Un reforzamiento político para el Mercosur. El desafío de enfrentar las asimetrías comerciales

El acuerdo Mercosur - UE es de suma importancia política y llega en un momento esperado por todos los estados parte del Mercosur. Sin embargo, es necesario que el tratado permita superar las asimetrías existentes entre ambos bloques, y salir de la lógica tradicional de materias primas por manufacturas en su implementación. Una salida posible en la búsqueda de beneficios, sería lograr una oferta exportable de mayor valor agregado, dada por el escalamiento de las cadenas de valor entre los países integrantes del Mercosur.


Son los conceptos de Nahuel Oddone, jefe de promoción e intercambio de políticas sociales del Instituto Social del Mercosur. El acuerdo interbloque es único en su tipo, en un contexto en el que el regionalismo y el multilateralismo están siendo discutidos y en donde el nacionalismo ha aflorado. El nacionalismo comercial de los Estados Unidos y la crisis del Brexit son prueba de esa crisis del sistema de comercio internacional. En este sentido, el acuerdo entre dos bloques importantes con trayectoria en integración regional, tiene que ser puesto de relieve desde lo político. En la misma línea, se concreta el primer paso del acuerdo con Mercosur, todavía pendiente del proceso de aprobación, que se constituye en una esperanza para la creación de comercio, no sólo interregional entre los dos bloques, sino también intrarregional. Un dato importante es que el comercio interregional europeo alcanza el 65% del total de su intercambio global, mientras que para el Mercosur representa sólo el 20%, señala Oddone.

Las cadenas de valor en el Mercosur

Oddone, que se desempeñara como coordinador de estudios de cadenas de valor en la sede de la CEPAL en México, percibe con este tratado, la posibilidad de abroquelar a los distintos sectores, para implementar los mecanismos regionales que el Mercosur tiene como bloque, tendiendo a fortalecer el comercio intrarregional y consolidar una oferta exportable competitiva con la Unión Europea y que al mismo tiempo sea diversificada, productos con el mayor valor agregado posible y servicios.

El objetivo principal es que se puedan dinamizar no sólo intercambios interregionales, entre los dos bloques, sino también crear más comercio intrarregional entre los países del Mercosur, para producir de manera conjunta, nuevos productos y servicios que podamos comercializar en el contexto europeo. Una oferta exportable de mayor valor agregado, podría estar dada por el escalamiento de las cadenas de valor entre los países integrantes del Mercosur.

Esto implica un desafío para generar políticas de innovación en ciencia y tecnología, para lograr lo que se denomina la competitividad endógena, y aumentar la agregación de valor de nuestros productos y por tanto de la oferta exportable mercosureña, finaliza el experto.

La geopolítica del acuerdo

Desde el punto de vista geopolítico el acuerdo implica la profundización del vínculo con Europa y con los países de mayor relación con América Latina: España, Portugal, Italia, Alemania y Francia. La UE es el primer bloque económico en lograr acuerdos comerciales preferenciales con todos los países de América Latina (ya lo había logrado con Chile, México, Centroamérica, CARICOM, Perú, Colombia), lo que no pudo lograr EE.UU. tras el fracaso del ALCA en Mar del Plata en 2005, señala el Boletín Integrar del Instituto de Integración Latinoamericana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, de la Universidad de la Plata.

La UE es el primer inversor global que supera al 30% del total mundial y es el mayor inversor extranjero en el MERCOSUR con 381.000 millones de euros, mientras que las inversiones desde este bloque a la UE ascendieron a 52.000 millones de euros según cifras de 2017. La corriente de comercio birregional fue cercana a los US$ 90 billones en 2018. La UE es la segunda compradora de bienes del MERCOSUR, detrás de China, con exportaciones por 42.600 millones de euros en 2018 e importaciones por 45.000 millones. La UE tiene un PBI per cápita promedio de USD 34.000, señala el informe.

El informe da cuenta de factores geoeconómicos y geopolíticos que marcan esta etapa de incertidumbre global. Entre los factores regionales, en referencia al Mercosur, señala que Brasil fue perdiendo poder como actor regional, que el presidente Macri supo capitalizar; ambos imprimen un cambio rotundo en las políticas que caracterizaran la década anterior con un enfriamiento de los vínculos Sur-Sur y una nueva agenda de inserción internacional más abierta, a través del relanzamiento del Grupo de Relacionamiento Externo ─GRELEX─ del MERCOSUR, a partir de 2017 cuando Argentina asumió la Presidencia Pro-Tempore. Este grupo fue creado por MERCOSUR/DEC/CMC N° 22/11, que en su art. 2 dispone: “El Grupo de Relacionamiento Externo tendrá atribuciones en materia de negociaciones económico comerciales del MERCOSUR con terceros países y grupo de países”.

