El bipartidismo en jaque en Honduras

Por primera vez en la historia de Honduras, hay más de dos candidatos en una elección presidencial. El control del poder se lo habían repartido, en ocasiones anteriores y de manera cruenta, los partidos Liberal y Nacional y sólo lo habían compartido, esporádicamente y sin poner en riesgo esa hegemonía, con dictaduras militares.


En un hecho inédito, cuando sólo se habían computado el 67 % de los votos emitidos, con una diferencia de sólo seis puntos entre los dos candidatos más votados, según los datos del Tribunal Supremo electoral (TSE), dicho organismo se apresuró a declarar irreversible la tendencia y a proclamar ganador al candidato oficialista Juan Orlando Hernández. Paralelamente, el TSE ocultaba el 20% de las actas electorales cuyo cómputo se mantendría secreto. Distintos sectores de la oposición no aceptaron los resultados y se esperan horas aciagas en la castigada Honduras.

Según cómputos parciales dados a conocer en la noche del lunes- tras el recuento del 67 % de las mesas-, Juan Orlando Hernández, candidato del gobernante Partido Nacional de Honduras, estaba al frente de los resultados preliminares, con el 34,08 % de los votos, ubicándose en segundo lugar Xiomara Castro de Zelaya, del Partido Libertad y Reconstrucción (Libre) con el 28,9 % de las boletas escrutadas.

En el momento en que el TSE daba a conocer junto a ese informe la proclamación de Juan Hernández como ganador, el ex presidente Manuel Zelaya -esposo de la candidata de Libre- cuestionaba, ante sus seguidores y ante varios periodistas internacionales, dichos resultados, anticipando que los cómputos finales de los fiscales de Libre, daban como amplia ganadora a Xiomara Castro. “Vamos a defender los resultados del triunfo y la victoria que obtuvimos en las urnas y, si es necesario. en las calles, vamos a ir a las calles a defenderlos”. “No estamos dispuestos a renunciar a esos resultados que se dieron por la voluntad del pueblo en Honduras”, reiteró.

Por su parte, Salvador Nasrallah, popular narrador deportivo y candidato del Partido Anti Corrupción, que se ubicaba en cuarto lugar en el recuento parcial, también estaba poniendo en duda la eficiencia del TSE. “Nuestros datos no coinciden con los datos oficiales que el sistema está trasmitiendo”, aseguró.

Las sospechas de fraude, en realidad, se venían denunciando anticipadamente por una serie de irregularidades; entre ellas, lo conformación del TSE con hombres de antecedentes políticos vinculados al Partido Nacional, algunos con fluidas relaciones con Juan Orlando Hernández y acérrimos opositores a Libre a punto tal que el representante del conteo, no tuvo pruritos en expresar ante los medios que, si Xiomara Castro se llegaba a consagrar presidente, él se iría de Honduras. A su vez, la descarada intromisión en la campaña de la embajadora de Estados Unidos en Honduras, Lisa Kubiske, invitando por diversos medios de comunicación a no votar por la candidata de Libre también abonaron los temores de fraude.

Curiosamente, el viernes último, Kubiske había expresado que “las elecciones generales serían apretadas y que no habría resultado definitivo la noche de ese domingo”, remarcando que “si hay resultados apretados, …la gente no va a querer esperar y van a comenzar a oír cosas de un lado, de otro lado”. El lunes, sólo minutos después del informe del TSE, la diplomática estadounidense emitió el comunicado en el que “reconoce y respeta” los resultados anunciados, ya que, “coinciden” con los reportes de sus observadores en Honduras.

En realidad, la injerencia de Estados Unidos en Honduras siempre fue muy fuerte, al extremo que el borrador de su actual Constitución fue redactada en los primeros años de la década del ´80 por el entonces embajador estadounidense en el país centroamericano, John Negroponte. En una nota recientemente publicada, en relación al tema que tratamos, el analista argentino Atilio Borón, destaca que “así como Israel es para Estados Unidos la fuerza clave para garantizar el equilibrio geopolítico de Medio Oriente, Honduras lo es para Centroamérica”. Efectivamente, en las bases militares que el ejército norteamericano tiene en Honduras, se concentra el grueso del poder de fuego de dichas fuerzas en la región.

El bipartidismo -fomentado y sostenido por Estados Unidos- ha posibilitado, hasta ahora, esa desmesurada influencia sobre el país. Sin embargo, por primera vez en la historia de Honduras, hay más de dos candidatos en una elección presidencial. El control del poder se lo habían repartido, en ocasiones anteriores y de manera cruenta, los partidos Liberal y Nacional y sólo lo habían compartido, esporádicamente y sin poner en riesgo esa hegemonía, con dictaduras militares.

Superando esa subordinación secular, Manuel Zelaya –quien fue electo presidente como candidato del Partido Liberal electo presidente en 2006-, durante su gobierno se relacionó con Hugo Chávez, incorporó su país al Alba y acordó -a través de esa alianza continental- el ingreso de medicamentos genéricos en su país, hecho que afectó poderosos intereses vinculados al ex vicepresidente de Estados Unidos, Richard “Dik” Cheney. Además, elevó el salario mínimo de los trabajadores y promovió acompañar las siguientes elecciones presidenciales con una consulta sobre la necesidad de reforma constitucional.

Esta última propuesta, si bien sirvió de argumento para destituirlo por la fuerza el 28 de junio de 2009, también se convirtió en el origen de estas elecciones generales de 2013, inéditas en más de un siglo de su historia, donde un nuevo e importante actor, el Partido Libertad y Refundación, ha puesto en jaque al bipartidismo tradicional.

Precisamente, las raíces de Libre se encuentran en el Frente Nacional de Resistencia Popular creado un día después del golpe militar, al que, luego de varios intentos proscriptivos, la justicia electoral lo autorizó a inscribirse con el nombre de Libre el 13 de marzo de 2013 y lo habilitó, de ese modo, a participar en los comicios del pasado domingo.

Versión completa: Maximiliano Burckwardt, Facebook

 

El apoyo de Lula a Xiomara Castro

El ex presidente Lula da Silva, que tuviera destacada intervención en la condena al golpe parlamentario que destituyó al presidente constitucional Manuel Zelaya desde UNASUR en el año 2009, apoyó al partido Libertad, que llevó como candidata a Xiomara Castro, a las elecciones del 24 de noviembre. La propaganda fue exhibida por primera vez el domingo, en unos comicios del partido en la ciudad de Danlí situado a 100 Km al este de la capital.

En ella se ve a Lula manifestando que con Xiomara Castro –quien fuera mujer del presidente depuesto Manuel Zelaya- Honduras tendrá las condiciones para desarrollarse generando empleos, distribuyendo riquezas y promoviendo la inclusión social”, “Nunca pierdan las esperanzas y nadie les quite a ustedes el derecho  de soñar con un Honduras más democrática” –señala Lula.
 

Link al video
 

http://www.youtube.com/watch?v=em-XtV3d85I#t=11

 

 

 

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