueron en 2006, con fuerte incidencia de bienes de capital y de consumo. Esas compras representaron el 11,4% del total de importaciones argentinas. En ese año China se consolidó como tercer proveedor detrás de Brasil y Estados Unidos pero la previsión es que 2008 finalice con China en segundo puesto, desplanzando a los productos estadounidenses. En cambio, las exportaciones de Argentina a China, si bien en 2007 fueron superiores, mostraron que el superávit se está reduciendo a sólo u$s 253 millones de dólares, por debajo de los u$s 1.000 millones que se registraron en los primeros años de esta década. “La curva se acerca a un punto de inflexión y quizás desde el año que viene la cuenta arroje déficit”, recalcó Moneta.

La tónica en la que se encuentra Argentina es la que Moneta denomina la "nanocoyuntura". "Estamos en una situación en la cual la coyuntura se convierte en largo plazo: cada vez más, en vez de expandir nuestra visión, la contraemos", resumió. La recomendación es romper lo antes posible con el problema del "logotipo nacional" no sólo para no perder las grandes oportunidades que tiene en el contexto del Mercosur sino para que estas tendencias no se le vuelvan en contra.

Como se expresó en otro tramo, en pocos años más Argentina será escenario de la competencia entre empresas australianas, chinas, indias, y de todas las naciones del ASEAN. El problema inmediato para la producción argentina es que mientras que las primeras llegarán básicamente con una oferta de commodities, los segundos lo harán con farmacéuticos genéricos, software, y algunas industrias pesadas como petroquímica. El escollo a futuro es que si se cumple la predicción de que China evolucionará hacia una producción de mayor valor agregado, compitiendo con más sectores productivos. Pero el denominador común es que todas estás compañías, pese a la historia de guerras y enfrentamientos que comparten sus países, están trabajando siguiendo una estrategia común, a pesar de competir hoy por el liderazgo

“La pregunta para plantear a las autoridades y al sector privado es cómo hacer frente a este alud –apuntó Moneta- Hay que hacerse preguntas del tipo de cuántos abogados argentinos están especializados en derecho asiático, por dar un solo ejemplo, y de ahí empieza un espacio absolutamente vacío que demanda una preparación porque de lo contrario una oportunidad se puede convertir en un obstáculo o en un evento negativo”.

Moneta recordó que existe un instrumento archivado en la Cancillería argentina desde los años 90, denominado Consejo Nacional de Asia-Pacífico que podría servir como inicio. “No es un instrumento perfecto pero tiene la ventaja de que obliga a trabajar en cooperación al sector privado, académico y gubernamental –afirmó- Hace más de 15 años que está sin utilizar pero mañana mismo se puede poner en servicio y empezar un ejercicio de este tipo”.

Los sectores donde Argentina podrá encontrar sus mayores foratalezas son la minería, pesca, producción agropecuaria, industrias procesadoras de alimentos y servicios a empresas. En Chile son el sector minero, pesca, industria forestal, papel y pasta y todo lo que tiene que ver con facilitación de negocios. En Brasil hay buenas oportunidades en el sector minero, siderúrgico y agropecuario, aeronáutico y aeroespacial, energético y turístico. Uruguay puede aportar a la producción automotriz mediante alianzas.


El desafío chino

El desafío de vender a China requiere un análisis minucioso de las capacidades propias teniendo en cuenta las dimensiones de ese mercado, para lo que es condición ineludible su conocimiento. "Plantearse vender a China suena igual que venderle al mundo porque cualquier provincia de esa nación tiene como mínimo dos poblaciones de Argentina, o sea que hay que empezar a localizar, determinar los actores con los que se va a tratar, conocer a los competidores, identificar a los clientes posibles, y por otra parte, pensar que el tema cultural acá es clave, donde nosotros tenemos un enorme vacío de conocimiento”.

Conocer el mercado chino implica una inversión para solventar el traslado y estadía en su territorio para conocer al país, además de contar con expertise a nivel local y una contraparte en esa nación asiática. “Hay que saber muchísimos detalles antes de elegir una zona de desarrollo que cuenta con incentivos fiscales porque muchas provincias chinas lanzan propuestas para atraer inversiones que quizás no están aprobadas por el gobierno central”, comentó Moneta.

Por ahora, los sectores industriales comprometidos por el avance del comercio con China son acotados, y se limitan principalmente a textiles, bicicletas y zapatos, de acuerdo a recientes estudios del Banco Interamericano de Desarrollo, pero otros países lo sufrirán en mayor medida. Por ejemplo México tiene un problema de competitividad con China que afecta al 70% de su producción. Pero hay que recordar que este escenario tampoco permanecerá estático ya que China está incorporado valor agregado a distintas actividades. En cambio, se esperan efectos positivos para el sector agrícola. “Los potenciales perjuicios para América Latina variarán según el perfil exportador de cada país y tendrán su foco en terceros mercados, incluyendo también sectores de fuerte inversión de capital, mano de obra de alto costo y elevada incorporación tecnológica”, apuntó Moneta.


Una oportunidad para la agroexportación

Las tendencias del comercio mundial en materia agroalimentario es tema central para los países del Mercosur. Además del sector alimentos, se espera un relevante crecimiento de la demanda mundial de aceites vegetales y harinas proteicas, adelantó Moneta, lo que llevará al mundo a mayores importaciones de soja y productos de soja, por encima de la demanda de trigo, maíz y cebada. Con estos tópicos, se estima que en 2015/2016 el volumen de comercio de los granos principales sea de 400 millones de toneladas, un 30% más de lo que fue en el año 2005.

China será el principal comprador, con unas 95 millones de toneladas, con importaciones de soja y semilla por aproximadamente 50,5 millones de toneladas y con unos 7,5 millones de aceites vegetales. Las proyecciones hablan de una participación argentina en aumento en lo que hace a producción y exportación de maíz, y harina y aceite de soja, aunque con una caída del grano de soja. Los niveles actuales en trigo y carne aviar se mantendrían pero habría una reducción en la carne vacuna.




SM, Mercosurabc