Una alianza estratégica de cara a la integración latinoamericana

Una relación que deviene en eje de la integración latinoamericana, surgido de la necesidad de buscar un contrapeso político y económico a la ríspida relación argentina con el socio mayor del Mercosur. Languidece el núcleo duro Argentina/ Brasil del macizo sudamericano.


Mientras se daban a conocer los resultados del escrutinio definitivo de las elecciones del 27 de octubre, que dio el triunfo a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández con el 48,24 por ciento de los votos, contra el 40,28 por ciento de la fórmula oficialista, el presidente electo concretaba el primer gesto político de su inminente gobierno, descubriendo alianzas estratégicas impensadas hace pocos años.

El núcleo duro del bloque sudamericano, visualizada en la fuerte relación de Argentina y Brasil en el Mercosur, parece desdibujarse con la posición de un Jair Bolsonaro que apuesta por la licuación de los acuerdos del bloque regional.

El núcleo del macizo sudamericano que describiera el pensador Methol Ferré, queda pendiente, gracias al avance en varios países del Cono Sur, de concepciones que no se compadecen con la integración. Argentina, en el primer movimiento de relacionamiento externo de su presidente electo, inaugura así su apuesta por una fuerte relación con la América Latina de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que aúna la representación de toda la región. Mecanismo que, como el de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR)- que debería funcionar más allá de las ideologías, según propone Fernández-, tendrán que ser fortalecidos y replanteados.

La afinidad ideológica y política es innegable, con una concepción compartida de no intervención en los asuntos internos de otros estados, y de desarrollo de modelos económicos de inclusión social, alejados del neoliberalismo, cuyos gobiernos hoy padecen disturbios sociales, como en Chile,Colombia y Ecuador.

Grupo de Puebla. La Cumbre de Buenos Aires

"América Latina vive un proceso de desintegración creciente con acuerdos regionales que no se respetan. Estoy dispuesto a volver a construir esos acuerdos y la UNASUR. Porque esa es la única forma que tenemos para entrar a la globalización", afirmó Alberto Fernández en una una entrevista concedida al ex presidente Rafael Correa en Telesur.

En este sentido, el presidente electo de Argentina, que asumirá su investidura el 10 de diciembre, manifestó estar dispuesto a emplear el tiempo que haga falta en reconstruir ese organismo -que debería funcionar más allá de las diferencias ideológicas. De la misma forma se pronunció por un fortalecimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que incluye a México y un entorno centroamericano que urge atender.

En la misma línea de recrear los organismos de integración regional, en estos días se desarrolla en Buenos Aires la segunda reunión del Grupo de Puebla. Un foro surgido en el mes de julio en la ciudad de Puebla, en México, con la presencia de 30 dirigentes de 12 países, mantiene una posición de contraposición al Grupo de Lima. A pesar de esto, Alberto Fernández no se autoexcluyó de esa entidad, que desde su punto de vista, se debilitará por su propio peso.


Se trata de dirigentes de América Latina aunados no para “generar una referencia ideológica que se enfrente a nadie”, según aseguró el presidente electo, sino para discutir “alternativas a lo que ha imperado en los últimos años, por ejemplo, en Argentina”, “la búsqueda de volver a reencontrar un sistema político que devuelva la equidad perdida, el equilibrio y la igualdad social en América Latina, de eso hablamos”.

“El foro busca integrar canales de comunicación y de trabajo entre dirigentes de toda Latinoamérica con una mirada progresista y en respeto a la institucionalidad y a la democracia”. En contraposición al Grupo de Lima, se trata de dirigentes que están en una posición de no intromisión en los asuntos internos de los países.

El encuentro, que se realiza bajo el lema "El cambio es el progresismo", refleja en su comunicado de convocatoria el motivo de su celebración: "La convicción de que frente a este modelo [neoliberal] que deviene en crisis permanentes —que ellos llaman ciclos— existe uno distinto, uno que sabe que es inherente a la política la reducción de la pobreza, la consolidación de las clases medias, el control de las reglas del juego de la economía, el fortalecimiento de la democracia, y, sobre todo, de eso que nos hace confluir en un nosotros. Convivir".

Mientras el foro se reunía, el ex presidente Lula da Silva fue liberado después de un año y medio de detención sin sentencia firme. La decisión del juez que ordenó su liberación, Pereira Júnior, llegó después de que la Corte Suprema de Brasil fallara contra las prisiones sin condena firme, excepto en los casos de delitos violentos. Lula fue declarado culpable en primera instancia por el hoy ministro de justicia Sergio Moro, quien lo encontró culpable de lavado de dinero por la acusación sin pruebas, de haber recibido un triplex en Guarujá de parte de unos contratistas del Estado.

La Corte había resuelto el jueves, por seis votos contra cinco, que la prisión de un condenado en segunda instancia es inconstitucional, fallando en contrario de una jurisprudencia del 2016 y dejando la puerta abierta para la liberación del ex presidente Lula Da Silva. Con esa decisión los abogados de Lula presentaron un recurso para que el ex mandatario fuera liberado.

"No existen fundamentos para la ejecución de la sentencia", determinó Pereira antes de autorizar la libertad del ex mandatario que tiene una condena a ocho años de prisión .

El Grupo de Puebla contó con la presencia de dirigentes como Dilma Rousseff (Brasil), José “Pepe” Mujica (Uruguay), Fernando Lugo (Paraguay), Ernesto Samper (Colombia), Álvaro García Linera (vicepresidente de Bolivia), José Luis Rodríguez Zapatero (España), Daniel Martínez (candidato del Frente Amplio de Uruguay), y una representante del gobierno mexicano, Yeidckol Polevnsky, dirigente de ARENA.


