La pandemia de la desigualdad en AL

El grado de vulnerabilidad a la pandemia está totalmente determinado por las precondiciones mundiales en las que llegó el virus; pobreza, desigualdad, cambio climático y racismo. Es la mayor diferencia entre AL y buena parte del mundo desarrollado. Desarrollo de políticas públicas contra la evasión fiscal, renta básica universal, apoyo a las pymes, inversiones en salud. Desarrollo humano


El pasado 14 de julio, el Dr Bernardo Kliksberg*, participó del Ciclo de Entrevistas “COVID 19, Desigualdad y Políticas Públicas Distributivas”.

Este ciclo es organizado conjuntamente entre el Diploma Superior de Desigualdades y Políticas Públicas Distributivas del Área Estado y Políticas Públicas de FLACSO Argentina, que dirige el Dr. Daniel García Delgado, el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Fundación Friedrich Ebert (FES) Argentina.

La entrevista versó sobre “las mejores políticas y prácticas ejemplares en Latinoamérica y el mundo” ante la contingencia que estamos viviendo.

Dando inicio a la exposición, Kliksberg destacó que la pandemia no encontró a un mundo en armonía, la pandemia encontró al planeta enfrentando al menos cuatro problemas centrales:

Primero, el de la pobreza extendida. Con una población que en el mundo gana menos de 1 dólar diario, indicador de situación bajo la línea de la pobreza.

Segundo, un mundo absolutamente desigual. - Cerca de 2.200 personas tienen un patrimonio igual o que superior al de 4600 y el 1% más rico que como se conoce que ha sobrepasado el PIB mundial.

Tercero, un mundo afrontando una agenda del calentamiento global. - según datos del instituto de Oceanografía de EEUU reportó que el grado de intoxicación por monóxido de carbono es de 414 cada millón de partes, siendo el más alto de la historia y los registros siguen subiendo. Esto es un desequilibrio general con la naturaleza que va desde el ascenso permanente de las temperaturas, dado que el calentamiento global afecta la subida de las aguas de los mares, hasta las sequías extendidas a gran escala.

Cuarto, un mundo con un fenómeno en ascenso de racismo y discriminación. -

AL y las precondiciones de la pandemia: pobreza, desigualdad, cambio climático y racismo.

Una vez aclarado este panorama, paso a señalar que el primer mito que debemos derrumbar es el de que la pandemia nos afecta a todos por igual, esto no es cierto ya que los grados de vulnerabilidad de cada parte son diferentes, todos corremos riesgos, pero concretamente los infectados y los que pagan con su vida en las pandemias, son los sectores vulnerables, sostuvo Kliksberg. Por ejemplo, en EEUU la población de los infectados representa el 13 % mientras que en AL alcanza a casi el 36%, lo mismo sucede en la India, donde ya los porcentajes de enfermos y de víctimas fatales son distintos entre barrios de ricos y los de clase baja. Brasil, donde en poco tiempo la pandemia ha estallado como bomba, ahora es el segundo país más infectado del mundo con 1,8 millones de casos y con 75 mil muertes. Nuevamente la pandemia ha encontrado vulnerabilidades mucho mayores por las desigualdades y por la pobreza, señaló Kliksberg.

Ante estos acontecimientos, la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha dado cuatro recomendaciones: la primera, lavarse las manos, aunque según los datos de las Naciones Unidas existe un 40% de la población mundial que no tiene acceso al agua, menos al jabón, y mucho menos a un lavado en condiciones adecuadas; segundo, el distanciamiento social, pero resulta que un gran porcentaje de la población vive en viviendas precarias; tercero, utilizar máscaras, pero resulta que la provisión de estas no es la misma entre las clases sociales; y la cuarta y última no congregarse en lugares públicos, pero hay autoridades que han hecho todo lo posible para estimular las congregaciones, elevando así el número de contagios, expresó a modo de denuncia.

La mayor diferencia entre América Latina y buena parte del mundo desarrollado es el grado de vulnerabilidad frente al virus, que es una desigualdad peligrosísima y que se da en forma conjunta entre áreas pobres y áreas ricas del mundo, pero también en el interior de uno de los países más desarrollados del orbe. Los sectores más afectados son claramente y sin ninguna duda, los más débiles socioeconómicamente. Recordemos, no es igual para todos, es diferente absolutamente y esto es importantísimo para el diseño de políticas públicas anti pandemias y el grado de vulnerabilidad está totalmente determinado por estas pre condiciones mundiales en las que llegó el virus; pobreza, desigualdad, cambio climático y racismo, explicó en forma esclarecedora.

El padre de la responsabilidad social, se refirió luego a las acciones más destacadas en cuanto a políticas implementadas en las desigualdades en el mundo a partir de la pandemia.

Hay países que claramente han logrado controlar la pandemia y eso se ve en las cifras presentadas, entre ellos están los países nórdicos como Noruega, Dinamarca y Finlandia con la excepción de Suecia que intentó un camino heterodoxo que no parece haberle dado mucho resultado, de acuerdo con la autocrítica que se está formulando. Los países nórdico lograron el control sobre el Coronavirus 19, justamente porque son los países más igualitarios del planeta, con el mejor coeficiente de Gini del mundo, además de un nivel de conciencia colectiva con una avanzada de luchadores contra el cambio climático, informó.

Además, señaló el ejemplo de Nueva Zelanda, con el liderazgo ejemplar de Jacinta Armen, más los países centrales europeos que después de pasar por una situación muy seria, han logrado una reducción muy significativa, encabezados por Alemania, que desde el primer momento logró un control significativo bajo el liderazgo de Angela Merkel.

