Cluster en cadena y Desarrollo Regional

María Natalia Spinuzza, asistente técnica e investigadora de la Fundación Ceides, se refiere en este trabajo a la relación entre esta forma de asociativismo y el desarrollo regional, creando un círculo virtuoso, y a través del comercio internacional.


Introducción

Históricamente, en Argentina el proceso asociativo en el sector empresarial no ha tenido un rol destacado debido a que los distintos sectores económicos han trabajado individualmente y de forma aislacionista. Sin embargo, en el último tiempo y frente a las nuevas exigencias de los mercados mundiales ha surgido la necesidad de redefinir la estrategia de desarrollo y trabajar de forma conjunta en algunos sectores para satisfacer las demandas de los mercados externos. En este sentido, el contexto económico internacional coloca a las empresas ante una situación de naturaleza distinta que afecta a las raíces de las mismas, sus objetivos, su modalidad de funcionamiento y toma de decisiones, sus ventajas competitivas y las capacidades y recursos requeridos. En suma, los desafíos actuales de las empresas apuntan a una sustancial transformación e innovación en los procesos productivos (Perego, 2003:5).

Frente a ésta situación se presenta como alternativa una estrategia de desarrollo en el marco de aglomerados productivos o clusters, los cuales concentran a los distintos actores y buscan, a través de la integración de sus recursos, insertarse en estos mercados con productos y servicios cada vez más competitivos.

Existen varias definiciones de lo que se entiende por cluster, las cuales varían principalmente en el grado de relevancia que le asignen los autores a las interacciones entre los actores, en la ubicación geográfica, en el tamaño del cluster, en la actividad principal que persiguen, entre otros. El presente artículo toma una definición general (que se citará a continuación), debido a que no se pretende analizar un cluster en particular, sino la importancia de los mismos en general, en el desarrollo económico de un país y sus oportunidades e influencias en el comercio internacional.

Una forma de asociativismo se observa en los clústers los cuales son entendidos como una concentración sectorial y/o geográfica de actores que desarrollan actividades iguales o similares, tanto hacia atrás (proveedores de insumos y equipos) como hacia adelante (industrias procesadoras, usuarias y servicios) y actividades estrechamente relacionadas con importantes y acumulativas economías externas, de aglomeración y especialización (productores, proveedores, mano de obra especializada, servicios), en la persecución de un fin común a través de la acción conjunta (Ramos, 1999:5).

Los Clúster se presentan como un modelo que ofrece a sus miembros distintas herramientas para lograr una mayor competitividad de forma conjunta frente a los mercados globalizados. Se crea así una nueva forma de relación entre los productores de materia prima, los proveedores de infraestructura especializada, los distribuidores, los clientes, el gobierno y demás instituciones que formen parte de cada aglomerado productivo.

Así mismo, resulta apremiante la coordinación entre el sector público y privado para crear una red institucionalizada que les otorgue soporte a los aglomerados, lo que se representa a través del concepto de Triple Hélice que consiste en centrar su atención en las relaciones e interacciones que existen entre las universidades, las empresas y el gobierno. Con la interacción entre los tres sectores se observa que la innovación tiene lugar a partir del trabajo conjunto entre el conocimiento, los recursos económicos y posibilidades de mercado, conjuntamente con las políticas públicas e incentivos generados por los gobiernos (González de la Fe, 2009).

En el caso de Argentina el desarrollo de distintos clusters se encuentra favorecido con el abandono del régimen cambiario en 2002 dado que permite desarrollar y profundizar la producción de bienes intermedios y bienes finales que se había visto perjudicada en la última década del siglo XX. El nuevo régimen cambiario posibilita una mayor exportación de dichos bienes lo que conlleva a una mayor producción en origen. (Otero, Lódola, Menéndez, 2004)


Cluster o Aglomerado Productivo

Las primeras iniciativas de clusters tienen lugar principalmente a partir de la década de 1990 y se deben en gran medida al aporte de Michael Porter, quien acuño este término en su libro “La ventaja competitiva de las naciones” para referirse a la asociación de empresas e instituciones público-privadas que persiguen un objetivo común. Así mismo complementó este concepto al clasificar a los clusters en horizontales o verticales. Los primeros están compuestos por empresas que colocan su producción en un mismo mercado y/o que necesiten en su proceso de producción un mismo recurso natural y/o recurran a la utilización de la misma tecnología. En este caso se habla de empresas que tienen capacidades similares por lo que realizan las mismas actividades. La segunda clasificación referida a los clusters verticales se refiere a aquellos en donde las empresas que lo componen se caractericen por entablar relaciones de compra-venta debido a que poseen capacidades distintas pero se complementan en las distintas actividades. (Otero, Lódola, Menéndez, 2004).

