Cambio climático y alimentos

La FAO ha introducido al problema en la agenda mundial, y está siendo atentamente escuchada internacionalmente.


El cambio climático tiende a afectar las posibilidades de producir alimentos generando crisis coyunturales y un escenario prospectivo delicado. 150 millones de personas al Sur de Asia, África y América Latina enfrentan crisis por escasez de alimentos y de agua.

Ya en el año 2014 la Comisión Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático creada por la ONU había advertido que la producción mundial de granos estaba en peligro, por diversos efectos del cambio climático. Pronosticaba caídas en la producción de trigo y reducción en la de maíz. El rendimiento del trigo cayó 2% por décadas, el del maíz 1%.

Según los escenarios de la FAO, cuyas investigaciones mundiales y regionales son la punta de lanza en este problema crucial, en el 2050, el mundo tendrá 9500 millones de personas. Se debe aumentar la producción en un 60%, sin embargo el rendimiento de los cultivos puede reducirse un 30%, porque la tierra fertil, los océanos, bosques y otras formas de capital natural se están agotando a un ritmo sin precedentes.

La elevación de la temperatura promedio del planeta, como efecto de los gases invernadero, genera por un lado el derretimiento de los grandes glaciares, desbordes de los mares, inundaciones records, y otros desequilibrios, y por otro desertificación de amplias superficies.

El Niño de este año ha sido el peor en 15 años. Entre otras consecuencias trajo fuertes sequías en el corredor seco de Centroamérica afectando a 42 millones de personas.

Un caso típico de impactos del Niño actualmente es el de Colombia. En un informe reciente en el Senado Colombiano se señala: “La sequía que se ha venido presentando durante este último año causada por el fenómeno del Niño no solo afecta a ganaderos y arroceros, sino que también ha afectado a los caficultores de Risaralda, Antioquia, Tolima y Hulla. Aunque la producción del café aumentó en un 9% según la Federación Nacional de Cafetaleros, en el primer trimestre del 2016, la gran mayoría de estas hectáreas se han visto afectadas por la baja calidad del grano que está averanado”. Se señala que en el último trimestre del 2015 según la misma Federación de las 900.000 hectáreas sembradas, en el país, 400.000 habían sido afectadas por la broca, el eliminador y la araña roja, hongos que se multiplican con la sequía. Hoy ya son 700.000 las hectáreas afectadas, y se perderán entre 800.000 y 1.2 millones de sacos. Estima que este año la producción estará muy debajo de la alcanzada el año anterior. Entre otros en los Departamentos de Hulla y Tolima más de 140.000 familias verán deteriorados sus ingresos a causa de la sequía y se empobrecerán.

El ejemplo ilustra tendencias más generales. Se estima que 300 millones de hectáreas en América Latina están afectadas por la erosión y el agotamiento de la tierra.

Las tierras fértiles son un recurso no renovable. Se requiere según el Banco Mundial modificar la forma de cultivar los alimentos, y gestionar el capital natural. Procurando llamar la atención mundial sobre el tema, la ONU llamó al 2015 el año internacional de los suelos.

También hay problemas serios con las perspectivas de alimentos producto de la pesca. Así a consecuencia del cambio climático el Alto Panel Mundial estima que caerá entre 40 y 60% la producción pesquera.

Un problema crítico es la reducción de los corales que se estima han caído cerca de un 30%. Son la base de alimentación de diversas especies marinas.

La humanidad debe apoyar enérgicamente las propuestas de la FAO para hacer frente a estos escenarios. El tiempo apremia.

 

(*) Asesor Internacional. Kliksberg@aol.com

 

 

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