Brasil. Languidece el núcleo duro

Como mencionáramos al inicio de esta nota, el núcleo duro del bloque sudamericano, visualizada en la fuerte relación de Argentina y Brasil en el Mercosur, parece desdibujarse con la posición de un Jair Bolsonaro que apuesta por la licuación de los acuerdos del bloque regional.

En términos políticos, Jair Bolsonaro se pronunció contra el mandatario electo de Argentina y amenazó con dejar el Mercosur. Sin embargo, gran parte del empresariado no lo acompaña, en tanto perder la relación comercial con Argentina redundaría prácticamente en la caída de sus ventas a la mitad.


La industria brasileña y el impacto negativo de reducción del AEC del Mercosur

En este mismo sentido, frente a la propuesta del gobierno de Bolsonaro de producir un recorte abrupto del arancel externo común del Mercosur, un estudio de la CNI refleja las implicancias negativas de salirse de los esquemas del bloque para Brasil. Un trabajo no publicado, encargado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), al Centro de Estudios de Política de la Universidad de Victoria, Australia, muestra que un recorte abrupto del 50% reducirá el Producto Interno Bruto (PIB) en al menos 10 de los 23 sectores industriales para 2022, obstaculizando la reanudación del crecimiento y la reducción del desempleo.

Mediante un comunicado, la central fabril señala: Ante la noticia de que la Secretaría Especial de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales del Ministerio de Economía ha avanzado en su propuesta de reducir unilateralmente el Arancel Extranjero Común (TEC) del Mercosur, la Confederación Nacional de Industria (CNI) reitera la necesidad de un diálogo gobierno al sector privado, a través de consultas públicas, para comprender la realidad de cada sector industrial y región del país.

La propuesta presentada por Brasil a los socios del Mercosur es una reducción de más del 50% del impuesto a la importación. TEC es el impuesto de importación que gravan los bienes de terceros países para ingresar a los territorios de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.

Además, la propuesta brasileña no está sincronizada con otras medidas destinadas a aumentar la competitividad de la economía y la industria. El gobierno espera un "shock" arancelario en solo 4 años, aunque la reforma fiscal discutida en el Congreso Nacional puede tener un período de transición de 10 años, y el acuerdo Mercosur-Unión Europea no se implementará completamente hasta 15 años después de su entrada en vigor. . Esta reducción unilateral en TEC disminuye la participación de la industria en los nuevos acuerdos comerciales y Brasil aún pierde el poder de negociación en las negociaciones para romper las barreras de terceros países para los agronegocios brasileños.

Al decidir no consultar con el sector privado sobre los recortes de impuestos a las importaciones y no llevar a cabo un análisis de impacto regulatorio sobre la medida, el gobierno va en contra de la Ley de Libertad Económica, la resolución de la Cámara de Comercio Exterior ( CAMEX ) sobre Buenas Prácticas Reguladoras en el Comercio Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ( OCDE ). La decisión aumenta la incertidumbre legal y reduce el horizonte de nuevas inversiones y nuevas vacantes, señala el comunicado.

CNI explica que más del 90 por ciento de los sectores industriales han apoyado la liberalización comercial desde que vio acuerdos de negociación y se combinó con una agenda de competitividad. “La industria ha estado apoyando activa y públicamente la apertura comercial desde 2012. Estamos a favor de la apertura, pero con diálogo y transparencia. Ni la industria ni el Congreso Nacional pueden quedar fuera de este debate, porque el impacto es enorme en los estados industriales y municipios ", dice el presidente de CNI, Robson Braga de Andrade.

El presidente de la Asociación Brasileña de Industria Textil (Abit), Fernando Pimentel, pidió por su parte al gobierno "no especular y mantener la cabeza fría y con pragmatismo frente a la Argentina". Argentina es el mayor comprador de textiles de Brasil, representa el 25% de todas sus ventas externas.

Por otro lado, José Augusto de Castro, de la Asociación de Comercio Exterior, las exportaciones de Brasil a la Argentina caerían por la mitad si Bolsonaro decidiera abandonar el bloque por asuntos ideológicos o políticos.

Cuotas de trigo con arancel 0

Brasil hizo el anuncio oficial en la última semana, de una medida que ya había sido adoptada en el mes de marzo, que fue la de fijar una cuota de apertura del mercado de trigo sin aranceles para países extra Mercosur de 750 mil toneladas.

Si bien en un principio era solo para Estados Unidos, desde el socio mayor del Mercosur aclararon que se trata de una cuota abierta al mercado, pero que igual sería en su mayor parte utilizada por el país del norte, según News.agrofy.com.ar

En tanto, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) ya en ese momento expresó su rechazo a la concesión de Brasil sin consulta previa al Mercosur.

"De acuerdo a las normas vigentes del Mercosur, Brasil debe solicitar permiso a la Argentina, como principal proveedor de trigo al país vecino, para realizar esa operación", expresó el portavoz de CIARA-CEC Andrés Alcaraz.

Asimismo, "el procedimiento es contrario también a las normas que reglan el comercio mundial que supervisa la Organización Mundial del Comercio. La Argentina dispone de trigo suficiente para abastecer a Brasil y ofrece un precio altamente competitivo a ese país", agregó Alcaraz.

La implementación de esta cuota es parte de una negociación bajo la cual Brasil pretende la apertura del mercado norteamericano para la exportación de carne. Además Brasil habría ofrecido abrir su mercado a la carne de cerdo de Estados Unidos. Desde el gran socio mercosureño señalaron que esperan el anuncio de inspecciones para la carne bovina por parte del país del norte.

Graciela Baquero