En cuanto a factores globales: el creciente rol de China y Asia en el comercio mundial; el reforzamiento del liderazgo de la UE a nivel global, a partir de los acuerdos con Canadá (2016) -Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA por sus siglas en inglés)-, el que entró en vigor provisoriamente el 21 de setiembre de 2017 y Japón (2018) -Tratado de Libre Comercio entre la UE y Japón (JEFTA, siglas en inglés)-. El liderazgo de la UE había sufrido disrupciones generadas por las consecuencias de la crisis económica internacional, luego por desconfianza en sus instituciones que se expresó en el Brexit y el auge de los populismos de derecha. Otro factor de no menor consideración es que la Comisión Europea termina su mandato en poco tiempo y se prevé uno con orientación más nacionalista.

El comercio intrarregional

Por su parte, el investigador del Centro de Estudios de la Estructura Económica (CENES), de la UBA, Damián Paikin, sostiene que en términos de integración, el acuerdo birregional se traduce en el refuerzo del Mercosur, al que una vez más todos habían dado por muerto.

Paikin se refirió además a una cuestión bastante más ajena a los análisis que se pueden encontrar, en relación conque este acuerdo pone en jaque el comercio intra-regional, que para el caso argentino es su principal espacio, tanto en términos de importancia cuantitativa, como cualitativa, refiriéndonos a las exportaciones industriales y de alto valor agregado, señala el investigador.

Eso es justamente lo que existe hoy en el comercio argentino – brasileño, donde el sector automotriz y sus derivados implican más del 40% del total a partir de una protección arancelaria del 35% que incentivó a las terminales a producir en la región (ver nota aparte).

En términos geopolíticos, el acuerdo refleja una apuesta con sus riesgos, pero que derramará beneficios sectoriales en materia de cooperación y diálogo político. Habrá que observar a partir de este acuerdo que se inscribe en el regionalismo, las respuestas tanto de Estados Unidos como de China para poder analizar sus reales impactos. Pero al menos parece más provechosa la idea de aliarse con uno de los grandes poderes, que seguir jugando a la idea del multilateralismo en un mundo de guerras comerciales y conflictos por la hegemonía, asegura Paikin.

Los sectores productivos de Brasil y el principio de precaución

El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) preocupa a sectores productivos de Brasil, donde se teme un impacto negativo en una industria menos competitiva que la europea y el recurso abusivo al "principio de precaución" para frenar la exportación de productos agrícolas sudamericanos.

El economista Felipe Queiroz, investigador en la universidad de Campinhas (Unicamp), advierte: "La productividad industrial del Mercosur es menor que la europea" y "sin algún tipo de barreras, la tendencia es que la desindustrialización se acentúe". "Y eso se revierte en desempleo, en un proceso de financiarización y al mismo tiempo de primarización de la economía" de los menos competitivos, prevé en una nota producida por AFP.

El acuerdo alcanzado el viernes entre la UE y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) también hace referencia al "principio de precaución", que permite a las autoridades europeas "actuar para proteger la salud humana, animal o vegetal, o el medio ambiente, frente a cualquier riesgo detectado, aunque el análisis científico no sea concluyente". Esta figura no incluye un estudio de impacto del daño que pudiera ocasionar una actividad, sino que exige demostrar la inocuidad de cualquier actividad o producto, potencialmente dañino, difícil de cumplir y de medir.

Que el Mercosur haya aceptado esta forma de protección adicional en el acuerdo, es un hecho que produce gran preocupación en el sector agropecuario brasileño.

Uruguay: apuesta a entrada en vigor del acuerdo país a país

La embajadora Valeria Csukasi, negociadora por la parte uruguaya del Acuerdo, señaló en medios locales, que el próximo paso es el de hacer un proceso de revisión legal, traducir y una vez cumplidas esas etapas ingresaría a los parlamentos. Recién en un año se estaría remitiendo para revisión parlamentaria, por lo que el acuerdo podría empezar a regir en dos años. El acuerdo empieza a regir una vez aprobado por el parlamento de la UE y del Mercosur, es decir que "para que empiece a regir la parte comercial de este acuerdo -que es la que más le interesa a Uruguay- no es necesaria la aprobación de todos los países europeos", explicó Csukasi.

"Apostamos a una entrada en vigor del acuerdo país a país. Es decir que si el parlamento europeo ratifica y el uruguayo también el acuerdo empieza a regir para la UE y Uruguay", por lo tanto, a modo de ejemplo, si en un plazo de dos años es aprobado por ambos -UE y Uruguay- bajaría el arancel para la Hilton de Uruguay y no para Argentina.
El 97% de toda la oferta exportable del Uruguay va a tener un ingreso preferencial, lo que supone ingresos en el orden de los 100 millones de dólares anuales una vez que el acuerdo entre en vigencia.