Los elementos básicos de todo aglomerado productivo son que exista un conjunto de empresas, generalmente pequeñas y medianas, que se encuentran no sólo concentradas espacialmente sino también especializadas sectorialmente, apoyadas por actores del primer, segundo y tercer sector como pueden ser comunas, municipios, gobiernos provinciales, gobiernos nacionales, entes autónomos, universidades, escuelas técnicas, organismos especializados, entre otros, y que producto de la articulación y sinergias generadas entres todos los actores instauren un entorno social que les sea común y que permita la creación de códigos de comportamientos tanto implícitos como explícitos (Perego, 2003).

Los clusters se van a ver influenciados por distintos factores que van a resultar determinantes en la obtención de los resultados esperados. Entre los principales factores encontramos la composición de los aglomerados productivos, el nivel de apoyo político que reciben y el contexto económico internacional.

La composición de los clusters se refiere a la cantidad de actores que lo componen, su peso relativo dentro del aglomerado productivo, las influencias generadas para con el entorno externo y las relaciones e interacciones generadas al interior del aglomerado. Todos estos elementos hacen que el cluster sea más dinámico o estático, lo que va a ser una característica que va a marcar una cierta diferenciación entre los mismos y se va a ver reflejada en la competitividad de sus producciones.

El nivel de apoyo político se refiere a la participación del Estado en el desarrollo de políticas públicas que garanticen la viabilidad de los clusters, así como garantizar políticas tributarias que impulsen el nivel de producción y comercialización.

El contexto mundial es de gran importancia en la existencia y permanencia de los clusters dado que el objetivo principal que éstos persiguen se asocia a una mayor competitividad y eficiencia de la producción para que pueda colocarse no sólo en los mercados domésticos sino también en los mercados externos, los cuales exigen cada vez más un incremento en la cantidad y calidad de lo que demandan. Para que los estándares internacionales se cumplan se debe invertir en tecnología e investigar y desarrollar procesos productivos eficientes que satisfagan las nuevas exigencias internacionales. Todo ello debe de ir acompañado de una mayor estabilidad de precios en el comercio internacional.

Como se concibe a los clusters como un todo, cada acción individual de alguno de sus actores tendrá repercusiones en los otros actores integrantes del aglomerado productivo. Las empresas que formen parte de aglomerado obtendrán algunos beneficios referidos al abastecimiento de insumos, ampliación de mercados debido a la adquisición de nuevos clientes que recurren al aglomerado, mayor calidad de producción debido a la articulación entre los distintos actores, una fuerte competencia que debe de ir acompañada de una mayor especialización y división del trabajo, mejor acceso a la tecnología, entre otros. (Otero, Lódola, Menéndez, 2004).


El modelo Triple Hélice


Para una mayor comprensión de la estructura de los aglomerados productivos se suele utilizar el modelo de triple hélice desarrollado por el profesor Etzkowitz, con el objetivo de analizar el rol que ocupan las empresas, el gobierno y la universidad en el desarrollo económico regional. El modelo centra su atención en los tres actores mencionados y en las interacciones que se producen entre ellos, dado que producto de las sinergias generadas se obtiene una gran circulación de ideas, conocimientos, innovaciones, tecnología, entre otros, que permiten un mayor desarrollo del potencial de cada uno de los actores que componen el cluster.

El modelo se compone con la universidad como centro académico que busca a través de sus actividades una mayor investigación y desarrollo, con la industria como proveedor de clientes sobre la base de sus actividades comerciales, y al gobierno como responsable de la política (Irawati, D 2006:3). De esta forma, el modelo supone no sólo un mayor papel otorgado a la academia en lo que se refiere a la innovación, a la par de las empresas y el gobierno, sino también un aumento de las relaciones de colaboración que se generan entre los distintos ámbitos institucionales (Chang Castillo 2010).

