Negociaciones comerciales y estrategia de inserción internacional

Este año 2018 -y probablemente en los siguientes también, como lo ha sido desde un tiempo largo- las negociaciones comerciales de la Argentina y su vinculación con la estrategia de inserción internacional del país, tendrán uno de sus epicentros principales en la región latinoamericana y, en particular, en el espacio sudamericano.


Se destacan tres ámbitos institucionales. El primero es el de la ALADI. Como lo fuera la ALALC en la década de los sesenta, la incorporación de México a la idea original de comercio preferencial en el espacio del sur Sudamericano, le dio al ámbito institucional que luego se transformara en la ALADI (1980), una proyección geo-política muy especial. Implicaba la valoración de un espacio latinoamericano con identidad propia, tanto en el ámbito hemisférico como en global multilateral, en ese momento institucionalizado en el GATT. El hecho de que la actual postura de los EE.UU. con respecto a las reglas de juego de la OMC, esté disminuyendo su eficacia para impulsar nuevos compromisos comerciales globales multilaterales -la no superación del estancamiento de la Rueda Doha así lo pone de manifiesto-, también se está reflejando en el cuestionamiento al principio de no discriminación como regla central del sistema. Entre otros efectos, ello puede conducir a un deterioro creciente de la eficacia de tal regla, plasmada en el artículo XXIV del GATT 1994, que se suponía debía restringir tendencias a la fragmentación del sistema global multilateral a través de múltiples acuerdos comerciales preferenciales, esto es, de verdaderos "clubes privados" del comercio internacional.

La ALADI tiende a ser repotenciada, tal como lo planteara en 2016 su entonces Secretario General, Carlos Chacho Álvarez. Brinda el marco institucional para encarar, especialmente a través del instrumento de los acuerdos de alcance parcial, distintas modalidades de acciones de articulación comercial y productiva, por ejemplo, entre países del Mercosur y de la Alianza del Pacífico, y también con Cuba, entre otros países miembros.

Los otros epicentros serán espacios interregionales y trans-regionales. En la perspectiva de las negociaciones comerciales de la Argentina y del Mercosur, el hecho que eventualmente pudiera firmarse este año el tan postergado acuerdo bi-regional con la UE, abre la puerta a la conformación de una ambiciosa red preferencial interregional entre países de América Latina -esto es, los del Mercosur y los países latinoamericanos que ya tienen acuerdos de libre comercio con la UE- y la Unión Europea. Eventualmente, tal red podría resultar también de las negociaciones post-Brexit de países latinoamericanos con el Reino Unido.

Las redes preferenciales podrían extenderse a otras regiones con los cuales países latinoamericanos ya tienen o procuran tener acuerdos de alcance interregional. Sin perjuicio de otras, podría ser el caso de la región del Sudeste Asiático, a través de la conectividad que se establezca entre acuerdos comerciales preferenciales que ya se han concluido, o que pudiera concluirse en un futuro cercano, entre países de la ALADI y países de la ASEAN, y también China. Un acuerdo comercial preferencial entre el Mercosur y China, en cualquiera de las modalidades posibles y recomendables, potenciaría mucho la eventual red de comercio preferencial interregional entre América Latina y el Sudeste Asiático.

Son redes preferenciales interregionales que en el futuro permitirían negociaciones comerciales con la CAPTPP, especialmente si esta otra red entra finalmente en vigencia, y si en el futuro incluyera, como a veces se señala, a los EE.UU., China y Reino Unido (ver este Newsletter, del mes de febrero 2018).

Finalmente, el espacio global multilateral institucionalizado en la OMC, es hoy fundamental en la perspectiva de Argentina, de los países del Mercosur y de la Alianza del Pacífico. Preservar este espacio como un eje central del sistema de comercio internacional, a partir de su regla fundamental plasmada en el principio de no discriminación, tiene que ser una prioridad central de nuestro país y de sus socios latinoamericanos, como fue oportunamente expresado en el Comunicado de Buenos Aires, en diciembre pasado (ver al respecto este Newsletter de enero 2018).

Pero se observa al respecto una significativa tendencia al desplazamiento en la importancia relativa que algunos de los países con mayor protagonismo en la competencia económica global, atribuyen al espacio de la OMC. Por ello habrá que seguir de cerca la futura evolución del CAPTPP, y sus efectos sobre el sistema global multilateral, en especial si los EE.UU. y otros grandes competidores globales se incorporaran.

Con una buena dosis de realismo, parece conveniente que en las próximas negociaciones comerciales de nuestro país, a la vez que se reafirme la valoración de un sistema multilateral global orientado por reglas, no se descarten escenarios de su fragmentación. Tales escenarios serían la resultante de una proliferación de acuerdos geográficos regionales, interregionales, e incluso trans-regionales y de alcance global, que no estén enmarcados en un marco institucional multilateral y global.

Ello reforzaría la idea estratégica de encarar las negociaciones comerciales internacionales de nuestro país, a partir del Mercosur y de una acción compartida con la Alianza del Pacífico y, también, con el mayor número de países y regiones posible. Si bien ello requeriría un significativo esfuerzo de organización, bien encarada la simultaneidad de frentes negociadores, permitiría acrecentar el poder negociador de nuestros países.

Implicará un gran esfuerzo de organización, tanto por parte del sector gubernamental (a escala nacional y provincial) como de los distintos sectores de la producción y sociales con intereses en las respectivas negociaciones. Y se trata de un esfuerzo de organización que deberá contar, además, con una activa participación de las numerosas instituciones de reflexión y académicas que existen en el país.

(fragmento)

 

Texto completo en: http://www.felixpena.com.ar

 

Félix Peña es Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Miembro del Brains Trust del Evian Group.

 

Félix Peña