Todos estos países más Japón, Vietnam, han demostrado que la pandemia es controlable, pero ¿qué han hecho estos países para mantener los logros a diferencia de los países latinos? Latinoamérica, constituyendo el 8 % de la población del planeta, suma el 50% de las víctimas fatales actualmente, desde ya muy cargado en Brasil, que representa una buena parte de la población, interpeló.

La pandemia de la desigualdad en AL. Políticas para vencerla

Por un lado, en AL hay aciertos y por otro hay desaciertos que claramente han influido. Los países exitosos en todos los casos han optado por la ciencia y esta ha comandado, han tenido un lugar absolutamente central en el diseño de las políticas y en la evaluación de la marcha y la regulación de las medidas que se van tomando. Por el otro lado la transparencia, la gente sabe en estos modelos realmente qué es lo que está sucediendo, y la transparencia ha contribuido a aumentar la confianza que se necesita en los liderazgos, los liderazgos que se han apoyado en lo colectivo, informando permanentemente y al mismo tiempo tratando de crear una cultura de solidaridad y responsabilidad por el otro, explicó, en clara referencia a políticas como las implementadas por Argentina, en contraposición a Brasil.

La pandemia es vencible en los sectores vulnerables si hay estados con políticas que los protejan, si hay respuestas basadas en la ciencia. Si hay condiciones favorables oficiadas por todo esto, los impactos serán menores y habrá posibilidades de acceder al control de todos estos episodios, argumentó.

La pandemia de la desigualdad en AL, la desigualdad que advierte permanentemente el desarrollo humano de la ONU y el papa Francisco. Es imprescindible darle prioridad en la región a la salud, como política social, lo que significa inversiones económicas muy significativas.

La propuesta cepaliana para AL: renta básica universal

AL es amenazada por la pobreza y la desigualdad, advirtió. Según las cifras entregadas por la CEPAL su pronóstico actual es que para fines del año 2020 habrá una caída del PIB del 5,3 %, debido a las medidas económicas tomadas a causa de la pandemia, con 29 millones más de pobres.

Ante esta situación la CEPAL ha hecho una propuesta muy concreta a Latinoamérica, pensando muy seriamente en la renta básica universal para toda la población, calculando un ingreso de 187 dólares como garantía para paliar el hambre en una línea recta de pobreza completa, lo que significa aproximadamente un 2 por ciento del PIB. Pero para enfrentar la pandemia no basta con una renta básica universal, se tiene que tomar otros aspectos, como defender las pequeñas y medianas empresas, porque son el motor de la economía latinoamericana, creando el 66% del empleo. En este sentido, el Estado tiene que hacer todo lo que esté a su alcance, sobre todo bajar la tasa de evasión fiscal, que esta misma organización cuantificó en el 6.1 % del PIB.

El aporte de las grandes fortunas también se hace necesario en la crisis sociosanitaria por la que atravesamos. Algunos empresarios ejemplares han demostrado responsabilidad social en tiempos de pandemia, entre ellos Bill Gate, que cubrió aproximadamente el 10% del presupuesto de la Organización Mundial de la Salud, OMS, o el dueño de Twitter que donó la 3era parte de su patrimonio para fortalecer los esfuerzos en medio de la pandemia

Los “Millonarios por la humanidad” de todo el mundo se unieron y solidarizaron por la crisis que atraviesa el mundo por la pandemia, piden y quieren ayudar pagando más impuestos. Asimismo, expresaron que tienen mucho dinero, el que se necesita ahora y se seguirá necesitando en los próximos años, a medida que el mundo se vaya recuperando de esta crisis.


*El doctor Kliksberg, se graduó en cinco carreras universitarias, dos de ellas doctorados. Es Doctor en Ciencias Económicas, Doctor en Ciencias de Administrativas, Licenciado en Sociología, Licenciado en Administración y Contador Público. Se lo considera el creador de una nueva disciplina, la gerencia social, que se ha difundido en todo el Continente, aplicándose extensamente en la lucha contra la pobreza. Se han creado, en numerosos países, postgrados y carreras en la materia, muchos de ellos con su tutoría. Hace 20 años fundó el programa de formación en gerencia social de las Naciones Unidas, que fue el primero en su género en los organismos internacionales. Es pionero en nuevas áreas del pensamiento sobre el desarrollo, como la responsabilidad social empresarial y el capital social, un área del conocimiento de amplísimas aplicaciones económicas, gerenciales y sociales. Es el inspirador en el continente de la ética para el desarrollo. Sus trabajos y actividades en este campo han dado origen a un amplio movimiento en el que están participando numerosas organizaciones públicas, de la sociedad civil y académicas. Es Consultor Principal de la Dirección de Políticas para el Desarrollo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y es Asesor de más de 30 países y organizaciones internacionales como OIT, UNICEF, FAO y Unesco. Designado Profesor Honorario, Emérito y Doctor Honoris Causa en más de 55 universidades de toda Latinoamérica, entre ellas 15 universidades de la Argentina. Es Autor de 50 obras y centenares de trabajos, muchos traducidos a varios idiomas, inglés, francés, ruso, chino, árabe, hebreo y portugués.
Por invitación del Canal Encuentro, creó, dirigió, y condujo directamente una serie educativa, titulada EL INFORME KLIKSBERG, consta de cuatro temporadas, de 25 episodios cada una, este programa fue nominado al premio Cannes y al EMMY de Televisión, el máximo galardón mundial en televisión, se está transmitiendo en varios países de Latinoamérica.

Gisela Corbalán