En el marco de aglomerados productivos surgen nuevas formas de cooperación y alianzas entre actores que históricamente no solían trabajar de manera conjunta y que ahora encuentran espacios de entendimiento, cooperación, coordinación y trabajo asociativo.

Es por esto que la universidad juega un rol destacado en las actividades tanto sociales como económicas de un país ya que no sólo hace su aporte trascendental en la educación de la sociedad, sino también en sus aportes referidos a la investigación y desarrollo. Así mismo, la universidad también puede participar en la creación de nuevas empresas o en el incentivo de las mismas, lo que se conoce por una universidad “emprendedora” que abarca no sólo la comercialización sino también la coinversión del conocimiento en mercancías al cooperar como socios de las empresas de los aglomerados productivos. La cooperación que se genera entre las empresas y la academia consiste no sólo en el apoyo que otorgan las empresas a las universidades en lo que se refiere a la investigación y la trasferencia de conocimiento que se genera, sino también a que las empresas facilitan la investigación de la universidad al otorgarles los recursos necesarios para llevarla a cabo.

Otra manera de cooperar que se presenta entre las empresas y las universidades es a través de la creación de empleo para los estudiantes en el seno de las distintas empresas que componen el aglomerado productivo. (Ibid).

En suma, las universidades tienen su función tradicional referida a la educación de la sociedad en su conjunto, pero también adquiere nuevas funciones que se relacionan a las funciones básicas de la empresa.

La red institucional que se crea entre los actores del cluster es, a su vez, un espacio en donde los distintos niveles de gobierno pueden impulsar e incentivar la investigación y desarrollo tanto de las empresas como de las universidades que lo compongan. El rol principal del gobierno central y los gobiernos subnacionales se refiere principalmente a la legislación implementada y a los instrumentos e incentivos fiscales que otorga para el fomento de las relaciones y la mayor eficiencia productiva dentro del mismo.

El hecho de que en un aglomerado productivo exista una masa crítica de empresas da lugar a que los gobiernos junto con las demás instituciones y organismos especializados desarrollen, por ejemplo, programas de capacitación que beneficien a todas las empresas que lo componen. Asimismo, la existencia de un grupo de empresas puede conducir a la realización de inversiones conjuntas para mejorar, la competitividad de todas las empresas participantes en el cluster, generando externalidades positivas para todas las empresas actuales y potenciales participantes en el cluster. (Mora Vanegas, 2008)

En lo que se refiere a la empresa, al margen de su propia actividad de lucro, se ve beneficiada en su relación tanto con la academia como con el gobierno por las relaciones de cooperación que se generan entre ellos. Uno de los elementos que le permite a la empresa mejorar su proceso productivo y con ello cumplimentar con algunas de las exigencias de los mercados es tener un importante desarrollo tecnológico. Los cambios frecuentes en la tecnología propicia un ambiente de constante generación de nuevos conocimientos, lo que permite a las universidades involucrarse en el desarrollo de capacidades que ayuden a las empresas a implantar nuevas formas para crear fuentes de innovación para el desarrollo de altas tecnologías en sus procesos productivos (Chang Castillo 2010:92).

En suma, los clusters se ven favorecidos por las relaciones de confianza, cooperación, entendimiento y ayuda mutua que se genera entre las empresas, las universidades y el Estado al interior del mismo. Cada uno tiene un papel a desarrollar y si éste se cumple de la forma acordada es de esperar que con ello no solo se beneficie a sí mismo sino también al conjunto del aglomerado productivo. El cluster en su conjunto es entendido como una triple hélice en donde cada una de las aletas de la misma representa a cada uno de los actores del aglomerado productivo (gobierno, universidad y empresas) y al fallar alguna de ellas impide su correcto funcionamiento, con lo que impide alcanzar con el objetivo común que persigue el cluster.


Caso: Cluster EnCadena

Los aglomerados productivos se presentan como una estrategia de desarrollo en distintas partes del mundo y no dejan de estar ausentes en varias zonas geográficas de Argentina. En la provincia de Córdoba, precisamente en el Departamento Marcos Juárez, se presentó como opción la creación de Cluster EnCadena, el cual apunta al desarrollo agrícola, ganadero e industrial del departamento en su conjunto. Esta iniciativa se está llevando a cabo con el apoyo de la Comunidad Regional Departamento Marcos Juárez y aglutina a distintos actores de las principales cadenas productivas que ocupan un papel importante en el desarrollo económico del departamento.