Beneficios para el Paraguay con acuerdo Mercosur-UE

El especialista en economía y exministro de Hacienda Manuel Ferreira considera que el histórico acuerdo logrado entre el Mercosur y la Unión Europea ayudará al Paraguay a desarrollar áreas industriales en las que ha avanzado poco.

Otro punto interesante se refiere a las nuevas puertas que abren en el Paraguay en cuanto a la inversión extranjera a nivel local desde ese lado del globo, puesto que el país es atractivo en materia del bajo costo impositivo, energía eléctrica accesible, mano de obra y materiales a bajo costo.

El exministro de Hacienda puso énfasis en que este acuerdo podría ayudar a generar puntos en la economía del Paraguay “que permitan desarrollar bosques densos en áreas donde tenemos poco desarrollo, y podemos ir avanzando en industrias de alta calidad, de altas tecnologías, que sí tienen los europeos, y nosotros podemos aprovechar en ciertas áreas”, puntualizó.

Argentina y el impacto en la industria

Desde la Unión Industrial Argentina (UIA), antes de producirse la reunión con el presidente Macri - que buscó llevar tranquilidad a las cámaras industriales al prometer reuniones sectoriales para tratar las condiciones del acuerdo -, la repercusión fue tal, que llevó al vicepresidente de la entidad empresaria, Guillermo Moretti, a considerar que la firma del acuerdo no era "una buena noticia para la industria argentina" y que dejó "varios interrogantes" al sector, aduciendo que "la Unión Industrial no fue parte del proceso de negociación" y que, si bien pidieron participar, no los invitaron.

En reportaje a la radio AM750, Moretti advirtió que los distintos países que hicieron un tratado están en déficit con la Unión Europea. El PBI de la Unión Europea quintuplica al del Mercosur y registra diez veces más patente que nuestra región, y no se da cuenta de que se respeten esas asimetrías.

“La caída del salario real y del consumo interno es el verdadero problema de la industria”, aseguró.

Ya en setiembre de 2018, una reunión de las principales cámaras del Mercosur (Unión Industrial Argentina, Confederación Nacional de la Industria del Brasil, Unión Industrial Paraguaya y la Cámara de Industrias del Uruguay), había reclamado en un comunicado la inclusión en el acuerdo birregional, de una “cláusula de desarrollo industrial” y la preservación de diversos instrumentos de protección a la producción y el empleo “fundamentales para el funcionamiento actual y futuro del Mercosur”.

En el ámbito opositor, un Foro desarrollado dias antes de la firma del Acuerdo, el dirigente de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino, Leo Bilanski, también cuestionó las negociaciones por lo que consideró “falta de transparencia” y la casi nula comunicación oficial respecto de esas negociaciones encaradas por el Poder Ejecutivo Nacional y por otros gobiernos de países integrantes del Mercosur.

En el mismo cónclave, del que participaron dirigentes sindicales y parlamentarios, se reclamaron estudios de impacto, no sólo en relación con los aspectos comerciales del tratado de libre comercio, sino esencialmente con lo que significan estructuralmente en temas clave, como servicios, propiedad intelectual, compras públicas, comercio electrónico y demás ámbitos involucrados.

En el mismo sentido, un comunicado de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Mercosur, consideró que «la amplitud de la cobertura como la finitud de los plazos de desgravación atentan contra una transición ordenada de los sectores productivos hacia una situación de libre comercio birregional» y manifestó su rechazo a «la extensión de las patentes y a la protección de los datos de prueba». Asimismo, reclamó estudios de impacto que revelen los verdaderos resultados del acuerdo, en especial en relación con la cantidad y calidad del empleo.

Estas mismas preocupaciones fueron reflejadas en el encuentro de gremios, Gobierno y empresarios que se dio el 2 de julio, para evaluar el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur. La reunión correspondió a la Comisión de Diálogo Social Tripartito, que forma parte de un espacio institucionalizado con el aval de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Las dudas manifestadas por el empresariado produjeron una rápida respuesta del primer mandatario argentino, que el 3 de julio recibió a 53 cámaras empresarias, para explicar con mayor profundidad los detalles y alcances del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea ( UE). Aseguró que el bloque europeo destinará un "fondo específico" para las pymes del Mercosur a fin de que puedan reconvertirse y tener mayor competitividad. Sin embargo, no se sabe aún cómo se aplicará ese fondo, ya que no es sectorial, sino general.

El punto tratado en la reunión que llevó más tranquilidad a los empresarios, fue la promesa del gobierno de mantener reuniones con cada sector, y que se respetarán los acuerdos sectoriales acerca de los requisitos de origen para las importaciones.

Por su parte, las cámaras expusieron sus sugerencias a través del presidente de CAME, Gerardo Díaz Beltrán, que enumeró una serie de pedidos compartidos, que incluyen la "rebaja de las tasas de interés y de impuestos, la eliminación del impuesto al cheque y la modernización laboral".

mercosurabc