El objetivo principal que persigue el Cluster EnCadena es obtener a través de la articulación de las cadenas productivas el agregado de valor en origen tras la industrialización de las materias primas disponibles en del departamento. Con ello se intenta comercializar productos industrializados en origen y que los mismos no sólo tengan por destino el mercado nacional, sino también los distintos mercados externos.

Actualmente cerca de 100 actores han firmado la carta de intención para pertenecer al Cluster, y entre ellos se encuentran once empresas de la cadena de la soja que están en condiciones de producir en total 420 tn/día, cuatro empresas de la cadena del maíz con una producción total de 250 tn/día, cinco empresas de la cadena de trigo que aportan 326 tn/día en conjunto, cuatro empresas de la cadena avícola que cuentan con 126.000 ponedoras entre todas, una empresa de la cadena láctea que produce 4.000 litros por día, un frigorífico con 800 vacunos y 400 cerdos mensuales, un grupo de productores porcinos que buscan la comercialización conjunta y dos empresas productoras de cerveza artesanal. Es importante destacar que forman parte del cluster también seis cooperativas agrícola-ganaderas que se encuentran en el departamento y una federación de cooperativas con un gran peso en la región.

Asimismo, son actores del Cluster EnCadena la Comunidad Regional Departamento Marcos Juárez, Universidad Católica de Córdoba, Universidad Nacional de Córdoba, Link Campus University of Rome - Sede Córdoba, Universidad Tecnológica Nacional de Villa María, Instituto Aporte + Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, Instituto Nacional de Tecnología Industrial, Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental, Fundación Centro de Estudios Interdisciplinarios para el Desarrollo Sustentable - CEIDeS, entre otros.

Esta iniciativa cuenta con el apoyo de las empresas, de las universidades y del Estado tal como postula el modelo de triple hélice, y se pretende que a través del trabajo conjunto de estos actores se obtenga el agregado de valor en origen necesario para el desarrollo local y regional de las 19 comunas y 3 municipios que forman parte de la Comunidad Regional Departamento Marcos Juárez. Actualmente, el departamento está en condiciones de profundizar estrategias asociativas de agregado de valor en origen en su producción, dada la composición de sus actores y la voluntad de los mismos (lo cual no sólo beneficia a estos actores directos de Cluster EnCadena, sino también a la sociedad en su conjunto).

Es una realidad el que los productores del departamento necesitan trabajar conjuntamente para obtener una mayor competitividad en los mercados nacionales e internacionales, y para ello cuenta con el apoyo de las universidades y organismos especializados mencionados anteriormente. En cuanto al rol del Estado, éste se encuentra presente y se evidencia en el total apoyo de la Comunidad Regional del Departamento, pero así también se ha pronunciado el apoyo del gobierno provincial y nacional.


Conclusiones

Por las nuevas exigencias de los mercados internacionales, que exigen cantidades de producción crecientes y que cumplan con normas cada vez más exigentes referidos a la salud humana y a la protección de medio ambiente principalmente, es necesario que algunos sectores de la economía trabajen de forma conjunta.

A través de los clusters o aglomerados productivos y de las sinergias que éstos generan, se logra incrementar la producción, el empleo y la eficiencia de los recursos destinados al mismo.
Existen casos exitosos y concretos que han demostrado una mayor competitividad de la producción local con la articulación de las empresas, la universidad y el gobierno.

Las empresas se presentan como el eje principal del cluster y debe ser acompañado por la universidad desde la arista del conocimiento, así como con el desarrollo de políticas públicas que acompañen e impulsen el desarrollo del aglomerado productivo desde el margen de acción que posee el Estado.

Es importante destacar que la creación de los clusters beneficia a las empresas que lo componen al apoyarlas y ayudarlas a través de las sinergias generadas y el trabajo conjunto en crecer, ampliarse y colocar su producción, que es uno de los principales problemas de las micro, pequeñas y mediana empresas argentinas. Así mismo, no sólo genera beneficios a las empresas que lo componen, sino también a la sociedad al generar un efecto derrame sobre la misma, a través de la creación de nuevas fuentes de trabajo, del aprovechamiento óptimo de los recursos del territorio y la obtención de un producción competitiva a nivel no sólo nacional sino también internacional.


María Natalia Spinuzza, Fundación CEIDeS
María Natalia Spinuzza